Autoridades de los ministerios de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, y Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) firmaron el jueves un acuerdo para desarrollar el proyecto "Mi Costa" que, según publicó el portal oficial Cubadebate, durante ocho años "pretende incrementar la resiliencia climática de 24 municipios de la costa sur de Cuba, especialmente vulnerables a los impactos del cambio climático".
Con 23,9 millones de dólares aportados por el fondo verde para el clima y 20,3 millones comprometidos por organismos estatales, el programa se suma a otras iniciativas del sistema de las Naciones Unidas en la Isla que, en alianza con instituciones nacionales, apoyan el plan del Estado "Tarea Vida", y "potencian la lucha contra el cambio climático como una de las prioridades de la cooperación internacional en el país".
Los promotores pretenden que "Mi Costa" contribuya a la restauración de 11.000 hectáreas de mangle, 3.000 hectáreas de bosques de ciénaga, 9.000 hectáreas de pastos marinos y 134 km de arrecifes coralinos, lo que repercutirá en la generación de barreras protectoras ante eventos de fuertes oleajes, y en la protección de por lo menos 1,3 millones de personas, según el PNUD.
Orlando Rey, asesor para cambio climático del CITMA, dijo que "Mi Costa" es un "proyecto más construido de abajo hacia arriba, no toma elementos aislados del medio ambiente sino que los combina todos, y los combina además con elementos socioeconómicos y un proceso integral de transformación".
Con la "Tarea Vida", el Gobierno cubano se ha topado con la negativa de poblaciones costeras a abandonar sus emplazamientos y actividades económicas asociadas, por mucho que la situación geográfica en que conviven signifique numerosos riesgos ante fuertes evento climáticos como los huracanes.
"Tenemos que velar porque las intervenciones no sean contrarias a los intereses y las expectativas de las personas. Las decisiones climáticas son complejas porque a veces hay que cambiar actividades que se están desarrollando, o alejar a determinadas poblaciones de esas actividades. Está en la inteligencia de los gobiernos locales convencer a las personas sobre los beneficios del proyecto, pero no beneficios en abstracto, sino asociados a las necesidades económicas y sociales específicas de la gente, porque sus casas van a estar más protegidas, sus cultivos van a estar más protegidos, si la línea costera está protegida", dijo Rey.
Para el economista y profesor Jorge Alfredo Carballo Concepción, "'Mi Costa' viene a integrar una serie de elementos sobre cómo las comunidades deben enfrentar la lucha climática de manera positiva".
"La única forma que tiene un proyecto como este de cambiar la forma de pensar de las personas y los gobiernos locales es interactuar, articularse, tratar de darle creatividad a todo esto incluso a través del arte y productos audiovisuales. Nosotros hemos constatado que hay mucha sabiduría en las comunidades. Uno no puede llegar con el último grito de la ciencia, porque ese lenguaje científico también está presente, a su manera, en las comunidades con las que interactuamos", añadió.
Roberto Núñez, director del Instituto de Ciencias del mar, del CITMA, dijo "Mi Costa" impactará positivamente en "poblaciones muy vulnerables al cambio climático, que dependen muchas veces de la pesca como sustento de vida". Prometió que se crearán "puestos de trabajo para la comunidad y la misma comunidad monitoreará las acciones con pequeñas técnicas" que les van "a compartir".
Gricel Acosta, oficial de programas del PNUD, dijo que "el inicio de la formulación de esta idea coincidió con el inicio de la formulación de la "Tarea Vida", que había definido con claridad cuáles son las áreas más vulnerables al aumento del nivel del mar por los efectos del cambio climático".
"Los municipios con los que interactuaremos responden a la determinación de los tramos costeros con mayores impactos o amenazas de pérdida de territorios, según escenarios futuros evaluados para Cuba", dijo.
Según la funcionaria, recorrieron "los siete asentamientos y se tuvieron en cuenta los criterios de la gente".
"En Santa Cruz del Sur, por ejemplo, hay un malecón; la propuesta era quitar ese muro y restablecer la línea costera de mangles. Un debate abierto hizo llegar a la conclusión de que la comunidad necesitaba y quería su malecón. Los científicos debieron pensar otras soluciones para adaptarlas a ese tramo de costa", afirmó.
Acosta concluyó que "no se hará nada que las comunidades no quieran, porque eso no sería sostenible. El proyecto está diseñado con un paquete de evaluaciones y herramientas para lograr que su implementación involucre, entrene y escuche a las comunidades".
Que bueno, la familia real ya puede estar tranquila mientras sigan recibiendo donaciones podrán mantener su nivel de vida.
Directo al bolsillo de La China Pamela, la abuela del Cangrejo, para gastárselo en mulatones bien dotados……