Back to top
Bancos

El drama de los cajeros automáticos en Cuba

Lejos de resolver un problema, con los cajeros automáticos le han creado otro al cubano de a pie.

La Habana
Cola para un cajero automático en Santiago de las Vegas.
Cola para un cajero automático en Santiago de las Vegas. Diario de Cuba

Mientras que el mandatario Miguel Díaz-Canel recorre varios barrios periféricos de la capital con el supuesto objetivo de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, y también de agilizar los servicios que las entidades estatales prestan en esas comunidades, otro servicio parece no despertar el interés de las autoridades por hacerlo más eficiente: los cajeros automáticos.

En realidad son pocos los cubanos de hoy que puedan prescindir del servicio de los cajeros automáticos. En buena parte de las empresas y unidades presupuestadas del país se sustituyó el cobro del salario mediante nóminas por una tarjeta magnética que posibilita la operación a través de los cajeros automáticos. De igual manera, a muchos jubilados y pensionados se les eliminó la chequera con que cobraban en los bancos, y también se les habilitó con la referida tarjeta.

A primera vista no había nada censurable en esos cambios. El cobro mediante los cajeros automáticos es un paso necesario e importante en el avance de la sociedad hacia la era digital. Sin embargo, al parecer el país no cuenta con la infraestructura adecuada para acometer tal empeño de un modo eficiente. Veamos una serie de anomalías que afrontan los cubanos de a pie en el uso diario de los cajeros automáticos.  

El cajero automático ubicado frente al parque del poblado habanero de Santiago de las Vegas, en la mañana del lunes 13 de septiembre, exhibía una cola de media cuadra. Una cola que fluía con lentitud debido a que solo funcionaban dos de las cuatro cajas con que cuenta el cajero.

En días pasados, un sudoroso caminante llegaba al cajero de la Calzada de Ayestarán, casi esquina a Tulipán, en el municipio Cerro, y sintió alivio al comprobar que allí había dinero para realizar la extracción que necesitaba. Había recorrido casi toda la Calzada del Cerro, un tramo de unos cuatro kilómetros, y no encontró dinero disponible en ninguno de los cajeros de esa avenida.   

La situación se torna más molesta en los cajeros automáticos ubicados en lugares alejados de los bancos. Porque en esos sitios, por lo general, no existen los billetes que más se usan en la cotidianidad, como los de 20, 50 y 100 pesos. Eso significa que casi siempre los usuarios reciben en su extracción monedas de alta denominación, como las de 500 y 1.000 pesos, las cuales no siempre son aceptadas en tiendas, cafeterías y otros comercios. En ese sentido no son pocas las personas que, tras salir del cajero automático, han tenido que hacer una cola para entrar en un banco y poder cambiar esos billetes de alta denominación.

Otro suceso lamentable ocurrió cuando un señor acudió a un cajero automático para cobrar la pensión de su madre anciana. La tarjeta magnética quedó trabada en una de las cajas, y por supuesto no recibió el dinero solicitado. Al telefonear al Banco Metropolitano más cercano le comunicaron que la situación solo se resolvía si se presentaba en una sucursal bancaria con su madre, una señora con graves problemas de locomoción. Únicamente así podría cobrar su pensión y se destrabaría la tarjeta magnética.

Estos son solo algunos de los problemas que en días recientes han enfrentado los usuarios de los cajeros automáticos.  Es duro imaginar que alguien que deba permanecer varias horas en colas interminables para adquirir alimentos, artículos de aseo y otros bienes de primera necesidad, tenga que sufrir otro calvario a la hora de extraer su dinero.

Hace falta que Díaz-Canel coloque en su agenda de andarín la revisión del sistema de cajeros automáticos, que tanto malestar causa al cubano de a pie.

Más información

2 comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.

En cuba todo es una mierda

Todo lo que toca el gobierno lo es.