Diez días después de iniciar el servicio de entrega de paquetería a domicilio, la empresa estatal cubana Aerovaradero S.A. informó de la suspensión parcial de los despachos puerta a puerta debido a la aparición de un trabajador sospechoso de haber contraído el Covid-19.
"La empresa Aerovaradero S. A. Informa que nuestro establecimiento en Lombillo tuvo que cerrar por la aparición de un caso sospechoso de Covid-19, a pesar de que se cumplen con todos los protocolos sanitarios", informó la empresa en sus redes sociales.
"Esta unidad es la que recepciona y procesa los bultos del despacho puerta a puerta, por lo que se paraliza este servicio hasta que la situación epidemiológica permita restablecerlo", agregó.
No obstante, la entidad informó en los comentarios de la publicación que no serán suspendidos todos los servicios de paquetería a domicilio, que funcionan exclusivamente en La Habana, pues las oficinas de Boyeros y la calle Acosta se mantienen activas.
Al ser preguntados por la posibilidad de recoger los paquetes directamente en los almacenes, la empresa dijo que "por el momento no", pero "se restablecerá en el menor tiempo posible".
La pasada semana Aerovaradero S.A. anunció la implementación del servicio de entrega a domicilio en la capital cubana de manera experimental, cuyas tarifas serán cobradas "en un primer momento al cliente en Cuba".
La entidad explicó que las tarifas se aplicarán con independencia de los cobros por concepto de trámites realizados por la Aduana, equivalentes a 50 pesos cubanos, y de los pagos de aranceles, en caso de que excedan los límites exentos de pago, superiores a los 30 dólares o 1,5 kg de misceláneas, y hasta 200 dólares por el valor del contenido.
La empresa cubana Aerovaradero, perteneciente a Cubana de Aviación, ha recibido numerosas críticas en los últimos tiempos por el excesivo retraso en la entrega de los paquetes, que en ocasiones supera el año de duración.
Además, a finales de diciembre la Policía cubana detuvo a un grupo de trabajadores de la empresa por robar cargas enviadas vía aérea a Cuba, entre ellas ocho splits, televisores, computadoras, un minibar, equipos de música, ropa y calzado deportivo para atletas de alto rendimiento, entre otros.
De acuerdo con el oficial a cargo de la investigación, un número indeterminado de personas del personal de tierra, así como choferes de la empresa Mercedes Benz que trasladaban las mercancías, estaban de acuerdo para sustraer los productos, que antes marcaban.
