Las autoridades mexicanas anunciaron la apertura de un nuevo Consulado en La Habana con el propósito de aumentar las capacidades de trámites ante el elevado número de cubanos que solicitan visados hacia el país norteamericano.
Martín Borrego Llorente, director general para América del Sur en la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, anunció en sus redes sociales la intención de abrir la nueva sede diplomática en la capital cubana tras finalizar el viaje a la Isla en el cual acompañó al mandatario Andrés Manuel López Obrador.
Entre los acuerdos más relevantes tomados como parte de las reuniones entre las autoridades aztecas y cubanas estuvo el de "la próxima apertura de un Consulado mexicano de Carrera en Cuba", escribió en Twitter Borrego Llorante.
A finales del mes de abril la Embajada de México en Cuba abrió 16.000 nuevas citas para realizar trámites consulares, respondiendo a la creciente demanda de visados en la Isla, en muchos casos por parte de potenciales migrantes.
La representación diplomática anunció en su perfil de Twitter que las citas, programadas para entre mayo y diciembre de 2022, son parte de las mejoras implementadas en la actividad consular en La Habana.
La Embajada difundió además un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que explica que los cambios tienen como objetivo "ampliar la disponibilidad de las citas, transparentar su asignación y eliminar intermediarios o gestores".
En los medios independientes cubanos y las redes sociales han aparecido críticas y quejas de cubanos que han denunciado su disgusto por no poder lograr citas para los trámites en la Embajada mexicana e incluso han denunciado reventa de los turnos de visado.
Desde hace años se ha incrementado el número de cubanos que viajan a México como mulos, pero en los últimos meses el visado a ese país es uno de los más codiciados por los cubanos que buscan emigrar cruzando la frontera sur de EEUU.
Cuba vive desde 2020 una oleada migratoria que ya superó la de 1994, conocida como "Crisis de los balseros", y amenaza con ser mayor que el éxodo del Mariel, de 1980.
