Hubo 'numerosas irregularidades' en la compra de fármacos de Sudáfrica a Cuba, concluye Pretoria

Hubo "numerosas irregularidades" en la compra en 2020 a Cuba del fármaco Heberon, o Interferón Alfa 2b, por la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica (SANDF, por sus siglas en inglés), concluyó el Parlamento de ese país.

De acuerdo con el equipo de trabajo ministerial designado por el exministro de Defensa Nosiviwe Mapisa-Nqakula para establecer las circunstancias en torno a la adquisición del medicamento cubano, y que rindió su informe de investigación el miércoles ante el Comité de Cartera de Defensa y Veteranos Militares (PCDMV) del Parlamento, la infracción más grave fue el intento por pagar la compra a través del Proyecto Thusano, un acuerdo de intercambio militar entre ambos gobiernos.

Según la investigación, la firma del negocio y orden de envío del cargamento debió ser, en cambio, como parte de la Operación Notlela, que cubre la respuesta de la fuerza militar sudafricana a la pandemia.

En ese sentido, el auditor general, Lourens van Vuuren, señaló que la adquisición de la SANDF en el marco de la Operación Thusano violaban la Constitución. Por lo tanto, dice el informe, "todas las adquisiciones en el marco de la Operación Thusano deben considerarse gastos irregulares".

El Parlamento indicó que hasta el 31 de marzo de 2021, el gasto de Sudáfrica en el acuerdo con La Habana, que implica la exportación de técnicos cubanos a ese país así como la participación de militares sudafricanos en cursos de preparación en la Isla, había superado los 64.560.760 de dólares, equivalente a más de 1.000 millones de rands.

De esa cifra, la compra del Heberon a Cuba supondría unos 16 millones de dólares.

Asimismo, mientras Sudáfrica tiene una lista de puertos de entrada que para importar medicamentos, la Base Waterkloof de la Fuerza Aérea, donde se entregó el interferón, no es uno de ellos.

Ante ello, el jefe de la SANDF dijo que en ese momento había un cierre y ninguno de los puertos de entrada normales estaba disponible. Sin embargo, no se ha investigado si se podrían traer o no medicamentos de emergencia usando esa vía.

El exministro de Defensa nombró la comisión investigadora después de que el general de división Lesley Ford, director jefe de Apoyo al Servicio de Salud Militar, acusara a los militares de irregularidades en la adquisición del interferón.

En su informe, la comisión refirió que en febrero de 2020 el cirujano general del Servicio de Salud Militar de Sudáfrica (SAMHS), teniente general Zola Dabula, estaba de visita en Cuba, "donde se convenció de la eficacia del interferón como un posible refuerzo inmunológico para los soldados que sufren de Covid-19".

A ello siguieron varias reuniones entre las autoridades cubanas y la SANDF, en las que el ex jefe de esa fuerza, general Solly Shoke, afirmó que miembros del Departamento de Salud fueron invitados a esos encuentros pero no asistieron. El Consejo de Comando Militar (MCC) de SANDF decidió utilizar todos los medios disponibles para proteger a sus miembros, y Dabula recomendó encarecidamente el uso del interferón.

Pero el director ejecutivo de la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Sudáfrica (SAHPRA, por sus siglas en inglés), el doctor Boitumelo Semete-Makokotlela, enfatizó que ninguna entidad estatal, incluida la SANDF, estaba exenta de la ley pertinente y, por lo tanto, necesitaba obtener el permiso correspondiente para usar el interferón para Covid-19.

Precisamente la denegación de ese permiso impidió utilizar el fármaco, y acabó con su presunta devolución a Cuba, según la fuerza militar sudafricana. 

Durante las audiencias, la presidenta de la junta de SAHPRA, la profesora Helen Rees, señaló que durante el comienzo de la pandemia "el interferón fue uno de los muchos medicamentos que realmente esperábamos que hicieran una diferencia para el Covid, ya sea en la prevención o en el tratamiento. Posteriormente, se realizaron algunos ensayos y, lamentablemente, no se ha demostrado que el interferón sea efectivo ni en la prevención ni en el tratamiento".

No obstante, incluso Miguel Díaz-Canel hizo propaganda al fármaco durante 2020, aunque diversos investigadores y expertos advirtieron que el producto no tenía las propiedades milagrosas ante la pandemia que el régimen cubano le adjudicaba.

SAHPRA inicialmente consideró una solicitud de ensayo clínico de Heberon para 8.000 miembros de la SANDF, pero luego retiró esta oferta y amenazó con destruir el medicamento si no se devolvía a Cuba.

Semete-Makokotlela confirmó que había recibido una carta del Departamento de Defensa un día antes de la sesión informativa del miércoles, confirmando que el Heberon había sido devuelto a Cuba.

Según el propio informe, La Habana envió tres facturas por valor de 15 millones de dólares a la SANDF por el fármaco, pero solo una, por dos millones, habría sido pagada hasta la fecha.

Aunque aún no está claro el número exacto de dosis de Heberon devueltas, la comisión investigadora concluyó que la SANDF desperdició una gran cantidad de dinero sin una razón o explicación adecuada. Por ello, sugirió al ministro ordenar una junta de investigación para descubrir las causas de ese desperdicio de recursos.