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Sociedad

El VIH en Cuba afecta más a grupos discriminados, dice un estudio del estatal centro de enfermedades de transmisión sexual

Los autores señalan que eso pasa, aunque en Cuba está reconocida 'la igualdad de oportunidades de todas y todos los ciudadanos(as) cubanos(as)'.

La Habana
Una calle en La Habana.
Una calle en La Habana. Diario de Cuba

El estatal Centro Nacional de Prevención de las ITS/VIH/sida reveló en un estudio que en Cuba el VIH afecta más a las personas y grupos con orientaciones e identidades sexuales que han sido discriminadas históricamente, informó la agencia IPS.

El estudio, cuyo resultado está contenido en el folleto Desigualdades de género y VIH en poblaciones clave, fue realizado durante los años 2013 y 2016. 

Fueron encuestadas 297 personas. De ellas, 267 (89,9 por ciento) se identificó con el género masculino, en su mayoría con prácticas sexuales solo con hombres (80 por ciento), según la nota de la agencia.

"El comportamiento de la epidemia de VIH en Cuba, desde su inicio y hasta la actualidad, afecta mayoritariamente a personas y grupos cuyas prácticas e identidades sexuales, fueron históricamente discriminadas", señala el folleto, aunque enseguida exonera de responsabilidad al Estado, afirmando que en Cuba "la igualdad de oportunidades de todas y todos los ciudadanos(as) cubanos(as) está reconocida en el ordenamiento jurídico vigente".

Ello contrasta con el criterio de las personas encuestadas, reflejado en la propia investigación y citado por IPS. 

Según los encuestados, "la discriminación en espacios sanitarios, mediante el limitado acceso a tratamientos y servicios de salud amigables y el no acceso a información básica sobre protección, uso de condones, y otras medidas de prevención debido al ocultamiento de orientaciones sexuales e identidad de género para evitar el rechazo".

Aunque, de acuerdo a los autores del estudio, la igualdad de oportunidades está reconocida en el ordenamiento jurídico cubano, es responsabilidad del Estado que no existan discriminaciones en los espacios sanitarios, todos de propiedad estatal.

También es responsabilidad del Estado garantizar el acceso a la información sobre protección.

Por otra parte, el condón es uno de los artículos que ha desaparecido casi por completo de las farmacias cubanas desde 2019, por lo que no se puede culpar a la pandemia de Covid-19.

En julio pasado, el medio estatal Sierra Maestra reportó que la escasez de condones había provocado un alza en el número de casos de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

El artículo de Sierra Maestra recordó que los condones son productos a los que Cuba ha accedido mediante la importación, fundamentalmente de países como China. No existe una fábrica en el territorio encargada de su producción.

La escasez de condones en Cuba también ha tenido como consecuencia un incremento del número de embarazos no deseados y por tanto de los abortos. 

La investigación del centro de prevención de las enfermedades sexuales, que IPS destaca como la primera de su tipo en Cuba, resumió que para las poblaciones clave hay una desigualdad de oportunidades básicas, especiales y profesionales, relacionadas con la carencia de vivienda estable, el trabajo sexual y el limitado acceso a servicios de salud.

A su vez, estas personas padecen la desigualdad en el hogar y las posesiones, por haber sido expulsadas de sus viviendas debido a su orientación sexual o su identidad de género, y la práctica de relaciones sexuales en condiciones que dificultan la negociación de protección.

La investigación arrojó que estas personas perciben bajos salarios, tienen trabajos poco remunerados y en muchos casos realizan trabajo sexual. De acuerdo al estudio, se da la "transmisión del VIH como consecuencia de una relación desigual de poder entre cliente y proveedor de servicios".

Estas poblaciones además sufren violencias de género, asociadas a relaciones forzadas o no consentidas; relaciones sexuales en lugares con riesgos de agresión y sin posibilidad de negociación de uso del condón. A ello se une el maltrato físico, psicológico y sexual hacia las personas con VIH.

Otras desigualdades se atribuyeron a la limitada representación de la realidad de hombres homosexuales y bisexuales en los medios de difusión masivos, la insuficiente aceptación y apoyo familiar y las necesidades del respeto de la sociedad con independencia de la orientación sexual y la identidad de género.

El estudio también arrojó como resultado que las manifestaciones de violencia y discriminación resultan más frecuentes para las mujeres transgénero, que formaron parte de la muestra estudiada.

A modo de conclusión, la investigación apuntó que "las estrategias para enfrentar las desigualdades en salud para las poblaciones clave deben abordar los problemas relacionados con el género, el desarrollo de la diversidad de masculinidades, las relaciones intragéneros, la promoción de una comunidad de apoyo fuerte y mejorar el acceso a servicios de salud de calidad". 

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