Otilia reza y pide a Dios que "aleje la muerte de su familia". Al dolor de perder a su padre, se suma el peligro de la cepa sudafricana del coronavirus, que ahora atenta contra la salud de su esposo y sus hijos, víctimas del desorden con que las autoridades de Camagüey intentan contener los contagios de Covid-19.
Desde que el estatal Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) confirmó el deceso de su padre a causa de una de las variantes más letales del Covid-19, ella y sus vecinos no viven "por el temor del contagio, la dispersión de la enfermedad y la irresponsabilidad con que se violan los protocolos sanitarios", dice.
Serafín Cruz, de Calle Cuba, y Yolaysi, de La Mosca, se mantienen en vilo porque a la nueva amenaza "se suman las negligencias en el seguimiento a la carga viral persistente que padecen y los debilita de forma progresiva".
En opinión de Oris, "la cosa va de mal en peor" y dice que "en el hospital provincial una enfermera propició el principal foco de trasmisión de la provincia".
Las autoridades reconocieron recientemente que la cepa sudafricana se propaga en una provincia con ocho fallecidos en los últimos diez días, 299 focos activos, 1.900 ingresados, nueve municipios en fase epidémica, un toque de queda nocturno, cientos de cuadras aisladas y 1.293 casos positivos solo en el mes de mayo.
Juan Jesús Llambías Peláez, director de Higiene y Epidemiología en la provincia, dijo que aún se trabaja en la desinfección del Hospital Provincial Manuel Ascunce Domenech, donde 74 personas dieron positivas al coronavirus, de ellos 39 trabajadores, 27 pacientes y ocho acompañantes.
El peligro es mayor si se tiene en cuenta que a esa institución acuden a diario más de 2.000 personas y asumió las consultas del resto de los hospitales.
Para Ochunsita, "ya no es cuestión de cuidarse, sino de suerte, para salvar la vida".
"Como si no bastara el Ministerio de Salud Pública desmanteló el Laboratorio de Biología Molecular en el peor momento de la crisis. Si no nos encomendamos a Dios estamos perdidos", añade.
"Nos van a matar la falta de higiene, el nivel de improvisación y las decisiones ignorantes", opinó Víctor al criticar "el burocratismo y la falta información oportuna".
La cepa sudafricana se ha extendido por varias localidades de Camagüey, en el centro de la ciudad, así como en Minas y Nuevitas, en medio de la vacunación de 37.000 voluntarios con los fármacos experimentales del Gobierno.
Alfredo Leal Gutiérrez, jefe del programa de infecciones respiratorias agudas y tuberculosis, señaló que de manera alarmante crece el número de niños, adolescentes y jóvenes infectados y citó como los municipios más complicados Nuevitas, Vertientes, Minas, Florida y Santa Cruz del Sur.
Según el especialista, en los tres últimos días se han reportado 2.009 contagios, "con 10 personas vinculadas como promedio a cada caso".
En medio de esta situación, Tamira González, directora provincial de Cultura, recibió la aprobación del Consejo de Defensa para realizar "actos culturales breves en los sitios donde aplican el candidato Abdala".
En vez de evitar las aglomeraciones las autoridades trasladan de lugar los tumultos y sin una estrategia clara inundan las calles de universitarios para dar la imagen que controlan las áreas de salud y revierten el peor momento de la pandemia que viven los camagüeyanos.
La mayoría de los negocios privados están cerrados y en los servicios a la población prevalecen el caos y el desvío de recursos. Cada cierre lleva implícito el traslado de los transeúntes hacia otra zona que termina infestada y comprometida. República, la Plaza del Gallo, la Avenida de la Libertad y la céntrica calle Maceo son focos de propagación de Covid-19.
Para Zoe, "activar 50 puntos de control ha recrudecido el hambre y no combate el virus", mientras que su cuñada Tania piensa que "las zonas en cuarentena son desiertos sin alimentos, ni medicinas".
En la mayoría de los barrios en cuarentena los vecinos trafican a escondidas comida, café, cigarros y lo que encuentran. El Gobierno solo reparte multas y críticas.
Recientemente DIARIO DE CUBA se hizo eco de la odisea vivida por varias personas sanas y que por error del Laboratorio de Biología Molecular fueron llevados a la zona roja del Covid-19. Allí fueron les fueron suministrados los sueros y el resto de los fármacos previstos dentro del protocolo.
Dolores, especialista en medicina interna, lamenta que informaciones como éstas no se divulgan, porque "supuestamente transmiten un mensaje de confusión al pueblo, cuando en verdad son manchas indelebles y las huellas del ultraje que desacreditan a la salud pública cubana".
Que Dios se apiade del pueblo cubano.