Las más recientes "elecciones" municipales realizadas el domingo 27 de noviembre en Cuba trascendieron como las de mayor abstención en 63 años de castrismo. Si bien, de acuerdo con las cifras oficiales, solo el 68% de los ciudadanos que tenían derecho a votar lo hicieron, al revisar las cifras de la capital de la Isla el resultado es aún peor.
De acuerdo con el periódico oficial Tribuna de La Habana, en esa ciudad, la más poblada del país, estaban inscritos 1.677.456 personas con derecho al voto, pero solo acudieron a las urnas 916.128, lo que representa el 55% del total.
Según cifras ofrecidas a ese medio por Maydelys Dupuy Zapata, presidenta del Consejo Electoral Provincial, de ese total el 88% de los votos resultaron válidos, pero el resto fue descartado debido a que las boletas fueron anuladas o depositadas en blanco. Ello reduce aún más la cifra final de participación efectiva en el proceso.
Como resultado, en La Habana resultaron electos 1.114 delegados y 191 circunscripciones irán a segunda vuelta el próximo domingo 4 de diciembre, dado que ninguno de los candidatos alcanzó allí más del 50% de los votos válidos.
La nueva votación implica a los 15 municipios habaneros, aunque los más representados en el nuevo sufragio serán Playa, Guanabacoa, Marianao, La Lisa y Boyeros.
En Cuba, de los 8.351.311 cubanos inscritos en el padrón electoral, apenas 5.728.220 acudieron a los colegios electorales, según dio a conocer Alina Balseiro Gutiérrez, presidenta del Consejo Electoral Nacional (CEN).
De acuerdo con esa entidad estatal, del total de boletas depositadas en las urnas resultaron válidas el 89,11%, puesto que el 5,22% estaban en blanco y se anuló el 5,60%.
Durante décadas las autoridades cubanas exhibieron unos porcentajes de participación ciudadana en sus comicios que superaban el 90%. Ya en 2017 se registró la afluencia más baja a las urnas en esta fase del "proceso electoral" del régimen, cuando votaron más de 7,2 millones de cubanos, el 82,05% de los ciudadanos con posibilidad de hacerlo.
La tendencia negativa se mantuvo durante el referendo constitucional de 2019, cuando solo votó el 84%. En septiembre pasado, durante el referendo sobre el Código de las Familias, apenas el 76% de los cubanos acudió a los colegios electorales.
Los números actuales, con una participación que no llegó al 70% del padrón electoral, evidencian la pérdida de apoyo del régimen y la falta de confianza de los cubanos en el proceso electoral.
El proceso recién celebrado fue para votar por los delegados de base o circunscripción, quienes se ocuparán de tratar de resolver los problemas del barrio, algo que en la Cuba actual se traduce principalmente en atender y tramitar quejas sobre infraestructuras básicas como calles, hospitales, escuelas y el tendido eléctrico, y que casi siempre suponen años de trámites infructuosos.
Los elegidos conforman además las asambleas municipales del Poder Popular de cada localidad, que tienen la misión de seleccionar de entre sus miembros a los integrantes del Consejo Provincial, el nivel administrativo inmediatamente superior, encabezado por el gobernador, una figura que para cada provincia es propuesta por el presidente del país.
Según la Comisión Electoral Nacional, el 65% de los candidatos que se presentaron son militantes del Partido Comunista de Cuba, el 44% mujeres y el 7% jóvenes. Sólo el 27% aspira a la reelección.
En esta ocasión trascendió que entre los candidatos de un barrio de Santa Clara estuvo Leandro Miguel González Pérez, un represor de la Seguridad del Estado cubana, quien se hizo viral tras detener usando una técnica de estrangulación a la activista Saily González Velázquez mientras esta hacía una directa en junio pasado.
Asimismo, el domingo varios activistas organizados para ejerce la observación electoral independiente denunciaron estar bajo sitio policial y amenaza de agentes de la policía política para impedirles ejercer esa labor, así como con el servicio de internet de datos y de telefonía móvil interrumpido.
Por lo dicho (y no dicho) por la presidente del Consejo Electoral provincial podemos calcular que el 12 % (109935) de los cubanos que acudieron a votar anularon su voto.
Creo que este dato tiene más valor que esos 761328 que siquiera se molestaron en ir a votar.
Porque esos más de CIEN MIL cubanos (sólo en la capital) realizaron un ataque activo a la revolución.
Cierto que muchos fueron a votar para "no marcarse" (y todos los cubanos sabemos lo que es eso) pero, de una u otra forma, anularon su boleta.
Cuba acaba de desaprobar su examen de democracia con pésimas calificaciones.
Mañana se estrena el flamante nuevo Código penal cubano que, junto a la inflación, la crisis económica brutal, la continuidad y el artículo 4 de nuestra Constitución Nacional (que confunde PATRIA con Patria socialista o revolución) , prometen que lo peor para nuestro sufrido pueblo está por llegar.
Qué más da que en dichos comicios haya existido abstencionismo, boletas en blanco e invalidadas, y que muchos de los candidatos dirigidos tengan que acudir a una segunda ronda, si de todas maneras, eso no cambia nada en el manicomio.
Con sólo el hecho de haber acudido a las urnas más de la mitad del electorado empadronado, es suficiente para que el inepto y el resto de la caterva de degenerados del régimen estén muy satisfechos con los resultados obtenidos. Es más, hasta deben estar impresionados por el respaldo del gran número de borregos con los que todavía cuentan a pesar de la represión y las tantas vicisitudes a las que los tienen sometidos.
Nuevamente DD confunde al lector predispuesto a entender que las elecciones fueron un desastre:
Dice: "Como resultado, en La Habana resultaron [sic] electos 1.114 delegados y 191 circunscripciones irán a segunda vuelta el próximo domingo 4 de diciembre, dado que ninguno de los candidatos alcanzó allí más del 50% de los votos válidos"
Que en 191 circunscripciones sea necesario una segunda vuelta NADA tiene que ver con la abstención (entendida como baja participación) ni con las boletas anuladas o inválidas. Los votos válidos son calculados entre los votos realmente recibidos (no entre los electores en listas) que no son ni blancos ni nulos. Significa que si solo tres electores votaron válido y dos de ellos lo hicieron por el mismo candidato, el candidato sería electo. Si no fuera así, la elección podría ser infinita.
Si DD quiere realmente que sus lectores sepan cómo funcionan las elecciones en Cuba, les recomendaría:
https://www.youtube.com/wat…