La tripulación del barco Mohawk repatrió a 273 migrantes cubanos este domingo hacia el puerto de Matanzas luego de varias interceptaciones en la costas de Florida, informó en un comunicado la Guardia Costera de EEUU (USCG, en inglés).
Se trataba de 12 grupos de balseros detenidos entre el 31 de diciembre de 2022 y el 3 de enero de 2023. Cuatro de esos grupos fueron interceptados en las inmediaciones de cayo Marquesas, un grupo de pequeños islotes deshabitados ubicados a 30 millas (50 kilómetros) al oeste de cayo Hueso. Tiene una superficie de 6,58km².
Debido a su lejanía de la Florida, Marquesas no tiene la misma presencia de la USCG que el resto de los cayos. Ese elemento lo ha convertido en un destino más funcional para los balseros de la Isla y de Haití que evitan encontrarse con las autoridades.
"Estos viajes ilegales siempre son peligrosos y, a menudo, mortales. Estamos trabajando para salvar vidas y evitar la entrada ilegal a EEUU a través de nuestra frontera marítima sureste. Los interceptados en el mar serán repatriados", dijo el teniente comandante John Beal, del Séptimo Distrito de la USCG.
Entre el 1 de octubre de 2022 y el 3 de enero de 2023, las tripulaciones de la USCG interceptaron a 4.795 balseros cubanos en el mar, un promedio de 50 al día.
Es decir, en poco más de tres meses se ha detenido al 77% de todos los balseros que quedaron arrestados en los 12 meses anteriores (6.182). De mantenerse la actual tendencia de interceptaciones, unos 13.500 cubanos serían arrestados desde ahora hasta el 30 de septiembre de 2023 (cuando finaliza el año fiscal estadounidense).
El reciente cambio en la política migratoria estadounidense con respecto a los migrantes de la Isla, limita hasta en una quinta parte el flujo de cubanos que llega EEUU por su frontera con México. Por tanto, el estrecho de Florida podría experimentar una presencia aún mayor de balseros.
Joe Biden visita por primera vez la frontera de EEUU con México
Por otra parte, el presidente de EEUU Joe Biden visitó la frontera de ese país con México este domingo, reportó el diario Los Angeles Times.
Biden caminó por un tramo lodoso de la frontera e inspeccionó un transitado puerto de entrada. Este es el primer viaje que realiza a la región durante su mandato. La visita ocurre mientras los republicanos tratan de culparlo por las cifras récord de migrantes que entran en el país.
En su primera parada, Biden observó cómo los agentes fronterizos del El Paso revisan vehículos en busca de drogas, dinero u otros artículos de contrabando. Luego se dirigió a una calle polvorienta con edificios abandonados y caminó a lo largo de una cerca fronteriza de metal que separa a El Paso de Ciudad Juárez, en México.
Su última escala fue en el Centro de Servicios para Migrantes, en El Paso, pero no había migrantes a la vista. Mientras le informaban de los servicios que se ofrecen allí, le preguntó a un trabajador de ayuda humanitaria: "Si yo pudiera agitar la varita mágica, ¿qué debería hacer?" La respuesta no fue audible.
La visita de casi cuatro horas de Biden a El Paso se realizó bajo un intenso control. No encontró a migrantes, salvo cuando su convoy pasó junto a la frontera y aproximadamente una docena se agruparon del lado de Ciudad Juárez. Su visita no incluyó pasar a una estación de la Patrulla Fronteriza, donde los migrantes que cruzan ilegalmente son detenidos. Tampoco hizo declaraciones públicas.
El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, calificó la visita de Biden de "sesión fotográfica", y afirmó en Twitter que la mayoría republicana hará que el Gobierno "rinda cuentas por crear la crisis fronteriza más peligrosa en la historia de EEUU."
Por su parte, el juez del condado de El Paso, Ricardo Samaniego, vio con buenos ojos la visita de Biden, pero señaló que una pausa actual en las llegadas de migrantes impidió que el presidente viera cuán grande ha sido el grupo de recién llegados.
