"Hay que tener cuidado" es una frase que se escucha con frecuencia por estos días en colas, paradas de ómnibus y cualquier lugar donde se reúnan cubanos. Responde a la alarma por el aumento de los robos y los asaltos violentos en las calles, que muchos consideran supera lo visto durante el llamado "Período Especial", en los años 90.
En las redes sociales, usuarios y grupos como los clubes de motoristas han denunciado los robos violentos de motos eléctricas.
"Lo mejor es evitar los semáforos en rojo", consideran algunos. En un video que circula se ve el atraco a un motorista en un semáforo. El hombre queda tirado en medio de la calle y los asaltantes se marchan con la moto.
El 24 de diciembre, Manuel De La Cruz se dirigía desde el Cotorro a un bar en La Habana Vieja. A las 11:00 de la noche coger transporte en cualquier parte de la ciudad es complicado porque prácticamente no hay. A la espera de algún medio que lo llevara a su destino, Manuel conoció a un muchacho con el que se puso a romancear.
"Dos horas después, ese muchacho me apuñaló y se mandó a correr con mi teléfono", relató De La Cruz a DIARIO DE CUBA. "Es común que algunos hombres se acerquen a miembros de la comunidad LGBTI simulando intenciones de tener algún tipo de relación, para terminar asaltando a su víctima", lamentó.
De La Cruz denunció a la Policía lo ocurrido. "Supuestamente están investigando", dijo, pero hasta el momento no le han dado respuestas sobre su caso.
Los teléfonos se han convertido en el objetivo más común de los atracadores. El sábado 18 de diciembre fui a ver una obra de teatro. Cuando regresaba a mi casa, saqué mi móvil para comentarle la puesta a la redacción de DIARIO DE CUBA y proponer una reseña.
Eran las 7:30 de la noche aproximadamente, yo caminaba cerca de la calle Ejido, en La Habana Vieja, que estaba alumbrada, aunque sin mucho tránsito. Un muchacho joven me arrebató el teléfono y, por más que corrí detrás de él, no lo pude alcanzar. En ese momento no había ningún policía cerca y los demás transeúntes hicieron como si no hubiesen visto nada.
Al otro día, cuando fui a contratar una línea nueva, la empleada que me atendió en ETECSA dijo que diariamente llegan a la compañía personas a las que le han robado el teléfono, y me comentó un caso similar al mío, ocurrido en la Villa Panamericana, en plena mañana.
Un vecino me relató otro robo que presenció en una parada de ómnibus, cerca de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (CUJAE), apartada del centro de la ciudad.
"Se le pusieron por detrás y, mientras escuchaba un audio de WhatsApp, le arrebataron el móvil. En lo que se paró y les corrió atrás fue demasiado tarde, más nunca los vio".
La reapertura del turismo pone en la mira a los viajeros que arriban a la Isla con dinero y objetos de valor. Roberto tiene una casa de renta en Centro Habana. Hace poco, a uno de sus clientes "lo acuadrillaron cuatro hombres y le robaron una carterita con papeles y apuntes".
"No le pudieron quitar más porque mi cliente llevaba el teléfono, las llaves y el dinero en una cartera metida dentro de la ropa y pegada al cuerpo, que no se notaba mucho", añadió.
La acumulación de historias muestra que los asaltos no son hechos aislados sino un problema en aumento, sobre el cual las autoridades cubanas no se han pronunciado pese a las numerosas denuncias en estaciones policiales y en redes sociales.
Cuba pasa por una aguda crisis con una inflación que cerrará este año en un 740% aproximadamente, según cálculos The Economist Intelligence Unit. En negocios privados la libra de carne de cerdo asciende a 200 pesos, la cerveza a 130 pesos, y los rones oscilan entre los 700 y 1.000 pesos.
Tanto los mercados estatales como los particulares están desabastecidos. Las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) son las únicas que reciben surtido regular de productos de primera necesidad, pero el cubano promedio no cobra en divisas, el Gobierno no las vende y el precio del MLC en la calle se eleva a 75 pesos.
Con toda la fuerza policial concentrada en la represión de opositores y gargantas del "Patria y Vida" estos hechos se convierten en lógica cotidiana. Una lógica cotidiana que se ve más que alimentada por las carencias de todo tipo, la carestía de la vida y los derroteros de un país donde la única esperanza se centra en saltar a Managua dada la falta de un proyecto sostenible de futuro a ningún plazo.
Esta es la lógica aplastante: más robos, hurtos, asaltos a plena luz del día.
Mientras tanto, el capitán general y su coro de sicofantes hablan de una isla inexistente para el cubano de a pie.
Si el gobierno, la institución que debe dar ejemplo es el principal ladrón ¿que se va a esperar de los ladrones de la calle?