Transparencia Electoral y DemoAmlat presentarán el próximo lunes el reporte postelectoral sobre el referendo del Código de las Familias en Cuba, que se celebró el pasado 25 de septiembre con una abstención del 26% del padrón electoral y un rechazo a la propuesta oficial del 33% de los votos válidos.
Ambas organizaciones monitorearon todas las fases, desde la consulta popular celebrada entre febrero y abril de este año, hasta la misma jornada de votación, en la que apoyaron a un grupo de activistas desplegados en distintas localidades para dar cuenta de cómo se desarrollaba la elección. En la misma línea que el reporte prelectoral, el monitoreo postelectoral confirma la falta de garantías del proceso celebrado.
El informe será presentado en directo a través de la web de DIARIO DE CUBA y nuestras plataformas sociales el próximo 24 de octubre, a las 10:00AM, hora de Cuba; 4:00PM, hora de Madrid, y 11:00AM, hora de Argentina.
En el evento participarán Jesús Delgado Valery, director de desarrollo institucional de Transparencia Electoral y coordinador de DemoAmlat, y Paula Gomes, socióloga y especialista en observación electoral.
El sistema electoral cubano está diseñado de manera tal que el Partido Comunista de Cuba (PCC) controla todos los niveles (nacional, provincial, municipal y de circunscripción), sin controles cruzados, auditorías independientes ni observación electoral nacional y/o internacional.
Como indicaron los pocos observadores independientes que lograron realizar su labor, la información sobre el proceso fue escaza, principalmente difundida por los medios estatales, donde se desató una intensa campaña por el Sí. En la página web del organismo electoral no se podía acceder al padrón electoral definitivo, la ubicación de los centros de votación o los datos de las autoridades a todos los niveles.
En los resultados definitivos anunciados por el aparato electoral, cayó levemente el Sí, del 66,87% anunciado preliminarmente al 66,85%, y el No subió mínimamente, del 33,13 al 33,15%. Por su parte, la abstención subió del 25,01% al 25,88%.
Analistas entrevistados por DIARIO DE CUBA calificaron el alto nivel de abstención y los votos negativos en la consulta como un hito en la historia de los "procesos electorales" en Cuba y una muestra del rechazo creciente de la sociedad al Gobierno.
"Nosotros consideramos que esto es un hito. La abstención de un 26% es histórica en los 'procesos electorales' de Cuba. En la Cuba revolucionaria hay una experiencia de tres referendos desde el 59 hasta la fecha. En 1976, cuando se da el referendo constitucional, la participación, según datos oficiales, fue del 98% del padrón y la aprobación fue del 97%. Luego, en el de 2019, la participación fue de 84% y la aprobación, del 90%. Y luego en las últimas elecciones, las de 2018, la participación fue del 85% y en el 2013 fue del 90,88%", dijo Delgado Valery.
"Si nosotros sumamos la abstención de un 26% más los votos nulos y blancos, más los votos en rechazo al Código de Familias nos da más de un 50% que decidió no votar, o votar en contra, o anular o votar en blanco. Todas opciones distintas a la aprobación del Código de las Familias", apuntó.
Para el coordinador de DemoAmlat, se trató de un "rechazo no solo al Código, sino también al régimen", que pretendió usar el referendo como una "válvula de escape".
En palabras del opositor cubano Manuel Cuesta Morúa, todo el proceso fue "no una propuesta de Código de las Familias, sino una propuesta política del Estado para tratar de garantizar varias cosas al mismo tiempo".
"Por primera vez, después del 11 de julio, la oposición al régimen de Cuba tiene un número interesante que es superior, ya sea en número absoluto o en porcientos, que la cantidad de gente que lo apoya", señaló.
"Porque, como sucede en estos regímenes dictatoriales, cuando utiliza el mecanismo de elecciones, referendos o plebiscitos, no solo se está juzgando el apoyo al tema concreto sino también el apoyo al Gobierno. Por lo tanto, a mi modo de ver, es una derrota política de la revolución cubana y una victoria de la comunidad LGBTI", consideró el fundador de Arco Progresista.
El Código de las Familias en Cuba, que sustituye al de 1975, además de incluir la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo y la gestación subrogada, prohíbe el matrimonio infantil, contempla la violencia machista (aunque el nuevo Código Penal no la incorpora) y sustituye el concepto de patria potestad por el de responsabilidad parental.