Cientos de activistas a lo largo de Estados Unidos instaron al presidente Joe Biden a sacar al régimen cubano de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, elaborada por el Departamento de Estado estadounidense, según un artículo publicado en The New York Amsterdam News.
Los activistas realizaron "una serie de acciones los días 14 y 15 de marzo", a las que seguirá una manifestación masiva el próximo 15 de junio frente a la Casa Blanca, dio a conocer el medio, que se presenta como uno de los medios de prensa pertenecientes a personas negras más influyentes en EEUU.
Las autoras del texto y principales promotoras de la iniciativa, la abogada Joan P. Gibbs y la periodista Rosemari Mealy, aseguraron que Biden puede poner fin a la designación del régimen cubano como patrocinador del terrorismo, "de un plumazo, sin ninguna acción del Senado o de la Cámara de Representantes".
Recordaron que, durante su campaña presidencial, el actual inquilino de la Casa Blanca prometió revertir "las draconianas sanciones impuestas a Cuba por (Donald) Trump" y reprocharon que Biden haya mantenido la mayoría de las sanciones de su predecesor, incluyendo la inclusión en la lista de patrocinadores del terrorismo.
Las autoras del texto dicen que sacar al régimen de esa lista "no acabará con las devastadoras restricciones comerciales, económicas y financieras impuestas durante más de 60 años de embargo a Cuba, porque solo el Congreso tiene la autoridad de terminarlo".
También señalan que la decisión de Biden choca contra el repetido rechazo al embargo expresado por las Naciones Unidas durante los últimos 30 años.
El régimen cubano fue incluido por primera vez en la lista de patrocinadores del terrorismo "durante la Administración Reagan, en 1982", recordaron las autoras, que atribuyen la inclusión al apoyo del Gobierno de Cuba a las luchas anticolonialistas que tenían lugar en el mundo, principalmente en África.
Recordaron además que, en 2015, el entonces presidente de EEUU, Barack Obama, excluyó al régimen cubano de la lista y que el gesto fue agradecido por Josefina Vital, entonces directora general de Estados Unidos en la Cancillería cubana.
Las autoras lamentaron que producto de la permanencia del régimen cubano en la lista de patrocinadores del terrorismo le será más hacer transacciones, obtener préstamos bancarios para adquirir alimentos, medicinas e infraestructura.
Hasta el momento, ni la inclusión en la lista ni el embargo estadounidense han obligado al régimen cubano a detener la construcción de hoteles de lujo, incluso durante la pandemia de Covid-19, que hizo colapsar hospitales.
La inclusión de Cuba en la lista en enero de 2021 fue una de las últimas decisiones que tomó el Gobierno de Trump antes de dejar el poder.
Estados Unidos justificó entonces la medida, que conlleva varias sanciones, aludiendo a la presencia en la Isla de miembros de la guerrilla colombiana del ELN, que residieron durante años en La Habana mientras sostenían negociaciones de paz con el Ejecutivo de Colombia. En ese tiempo, se adjudicaron la autoría de atentados mortales en su país.
Menos de una semana atrás, el actual Gobierno de Estados Unidos descartó retirar por ahora a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Las autoras del texto publicado en The New York Amsterdam News, destacaron que a pesar del impacto del embargo y de la permanencia del régimen en la mencionada lista, "Cuba tiene mayor esperanza de vida y menor tasa de mortalidad materna e infantil, mejores resultados en salud, mayor índice de alfabetización, más educación y menos violencia que EEUU".
Sin embargo, las cifras oficiales que ofrece el Gobierno cubano en esos acápites no pueden ser verificadas ni contrastadas. Por otra parte, el propio Miguel Díaz-Canel tuvo que reconocer, tras las numerosas muertes que provocó la pandemia de Covid-19, que la salud en Cuba no estaba tan bien como se pensaba.
Una de las principales promotoras de la iniciativa de exigir a la Administración de Joe Biden la exclusión del régimen cubano de la lista de patrocinadores del terrorismo, Rosemari Mealy, vivió y trabajó en Cuba, donde fue condecorada por el Consejo de Estado.
En una entrevista que concedió al medio estatal Cuba Sí, en 2021, contó que sus mejores momentos en la Isla fueron "reunirme y conversar en Cuba con El Comandante en Jefe Fidel Castro al menos en cuatro ocasiones. También ser parte de los comités de bienvenida cuando él y el resto de la delegación cubana visitaron Nueva York en el año 1995 y en el año 2000. Cada uno de esos encuentros dejaron una huella profunda y duradera en mí".
"Debo decir que otro momento memorable tuvo lugar en el año 2011, a petición del ICAP, fui condecorada con la Medalla de la Amistad por el Consejo de Estado de la República de Cuba. Me emocioné tanto que cuando el presidente de la Asamblea Nacional Ricardo Alarcón me puso la medalla, comencé a llorar", recordó.
"Por último, otro momento memorable tuvo lugar en el año 2019, cuando mi libro Fidel y Malcolm-X, Memorias de un Encuentro fue presentado en su versión en idioma español en la Feria Internacional del Libro en la Habana. El libro fue traducido y editado por mi amigo y afamado poeta cubano Rogelio Riverón, y fue publicado por Letras Cubanas. La ironía de la historia es que el libro no pudo venderse en los Estados Unidos a causa del bloqueo", dijo.
Perfecto.
Ya están tardando en "sacar al régimen cubano de la lista de patrocinadores del terrorismo" y "meterlo en la lista de estados terroristas".
Contra todos esos sembrados en USA tienen que arar Mr Biden y su Secretario de Estado.
Aunque algo es algo, al menos nadie de la población de EEUU se leyó el libro de esta señora cuando "no pudo venderse a causa del bloqueo".
Ah, otra americana de color a los pies del Mayoral Castro y su "legado." Todo muy BLM. Y parece que de verdad compran el cuento de FC como Gran Emancipador, lo cual diera pena si no fuera despreciable.
Esta señora forma parte de los „buzos“ procastristas que operan en Estados Unidos. Fue miembro de los Black Panther y bajo la etiqueta de „activistas por los derechos civiles“, se esconde una comunista convencida con estrechas conecciones con el ala radical del Partido Demócrata.