De las 181 MIPYMES aprobadas por el Gobierno en Camagüey apenas 58 están operativas en la actualidad; las restantes 123 no funciona ya sea por falta de locales, materias primas o porque aún están formalizando su estatus, informa el sitio estatal Adelante.
"De las que funcionan, muchas las reconvirtieron de trabajadores por cuenta propia a empresas, y ya tenían sus proveedores, su mercado. Les ha sido más fácil que empezar de cero", dijo Denise López Fernandez, funcionaria de la Dirección Provincial de Economía y Planificación a ese medio estatal.
"Las de nueva creación deben acondicionar locales, buscar quienes les provean de los recursos, porque la trazabilidad impuesta como una empresa no les permite, por ejemplo, buscar la harina en la calle, y muchos han tenido que importarla", añadió López Fernández.
El reporte menciona algunas de las trabas para quienes desean formalizar una MIPYME: "Entre las principales inconformidades está la dilación de la aprobación y las limitaciones a aquellas de tipo profesional", admitió Ernesto Figueredo Castellanos, funcionario encargado de la tramitación y aprobación de esas empresas en la Dirección Municipal de Economía.
"Aquí vienen con muy buenas ideas, pero las prohíbe el Decreto 49, o el calificador nacional de actividades económicas, o no pueden realizar el comercio exterior directo", admitió Figueredo Castellanos.
A estas trabas, se suman otras impuestas por el régimen: la política tributaria, que es de un 35% sobre las utilidades, una cifra que el emprendedor Miguel Hernández Fernández calificó de "recaudadora y no incentiva el crecimiento".
"El nivel de fracaso en América Latina (de las MIPYMES) es de un 80%; en Cuba, de no cambiar muchas de esas condiciones, superará el 90%", vaticinó este emprendedor.
El reportaje pone cinco ejemplos del funcionamiento de MIPYMES en Camaguey. En todos, los emprendedores se quejan de los mismos problemas que ha padecido el sector privado bajo el ineficiente modelo socialista: imposibilidad de adquirir por vías legales materias primas y recursos para su negocio, altos impuestos e imposibilidad de importar directamente del exterior.
"Nos obligan a acudir al mercado minorista o a importar, y es dinero que se va del país y que no hay un mecanismo para ingresarlo a mi contabilidad, además de que encarece los costos", dijo Pedro Aguilar, dueño del restaurante Alegre.
"Hoy se importa hasta el agua, y la cerveza Cristal a las nuevas formas de gestión no les venden. Igual sucede con el aceite y otros productos necesarios para trabajar", dijo este pequeño emprendedor.
Dayron Olivera Olivera, creador de Marfoxi, una pequeña empresa dedicada a la producción de panes y galletas, se queja de la imposibilidad de adquirir harina de trigo de manera estable por la escasez. Por ese motivo muchos de sus productos tienen un componente de 50% de harina de arroz.
''Si yo pudiera importar directamente la harina bajaría el costo de las producciones y el precio con que llega a la población (...). La última harina que compré me costó 2.50 MLC el kilogramo. Mi negocio es vender, mis ganancias están en las cantidades, algo que ahora mismo se me hace difícil por la complejidad para adquirir materias primas y por la situación energética que atraviesa el país'', expresó Olivera Olivera.
Desde su aprobación en septiembre del pasado año, se han aprobado 5.985 MIPYMES en todo el país. De ellos, 5.854 son empresas privadas, 72 empresas estatales y 59 cooperativas no agropecuarias.
Por su origen, el 52% son reconversiones de negocios preexistentes y el 48% corresponde a nuevos emprendimientos.
Los trabajadores cubanos se benefician de la oferta laboral que generan esas empresas, sobre todo en el caso de las privadas. En total, se estima que unos 102.226 nuevos puestos de trabajo se incorporaron a estas empresas.
Es decir, 58 empresas del gobierno (o congraciadas con él) y 123 empresas de ilusos.