El webinar "El impacto de la pandemia de Covid-19 en la población afrodescendiente de América Latina y el Caribe un año después" pudo haber sido un evento difundido, e incluso transmitido, en los medios oficiales cubanos.
El evento fue organizado por el Instituto Race and Equality y transmitido por su página de Facebook el pasado 19 de marzo, para conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra la Discriminación Racial, que se celebra el 21 de marzo. El gobierno cubano acusa a esta organización de intentar subvertir el orden en la Isla, pese a que Race and Equality trabaja con activistas de toda América Latina y el Caribe.
El director ejecutivo del Instituto, Carlos Quesada, afirma que ya en mayo de 2020 se veía que el impacto de la pandemia "sobre las comunidades afrodescendientes en la región sería catastrófico". Incluso ahora, considera que "lo peor no ha pasado aún".
Cuando lo escuchamos referirse a Brasil, donde han ocurrido "más de dos mil muertes diarias en los últimos 15 días" y la distribución de las vacunas está siendo desigual, el webinar parece hecho a medida para que el gobierno muestre a los cubanos lo mal que está el pueblo, en particular los negros y los mestizos… en los demás países.
Si en el evento, que contó con la presencia de la presidenta de la CIDH Margarette May MacCauley, solo hubiesen intervenido las representantes de Brasil, Colombia y Bolivia (donde durante la mayor buena parte de la pandemia de COVID-19 gobernó de manera interina Jeanine Áñez) podríamos decir que, en efecto, los negros y los mestizos han quedado totalmente desprotegidos en esos países, a diferencia del nuestro.
Pero también Juan Antonio Madrazo Luna, Coordinador Nacional del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR), intervino con una ponencia titulada "Pensar la pandemia entre desigualdades y resistencia".
El activista contrasta el hecho de que la salud pública cubana "ha ido a varias partes del mundo a salvar vidas" con la realidad de que "son muchas las asignaturas pendientes que hacen difícil el reconocimiento, la justicia y el desarrollo para nuestro pueblo y para nuestra comunidad afrodescendiente".
Además, recuerda que justo en 2021 se cumplen 60 años del anuncio oficial de la eliminación del racismo y la discriminación racial de la sociedad cubana. Pese a lo anunciado seis décadas atrás, en 2019 el gobierno tuvo que anunciar un Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial. Madrazo considera que la pandemia se ha usado como pretexto para retrasar la implementación de dicho programa y "el necesario debate sobre la problemática racial".
Durante la pandemia, donde más resaltan los casos es en municipios con presencia significativa de negros y mestizos
En el contexto de la pandemia señala que las mujeres negras y mestizas, principalmente, sufren la inseguridad alimentaria y la ausencia de medicamentos.
Aunque en Cuba, como en la mayoría de los países de la región, las estadísticas sobre contagiados y fallecidos por COVID-19 no reflejan la raza, Madrazo Luna afirma que la mayoría de los municipios más afectados son aquellos "donde hay una sobrerrepresentación de población negra y mestiza".
Sobre esta afirmación, que no pudo fundamentar durante el evento por cuestiones de tiempo, Madrazo Luna explica a DIARIO DE CUBA que se basa en la información que ha estado publicando diariamente el MINSAP.
"La variable racial no está incluida, pero cuando miras los mapas de riesgo, al menos en La Habana, donde más resaltan los casos es en Guanabacoa, San Miguel del Padrón, Lisa, Centro Habana, Cerro, Marianao, Habana Vieja y Diez de Octubre, que son municipios donde la presencia de población afro es significativa. También han tenido picos Playa y Plaza de la Revolución, pero influye la población flotante y el turismo de hostal, cuando había", explica el activista y recuerda que Santiago de Cuba y Guantánamo, también con mucha población negra y mestiza, han estado entre las provincias más afectadas.
"Muchos de estos municipios tienen como característica que las personas viven en hacinamiento, hay contaminación ambiental. A la gente le es difícil cumplir con el aislamiento. A esto agrégale que han tenido que reinventarse prácticas de movilidad desde la informalidad. También influyen las desigualdades territoriales. Ahora que se compra alimentos por municipio, no son todos los municipios los que reciben abastecimiento. Por ejemplo, los afrodescendientes que viven en Los Pinos, San Miguel del Padrón, Marianao, Cerro, van en búsqueda de los municipios y comercios donde hay más abastecimiento, en Playa y Plaza de la Revolución".
Sin embargo, dice que también ha podido observar que a muchas de las personas blancas que viven en Plaza de la Revolución y Playa "no les agrada mucho ver a tanta gente negra de la periferia de la ciudad y del Oriente".