El paso de migrantes irregulares por la selva del Darién, la peligrosa frontera natural entre Panamá y Colombia, creció un 85,6% en 2022, en comparación con el año anterior, para llegar a la cifra histórica de 248.284, según datos del Gobierno del Istmo.
La mayoría de los migrantes que cruzaron la selva en su camino hacia Norteamérica proceden de países de América del Sur, siendo Venezuela la nacionalidad predominante, con 150.327 viajeros, seguida de Ecuador, con 29.356; Haití, con 22.435; Cuba, con 5.961, y Colombia, con 5.064, de acuerdo con las estadísticas publicadas el martes por el Servicio Nacional de Migración (SNM), y citadas por EFE.
Las cifras muestran que por esta vía llena de peligros pasan migrantes de más de 35 países de todo el mundo, entre ellos muchos asiáticos y africanos.
El mes con mayor registro de migrantes fue octubre, con la entrada de 59.773 personas, tras cuatro meses seguidos de aumento escalonado de las llegadas.
Después de que Estados Unidos aplicara a mediados de octubre pasado una nueva política migratoria para los venezolanos, que supone otorgar un estatus legal a quienes llegaran por aire y con un patrocinador en ese país y excluía a quienes entraban por tierra, las cifras se desplomaron, al cruzar 16.632 personas en noviembre. De estos, solo 668 fueron venezolanos.
Tras la aprobación la semana pasada de similar política de admisión para cubanos, nicaragüenses y cubanos, EEUU espera una reducción del número de migrantes de esos países.
En diciembre hubo un leve repunte, con un total de 20.297 cruces, la gran mayoría ecuatorianos (7.821), seguidos de haitianos (5.502) y venezolanos (1.374).
El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, aseguró que en los primeros días de 2023 "casi 3.800 migrantes" atravesaron la mortal selva del Darién.
Las nacionalidades que repuntan ahora son "Haití, Ecuador y Brasil", dijo Pino, que valoró que "lógicamente", y como ya se "ha dicho antes, la migración no va a parar y más cuando se ven estos cambios y problemas de seguridad, social, políticos y de gobernabilidad en algunos países del Sur".
"Las personas migran por naturaleza y Panamá solo es un país de tránsito. Vamos a resguardar nuestras fronteras, poner unidades del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) en estos puntos de cruce, verificar a todo el que entre, porque Panamá es el único país que hace ese tipo de verificación", apuntó el ministro.
"Eso nos toca hacer, ser responsables en este tema en cuanto a seguridad y carácter humanitario", concluyó el líder de la cartera de seguridad.
Panamá ha dicho que invirtió al menos 50 millones de dólares desde 2020 en el operativo que desarrolla en las fronteras para tomar datos biométricos y ofrecer asistencia sanitaria y de alimentación a los migrantes en tránsito.
Ante la crisis migratoria histórica de 2022, Panamá se vio obligada a solicitar ayuda a Estados Unidos y la comunidad internacional y a reiterar su pedido de que este fenómeno fuera abordado desde una perspectiva regional.
El fenómeno migratorio en el Darién lleva más de 30 años. DIARIO DE CUBA lo cubre desde hace seis años, cuando aumentó el flujo de cubanos por la zona.
En 2021 se dispararon las cifras. Un total de 18.600 cubanos cruzaron la selva en ese periodo y la Isla ocupó el segundo lugar en número de migrantes, solo superada por Haití, con 82.952 migrantes. Pero en diciembre de 2021 comenzó a disminuir el flujo de cubanos por esa travesía, después de que el régimen de Nicaragua estableciera el libre visado para los ciudadanos cubanos.
