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Día Mundial del Medio Ambiente

Ambientalistas cubanos: sin libertad, democracia ni economía es muy difícil proteger el medioambiente

DIARIO DE CUBA conversa con tres ambientalistas sobre la gestión del Estado.

Madrid
Activistas y grupos independientes limpian la costa de Cojímar en La Habana
Activistas y grupos independientes limpian la costa de Cojímar en La Habana Diario de Cuba

Cada 5 de junio, desde 1974, se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Este año, marcó el lanzamiento formal del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030. A propósito de la fecha, DIARIO DE CUBA conversa con tres ambientalistas sobre la gestión ambiental del Estado cubano.

Inalkis Rodríguez Lora, quien edita videos y escribe sobre medioambiente y temas campesinos en La Hora de Cuba, recuerda que existe "la Ley 81, Ley del Medioambiente, en la que se habla del uso racional de los recursos naturales y muchas cosas más", pero la gestión del Estado cubano es "pésima en este tema. La gestión del Estado se basa en qué hotel construir en tal o más cuál cayo, no importa que para eso haya que destruir las riquezas naturales del lugar". 

El biólogo y ambientalista Ariel Ruiz Urquiola ofrece ejemplos de esta mala gestión, como la reducción de los bosques, que abarcaban el 98% del archipiélago antes de 1492, hasta un 13.7% en los años 90. "Toda la repoblación forestal que se hace es sin considerar el background genético de las poblaciones de las especies". Entre las especies que el ordenamiento forestal no tienen en cuenta, el científico destaca la caoba antillana, "una de las especies nativas de más valor maderable a nivel mundial".

Señala además la sobrepesca en la plataforma del archipiélago de Cuba, como evidencia de que "la política de pesca de Cuba ha sido errada desde su comienzo y en todo su desarrollo, y ha logrado el colapso del propio Ministerio de la Pesca".

Por su parte, el geógrafo, ecologista y profesor Eudel Cepero Varela se remonta a las palabras de Fidel Castro durante una charla con los estudiantes de la Universidad Lomonosov, en la extinta Unión Soviética: “…cuando se haya construido el comunismo habrá desaparecido la etapa de las revoluciones sociales, (…) quedará una inmensa, grande, infinita revolución que hacer, y es la revolución contra las fuerzas de la naturaleza. ¡Y la revolución de la naturaleza no terminará nunca!”.

El geógrafo explica que esa charla se convirtió en la tercera directriz de la Academia de Ciencias de Cuba: "Convertir a la Academia de Ciencias de Cuba en la base fundamental para el estudio de la futura transformación de la naturaleza cubana como parte esencial de la revolución científico técnica" proclamada por Castro.  

"De ahí surgieron proyectos como la desecación de la Ciénaga de Zapata. La 'Voluntad Hidráulica', cuyo lema era 'ni una gota de agua al mar', causó la desaparición de incontables ríos y arroyos. Los pedraplenes en la cayería norte, bajo la supervisión personal de Fidel Castro, generaron un aún invalorado impacto ambiental en esos ecosistemas costeros", comentó.

"En los años 90, el Gobierno cubano intentó dar un 'mensaje verde', promulgando tardías leyes ambientales y otros malabares diseñados para mejorar la imagen en su política exterior (…)”. Como ejemplo de que la política de dominio de la naturaleza continúa, Cepero Varela menciona el dragado de la bahía del Mariel en 2013. "Al menos se destruyeron cinco hectáreas de manglares y rellenaron unas diez hectáreas de lagunas costeras. Hasta hoy no se conoce ninguna medida o acción de mitigación a esos impactos ambientales".     

Los objetivos de la Ley de Medioambiente, que data de 1997, incluyen promover la participación ciudadana en la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible; desarrollar conciencia ciudadana sobre los problemas del medioambiente; regular el desarrollo de actividades de evaluación, control y vigilancia del medioambiente, y propiciar el cuidado de la salud humana, la elevación de la calidad de vida y el mejoramiento del medioambiente en general. 

Inalkis Rodríguez Lora considera que cada año se cumplen menos. "En las propias escuelas, cortan los árboles, hay salideros constantes de agua, incluso se drenan todos los desechos albañales a ríos que pasan por la ciudad. Solo se cumplen en propagandas y comerciales que ponen en la televisión, ya cuando se acerca el Día Mundial del Medio Ambiente, entonces le hacen creer al mundo que Cuba es un ejemplo a seguir si de protección ambiental se trata".

Ariel Ruiz Urquiola agrega que en Cuba los desechos sólidos "van a parar al manto freático" y la basura se quema a cielo abierto en zonas donde hay población. “¿Cómo podemos hablar de que exista cualquier tipo de educación, de prácticas de energía verde, de ayuda a la naturaleza y de reciclaje, si las personas viven básicamente en estado de precariedad y hacinadas?”.

"Pero no es solo que no se cumplan por parte del ciudadano, sino que no se cumple a nivel de la empresa estatal cubana, que ha destruido la plataforma costera en el desarrollo de la industria del turismo (…) Las empresas mineras que explotan a cielo abierto con absoluta impunidad, y las poblaciones locales de Moa, Niquero y demás tienen altos índices de incidencia de cáncer y enfermedades respiratorias. ¿Y qué pasa con eso? Absolutamente nada, porque todo está en manos del Estado".

Eudel Cepero Varela recuerda que ni la Constitución ni la Ley de Medioambiente consagran el derecho a gozar de un ambiente saludable, ecológicamente equilibrado y adecuado, por lo que "están limitados los reclamos y las acciones de amparo y tutela de las personas para accionar contra la degradación del medioambiente". 

“Por otra parte, el predominio de la propiedad estatal en Cuba hace que el Gobierno sea el dueño de las empresas que causan impacto ambiental, y al mismo tiempo el encargado de regular y hacer cumplir la ley ambiental (…). Es decir, tiene que multarse si la fábrica que es de su propiedad contamina un río. Para ejemplo, el caso de Moa, donde el Gobierno le dio un periodo de gracia de diez años a la compañía Moa Nickel S.A durante el cual no tenía que cumplir con las regulaciones ambientales. En 2004, al expirar el permiso, le otorgó otro periodo de 'flexibilización ambiental' que en realidad se dio a sí mismo, porque el Gobierno cubano es dueño de la mitad de esa compañía junto con la empresa canadiense Sherritt International".  

Sobre qué acciones se deberían llevar a cabo para mejorar el cuidado ambiental en Cuba, Rodríguez Lora señala la necesidad de libertad. 

"Cuando cualquier persona pueda crear su propio proyecto en defensa del medioambiente con el país o institución que desee, pues indiscutiblemente mejoraremos en el cuidado de nuestro entorno. Por ejemplo, se debería trabajar seriamente por la descontaminación de todos los ríos que atraviesan las ciudades de Cuba. Plantar árboles, aquí se deforestan los bosques y la mayoría de las veces no se siembran los relevos o los dejan morir. También se debería tener cestos clasificados para cada tipo de desechos, eso no lo hay y todos van a un mismo envase, luego son arrojados en un vertedero y se les prende fuego".

Para Ruiz Urquiola, la acción es "simplemente el establecimiento de una república con Estado de Derecho. No se puede hablar de medioambiente cuando el poder está concentrado en una hegemonía bruta que carece de todo tipo de conocimiento, no solo sobre medioambiente, sino sobre producción, sociedad, industria, todo". 

Cepero Varela opina que sin libertad, democracia ni economía es muy difícil. "¿Cómo le pides a un pueblo hambriento que no pesque tortugas que están en extinción o no se coma sus huevos? ¿Cómo le pides a los ciudadanos que exijan el cumplimento de leyes que el mismo Gobierno no respeta?", cuestiona. Pero considera que "siempre queda la opción de tratar, de exigir que se cumpla lo que está en la Ley y sobre todo de denunciar a la opinión pública lo que ocurra".

Para Ruiz Urquiola, la falta de un Estado de Derecho es también la mayor dificultad que enfrentan los ambientalistas en Cuba, mientras Rodríguez Lora se refiere a "la represión y la vigilancia" que "siempre son los factores clave. No importa que el tema de uno sea el medioambiente, igual el Gobierno te reprime porque no quieren que se diga la verdad". 

Cepero Varela expresa que quienes hoy tratan de proteger el entorno en Cuba de forma independiente merecen todo el respeto y apoyo. "En los años 90, las mayores dificultades eran la falta de libertad, la represión y la incomunicación. Todo hace indicar que solo lo último ha mejorado algo con la llegada del internet".

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