La Diócesis de la Iglesia Católica en Santiago de Cuba divulgó un documento firmado por su homóloga de Ciego de Ávila donde considera que el proyecto del Código de las Familias que el Gobierno cubano someterá a plebiscito en la Isla, contiene "novedades, muchas positivas; otras, sin embargo, son un ataque frontal a la naturaleza de la familia".
Según el texto, publicado en el sitio web de la Diócesis de Santiago de Cuba, "la introducción de la ideología de género, el convertir en parentesco algo tan íntimo y cambiante como el afecto entre personas no vinculadas por el matrimonio o la consanguinidad, son algunas de las deformaciones que introduce este Proyecto de Ley".
De acuerdo con la institución, hay tres "cuestiones concretas que resultan inadmisibles" en la iniciativa legislativa oficial.
Entre ellos, dice, "Que el interés superior del niño, reconocido por el Proyecto del Código de las Familias como un principio general del derecho familiar, de obligatoria y primordial observancia, sea radicalmente deformado cuando en su definición considera inadmisibles lo que denomina 'conceptos tradicionales de la familia'".
El texto asegura que la adopción por familias del mismo sexo, o por dos personas divorciadas, considerada dentro de la nueva ley, no toma en cuenta que "la adopción es esencialmente un modo de conceder al niño por ley lo que por naturaleza le corresponde y necesita: un padre y una madre".
Asimismo, que una pareja de cualquier tipo pueda recurrir a la inseminación artificial a partir del semen de un donante anónimo, priva "al niño que nace de su derecho a conocer sus progenitores biológicos, impidiéndole acceder a sus orígenes genéticos y propiciando, incluso, que mantenga en el futuro una relación de pareja con un hermano sin ni siquiera saber que lo es".
También cuestiona la posibilidad de que una pareja de hombre y mujer, un hombre solo o una pareja de hombres pueda "hacer que una mujer distinta de los adoptantes lleve en su vientre nueve meses una criatura e inmediatamente después del parto lo entregue para criarlo ellos como hijo suyo; privándolo del vínculo afectivo que lo une a la madre que lo gestó y lo llevó en su vientre".
La Diócesis de Ciego de Ávila critica también que el concepto de Patria Potestad sea sustituido "por lo que el Proyecto de Código denomina 'Responsabilidad Parental', que establece deberes de los padres para con los hijos, pero suprime la autoridad de los padres para guiarlos por el camino que ellos, según sus principios y valores, consideran correcto".
De acuerdo con las enmiendas que propone la institución religiosa, en el caso de los artículos que definen las obligaciones de los padres ante las autoridades educacionales en las actividades escolares, consideran que "la identidad de un niño se va descubriendo a medida que el niño va creciendo, pero no se construye como dice la Ideología de Género y se refleja en el Proyecto".
Finalmente, en lo que respecta al matrimonio, reconceptualizado en el Código para incluir el matrimonio igualitario, la Diócesis considera que "ello le resta al matrimonio su valor como base natural de la familia, pues ya no sería la forma de constituir una familia, sino una de las formas de organización de las familias, que pueden nacer también a partir de las uniones de hecho afectivas, que vienen a desvalorizar aún más el matrimonio y también pueden ser entre personas del mismo sexo".
Varios cargos de la Iglesia Católica en Cuba han cuestionado el texto que el Gobierno pretende someter a consideración de la población, como hicieran otras denominaciones en 2019, durante la discusión del anteproyecto de Constitución de la República. En aquel caso, los reparos fueron dirigidos a la inclusión en el articulado de la Ley del Leyes del matrimonio homosexual.
Durante la homilía del pasado 26 de diciembre, día de la Sagrada Familia, el monseñor Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, arremetió contra el matrimonio igualitario y comparó la ley que lo permitiría con la que amparó la esclavitud hasta el siglo XIX, por injustas.
La consulta popular del nuevo Código de las Familias comenzó el 1 de febrero y cierra el 30 abril de 2022. Los cubanos podrán opinar sobre la versión 23 del texto legal, que volverá a ser revisado y llevado a referéndum popular en una fecha todavía no especificada.
La iglesia católica tiene razón, hay que cortar por lo sano independiente de "la cola" a la que se refiere el otro comentarista. "El que esté libre de culpa, que lance la primera piedra"; esa "cola" existe en la casi totalidad de las instituciones, unas al descubierto y otras en la sombra, pero no por eso tenemos que prejuzgar a todos sus integrantes.
No deja de tener razón la Iglesia, pero como también tiene cola que le pisen, creo que no está en posición de criticar todas estas aberraciones que se pretenden incluir en el nuevo código de la familia, propias de una sociedad decadente.