El senador republicano por la Florida Marco Rubio rechazó una evaluación desclasificada de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos sobre los "incidentes anómalos de salud" conocidos como el "síndrome de La Habana", en una declaración en la que opinó que hubo apuro por llegar a una conclusión mientras "quedan varias preguntas" en torno a los hechos.
"El Comité de Inteligencia del Senado recibió la evaluación de la comunidad de inteligencia sobre incidentes anómalos de salud. A primera vista, me preocupa que la comunidad de inteligencia concluyó de manera efectiva que el personal de EEUU, que reportó síntomas anómalos de salud, simplemente estaban experimentando síntomas causados por factores ambientales, enfermedades o condiciones preexistentes y posiblemente se apresure a llegar a una conclusión mientras quedan varias preguntas al respecto", dijo Rubio.
"Como he dicho antes, algo sucedió aquí y solo porque no tenemos todas las respuestas, no significa que no sucedió. No aceptaré que todos estos casos reportados fueron solo coincidencias. Seguiré trabajando sobre este tema hasta que recibamos explicaciones reales", añadió el legislador, vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia del Senado.
"El Comité de Inteligencia del Senado continuará con nuestra revisión independiente en curso sobre los incidentes anómalos de salud y tomará medidas para garantizar que los oficiales afectados por estos incidentes reciban atención inmediata e integral como lo exige la ley", concluyó Marco Rubio.
El informe al que hizo referencia Rubio, revelado la semana pasada, indicó que los llamados "ataques acústicos", luego denominados "síndrome de La Habana", no se debieron a la acción de un agente extranjero.
Los primeros casos reportados de estos incidentes anómalos de salud ocurrieron entre el personal diplomático de EEUU y Canadá en la capital de Cuba, y congelaron las relaciones entre Washington y La Habana.
Los analistas no encontraron ningún patrón o conjunto común de condiciones que pudieran vincular los casos individuales, según publicó el diario The Washington Post. Tampoco encontraron pruebas, como información forense o datos de geolocalización, que demostraran que algún agente externo pudiera haber utilizado ondas de energía o haces ultrasónicos, como se especuló durante momentos previos de las investigaciones.
Las hipótesis iniciales habían apuntado a la posibilidad de que Rusia o China estuvieran tras el "síndrome de La Habana", algo rechazado por el régimen de Cuba, que negó que existieran los "incidentes de salud" pese a las evidencias médicas que confirmaron problemas neurológicos en muchos de los afectados.
Dos funcionarios de inteligencia familiarizados con la investigación hablaron bajo condición de anonimato con The Washington Post. Uno de ellos describió como un frustrante "misterio" el que tantos diplomáticos enfermaran y no se sepan los motivos. Reconoció que los analistas pasaron meses examinando datos, buscando patrones e inventando nuevas metodologías analíticas, pero las conclusiones fueron siempre las mismas.
Pese a esto, ambos funcionarios afirmaron que la Inteligencia norteamericana sigue abierta a nuevas ideas y métodos de análisis para encontrar una respuesta. Por ejemplo, de que surja información en torno a que algún agente extranjero haya avanzado en el desarrollo de la tecnología para un arma energética.
Varias agencias gubernamentales, como el Departamento de Estado y el FBI, fueron incapaces en los años recientes de corroborar el uso de un arma de energía. En el reciente informe, de siete agencias, cinco determinaron que era "muy improbable", mientras que las otras dos dijeron que era "poco probable".
El miércoles, Mather Bitar, director de Programas de Inteligencia del Consejo de Seguridad Nacional, dijo que el Gobierno de Joe Biden seguirá garantizando atención médica a los afectados y que tramitará sus solicitudes al amparo de una ley que indemniza a los empleados del Gobierno que experimentaron síntomas y en algunos casos tuvieron que dejar de trabajar a causa de las consecuencias para su salud.
"Desde el inicio de la Administración Biden-Harris, nos hemos centrado en garantizar que nuestros compañeros tengan acceso a la atención y el apoyo que necesitan. Nuestro compromiso con la salud y la seguridad del personal del Gobierno de Estados Unidos sigue siendo inquebrantable", dijo.
A pesar de las nuevas conclusiones, el secretario de Estado, Antony Blinken, es un férreo defensor de la idea de que a esos empleados algo les ocurrió.
"Los afectados tienen historias reales que contar: su dolor es real", escribió Blinken a todos los diplomáticos estadounidenses cuando la CIA presentó sus conclusiones provisionales.
"No tengo ninguna duda al respecto", aseguró el jefe de la diplomacia norteamericana, quien calificó de "desgarradores" los síntomas descritos por las personas con las que se reunió.
Marco Rubio debe saber que Cuba Decide recibió decenas de correos electrónicos con planes para movilizar el exilio.
Este Síndrome de La Habana no se había reportado anteriormente; pero a pesar de tantos años de investigación, no existe claridad sobre sus causas o simplemente, no se sabe si verdaderamente existió como tal. Lo peor que puede hacerse es mezclar la política con la ciencia. Me refiero a ambas partes, porque desde luego, Marco Rubio no sabe un comino de medicina, pero también el FBI ha jugado un triste papel político en los últimos tiempos.
La dinámica de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba no pueden quedarse estancadas para siempre esperando a que "la verdad" surja. Sobre todo, mientras no surjan nuevos enfermos.
No se puede interferir con el Deshielo 2.0, y mucho menos por culpa de cubanos del otro bando.
La verdad no existe cuando esa verdad no es lo que se quiere oir...
Desgarradores los síntomas,pero siguen mandando personal a un país que no les garantizó su seguridad.Quizás porque si vino de China o Rusia a los que le deben hasta los calzoncillos, mejor quedarse callados.En fin no hay garantía de que esta agresión no se repita,el "gato tuerto "Alejandro Castron Espin con su consejo de inteligencia nacional nada pudo hacer,o tal vez hasta colaboró en los ataques.Se sabe que este personaje siniestro es más afín Rusia,aunque le gustan los dólares.Al final los josidos fueron los diplomáticos y los cubanos que realizaban trámites ahí. Y la dictadura visitando instalaciones en USA como si no pasara nada.