Una cubana murió este lunes al hundirse la embarcación en que viajaba hacia Panamá junto a otros emigrantes de la Isla, Haití y Venezuela. La Alcaldía de Acandí, Colombia, la identificó como Lisandra Bravo Alarcón.
Del grupo formaban parte unas 30 personas, en su mayoría cubanos. Pescadores y miembros de la Armada Nacional de Colombia rescataron a 21 migrantes, entre ellos cinco menores de edad.
Además del cuerpo de la cubana, han sido hallados otros dos cadáveres. Juan Ricardo Rozo Obregón, comandante Fuerza Naval del Caribe de la Armada Colombiana, dijo que continúa la búsqueda de seis desaparecidos, entre ellos tres niños.
La embarcación que naufragó salió de forma ilegal, de madrugada, del puerto colombiano de Necoclí, con destino al archipiélago de San Blas, en Panamá.
La Armada Nacional de Colombia dijo además que el pasado 5 de octubre fueron interceptadas en el Gofo de Urabá, tres embarcaciones ilegales, con 47 migrantes de nacionalidad cubana, haitiana, venezolana y nepalí a bordo.
Según la Alcaldía de Acandí, actualmente están varados en la localidad costera de Necoclí unos 19.000 emigrantes, cifra que casi iguala a la de la población del municipio.
Algunos emigrantes llevan un mes en el lugar y solo pueden conseguir boletos de salida en embarcaciones para el mes de noviembre, indicó la Defensoría del Pubelo. Esto se debe a que Panamá solo acepta el ingreso de 500 migrantes por día, pero diariamente ingresan alrededor de 1.000 a Necoclí.
Aunque Colombia cerró la frontera con Ecuador para frenar el paso de migrantes, el ingreso de estos no se ha reducido.
El exceso de población migrante ha colapsado los servicios públicos y el pequeño hospital de Necoclí, una localidad turística y de pescadores. El agua escasea y el alcantarillado colapsa cuando llueve.
Los migrantes, ante el desespero, los altos costos de la alimentación y hospedaje, optan por entregarse a "coyotes" (traficantes de personas) que cobran 500 dólares por llevarlos al Darién en pequeñas embarcaciones con exceso de ocupantes y sin medidas de seguridad. Según un habitante de Necoclí, diariamente salen alrededor de 400 migrantes de forma ilegal.
Para poder pagar el hospedaje, los emigrantes duermen hasta seis en pequeños cuartos. Pagan cinco dólares diarios por dormir en el suelo y seis dólares por un plato de comida. Algunos, por la precariedad de su situación, solo se alimentan una vez al día.
Según la Defensoría del Pueblo de Colombia, en lo que va de año 86.000 migrantes han salido de forma legal desde Necoclí. Agosto fue el mes de mayor flujo.
El calvario de los emigrantes continúa en la selva del Darién, donde se enfrentan a robos, estafas y hasta violaciones.
La comunidad de Guna, en Panamá, denunció el robo del que fueron víctimas emigrantes el domingo 10 de octubre, cerca de Armila. Por ese motivo fue detenido por el Servicio Nacional de Fronteras panameño un individuo al que se le acusa de robo, violación, posesión ilícita de arma y asociación ilícita en perjuicio de personas migrantes. También se le vincula con hechos ocurridos el 14 de septiembre, cuando varias mujeres fueron violadas.
Las autoridades indígenas de Guna Ayala, ante los sufrimientos de los emigrantes, han construido un alberque para su atención y han solicitado una reunión con las autoridades de Capurganá.