El veterinario Duniel Pino encontró una fractura de la vértebra L3, de la región lumbar, al observar una radiografía realizada después del rescate. La placa mostraba la columna vertebral de Luna, una perrita cubana que hoy necesita un carrito adaptado a sus patas traseras para caminar.
"En el examen neurológico que se realizó no tenía sensibilidad profunda; aunque se le hubiese atendido rápido, el pronóstico era desfavorables", comentó Pino ocho meses después de haber atendido a Luna.
En los primeros días de diciembre de 2020, Luna vagaba por el municipio Playa, en La Habana. La ausencia de personas o automóviles en las madrugadas debido toque de queda, hace ese horario más seguro para los animales callejeros. Aun así, siempre se escapa algún humano en cuatro ruedas, motor y carrocería, capaz de atropellar a un animal y seguir de largo como si solo hubiese impactado contra un objeto sin importancia.
Ariel rescató a Luna, que fue golpeada por un auto cerca de las calles 31 y 60 en Playa, y la llevó al veterinario. En la clínica estatal, la doctora de guardia le dijo que se iba a encargar del caso. No se sabe si lo hizo o no, pero Luna siguió vagando por las calles.
Liliana es miembro del grupo Bienestar Animal Cuba (BAC) en la zona. Desde que recibió el reporte de Luna, la estuvo buscando junto a otros miembros del grupo hasta que apareció frente a la casa de su padre. Esta rescatista llevó enseguida a la perrita al veterinario Pino, pero como ya habían pasado varios días del accidente, la fractura estaba soldada y no era conveniente operar. "Entonces, le pusieron algo para el dolor y, después, unos vecinos de mi papá, muy preocupados desde el principio, se brindaron para cuidarla", cuenta la animalista.
Luna acabó así en la casa de Yatary. "Como la perrita estaba en un portal donde la atendían, pero no tenía interacción social, yo le propuse a Lily traerla para mi casa hasta que apareciera adoptante seguro, porque yo tenía una perra que se pasaba el día entero sola", cuenta la joven.
"Inicialmente, pensamos que no la podíamos adoptar, pues tanto mi esposo como yo trabajamos y vivimos solos (…). Todo esto fue en el proceso del Covid y se fue alargando la estadía de Luna. Con el tiempo, nosotros la desparasitamos, compramos pienso, culeros y terminamos quedándonos con ella. Pese a no tener nosotros una casa tan espaciosa, nos hemos ido adaptando para darle una mejor vida a Luna. Le hemos cogido cariño".
La historia de Luna no es un hecho aislado en la actualidad cubana, donde no existe una infraestructura gubernamental para la protección de los animales pese al Decreto-Ley para el bienestar animal aprobado el 26 de febrero.
Diariamente, el equipo de BAC recibe disimiles reportes de animalitos abandonados, algunos con necesidad de atención médica, que requieren un hogar para hacer sus vidas más largas y felices.
Desde enero de 2020, BAC, nacido originalmente en Santa Clara, logro establecer sedes en las distintas provincias cubanas. Los miembros de este grupo sin fines de lucro, se encargan de buscar soluciones a lo largo del país para que animales, principalmente domésticos, tengan vidas con respeto a sus derechos. Entre sus acciones se encuentran las ferias de adopciones, en las que cada adoptante debe firmar un acuerdo que permita a los miembros de BAC dar seguimiento a la mascota y comprobar que se encuentra bien cuidada.
Con el propósito de seguir creando conciencia sobre la importancia del cuidado de los animales, BAC lanzó recientemente una campaña con el slogan "No compres uno de raza, adopta uno sin casa".
"Tiene como objetivo llevar a la opinión pública la necesidad de que las personas adopten perritos mestizos rescatados por nuestra organización. Estos salen de las calles y nosotros les damos una segunda oportunidad buscándoles una familia responsable que les de amor y los cuide como nosotros lo hacemos", explica a DIARIO DE CUBA Javier Larrea, director y fundador de BAC.
"Otro objetivo es tratar con animalitos que poseen condiciones especiales; es decir, animalitos a los que les faltan una patica, un ojito o alguna otra característica por la cual las personas se limitan a decir 'pobrecito, qué lástima', pero no dan el paso para adoptarlos. El objetivo de nosotros es utilizar la influencia de los artistas para llevar este tema a la opinión pública y que la gente se sensibilice al respecto", añade Larrea.
Esta campaña se comenzó a gestar entre finales de julio y principios de agosto. Para su desarrollo contó con el apoyo de Estudio 50 y la revista Vistar, que prestaron su infraestructura y equipamientos para la realización de dicho proyecto y se encargaron de la difusión. Han participado artistas como la coreógrafa Lizt Alfonso, los actores Heidi González, Alicia Hechavarría, Tony Lugones y el músico David Blanco, entre otros.
"Cuba es mestiza, la vida es mestiza y, realmente, los animales —perritos satos, gaticos— son una bendición para cualquiera que los pueda tener. Como los animales son amor, uno se siente bendecido al tenerlos alrededor", expresó Lizt Alfonso.
"En Cuba nos hemos quedado muy atrás en muchas cosas, entre ellas, la defensa de los derechos de los animales, y es algo por lo que estamos luchando desde hace muchos años, y pienso que es nuestro deber ciudadano hacerlo", agregó.
Campañas que no sirven para nada. Quien quiere una mascota de raza la quiere por sus razones y no va a cambiarlas porque alguien le diga lo contrario.