La provincia de Santiago de Cuba presenta el mayor número de focos del mosquito transmisor del dengue Aedes Aegypti de los últimos 15 años, lo que confirma que la situación del dengue en la Isla está lejos de estar bajo control, informó el diario estatal Sierra Maestra.
En ese territorio, se detecta un criadero del vector por cada 120 viviendas para una focalidad de 3.266. Como consecuencia, el riesgo de enfermar continúa muy elevado, para una tasa de incidencia de 65,2 por cada 100.000 habitantes, dijo Alfredo Cintra Guerra, responsable de Vigilancia y Lucha Antivectorial en la provincia.
Los municipios de Santiago de Cuba más afectados por esa enfermedad son Palma Soriano, Contramaestre, Mella, Songo-La Maya y la capital provincial. Como promedio, 297 personas acuden diariamente al médico con presuntos síntomas de dengue en ese territorio del oriente del país.
El reporte, indica que esta situación epidemiológica se ve agravada por la falta de recursos para combatir la enfermedad como abate, insecticidas y combustible.
De igual modo, a principios de este mes, un extenso reporte del periódico estatal Invasor de Ciego de Ávila señalaba que en esa provincia se habían detectado en una sola semana 578 casos y que la enfermedad estaba presente en al menos diez municipios.
En ese momento, el índice de infestación en esa provincia era de 0,37 de un mínimo permisible de 0,05. El reporte oficial admitió que, si muchas veces las estadísticas bajan, es porque el Laboratorio Provincial de Microbiología se encontró varios días sin poder realizar las pruebas de detección.
La última ocasión en que el Gobierno habló públicamente sobre la situación del dengue en el país fue el 9 de noviembre, cuando el ministro de Salud Pública José Ángel Portal Miranda afirmó que la tasa de incidencia había disminuido en un 13,2%, pero no ofreció cifras de personas contagiadas.
Durante el verano, cuando la epidemia se incrementó, no hubo reportes oficiales sobre las víctimas de la enfermedad, cuyas muertes, no obstante, circularon en las redes sociales. Entre los fallecidos reportados hubo más de una decena de niños, cuyos decesos fueron —en algunos casos— dados a conocer por sus propios centros de estudio. Pero tampoco, en esos casos, los medios oficiales se hicieron eco del problema.