Protesta de madres albergadas, otro capítulo de rebeldía de los afectados por la escasez de viviendas en Cuba

Las protestas de albergados en La Habana han estallado en una ola de rebeldía que amenaza con extenderse a los 104 asentamientos temporales de la capital de Cuba. El primero fue en la comunidad de tránsito Bahía-Plaza, Habana del Este, en enero de este año. Siguió Las Guásimas, Arroyo Naranjo, y el jueves ocurrió la protesta ciudadana del albergue El Cuervo, en Calabazar, Boyeros.

Según contó a DIARIO DE CUBA la Dama de Blanco y activista de Cuba Independiente y Democrática Lizabeth Cuevas Carrasco, madre soltera de tres hijos, en la comunidad El Cuervo, donde vive desde hace cuatro años tras el derrumbe de su casa en La Habana Vieja, "hay más de 30 cubículos y en cada uno conviven entre cinco y diez personas en pésimas condiciones".

"Hay albergados desde hace casi 30 años. Todos esperando solución a nuestros problemas de viviendas. No tenemos agua porque la cisterna está contaminada y se originaron problemas de la piel como la escabiosis. La electricidad tenía problemas con registros eléctricos rotos. El miércoles por la noche ocurrió un corto circuito, los cables cogieron candela y nos quedamos sin electricidad, con muchos niños, algunos hasta recién nacidos. Sin poder cocinar las madres en las cocinas eléctricas", relató.

"Nos pasamos toda la noche llamando a la OBE (Organización Básica Eléctrica), a la Oficina de Albergues, a los bomberos y finalmente llamamos a la Policía para pedir ayuda. Les advertimos a los policías que nos íbamos a tirar las madres con nuestros niños para la calle para reclamar nuestros derechos como ciudadanos. Como nadie vino a ayudarnos, nos tiramos el jueves 22 de abril para la calle, a la Calzada de Bejucal, al lado de la casa de visita de los abogados, con carteles pidiendo ayuda y paramos el tránsito con gomas y contenedores de basura", añadió.

"Pedimos a los hombres que no participaran para evitarles problemas y solo protestamos las mujeres con nuestros niños pequeños, incluso había varias embarazadas, con carteles pidiendo ayuda y reclamando nuestros derechos. Al principio los choferes se molestaron y querían pasar despacito, empujándonos. Entonces le dimos manotazos y les gritamos que pararan", dijo Cuevas Carrasco. 

"Luego otros choferes y pasajeros se sumaron a la protesta y gritaron ¡Patria y Vida! nosotros respondimos, ¡Libertad, libertad! Mira yo me erizo. Esta es la segunda protesta que hacemos, pero nunca había visto algo así. Las cosas están cambiando y si no se resuelven los problemas volveremos a salir. No más mentiras, queremos soluciones", sostuvo.

Yuneisy Tamayo Sánchez, también es Dama de Blanco y aunque no reside en el albergue El Cuervo, sí tiene una hija allí y se sumó a la protesta. 

"No tuvimos jefes y nadie nos mandó. El liderazgo fue colectivo, en total había cinco Damas de Blanco de Cuba Independiente y Democrática. Al poco rato llegaron la Policía, la Seguridad del Estado y muchos funcionarios del Gobierno local incluyendo el intendente. Luego llegaron los boinas negras y quisieron quitarnos los carteles, pero las mujeres empezamos a gritar y a filmarlos. No nos tocaron y empezamos a conversar. Nos prometieron que se resolverían los problemas", dijo Tamayo a DIARIO DE CUBA.

"Vinieron de la OBE e hicieron a toda prisa un nuevo registro, pusieron un nuevo poste y se restableció el servicio eléctrico. Nos trajeron camiones de algunos productos como pan, croquetas, refrescos, dulces y otras cosas. La cisterna la limpiaron a toda prisa para traer camiones con agua. Pero todo eso es por gusto, seguiremos albergados, sin esperanzas de viviendas. En cualquier momento nos botaremos otra vez para la calle. No tenemos miedo", concluyó.