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Transporte

Norma de recaudación vs. Covid-19, el dilema de los choferes de ómnibus en La Habana

'Para cumplir con la recaudación, no solo hay que repletar el carro, sino también dar chances fuera de parada y recoger a todo el que te tire la mano', dice un conductor.

La Habana
Pasajeros subiendo a un ómnibus en La Habana.
Pasajeros subiendo a un ómnibus en La Habana. Diario de Cuba

Un chofer de la ruta A-62, perteneciente a la terminal de Guanabo, en La Habana, se quejó públicamente el pasado 9 de enero de las altas cifras de recaudación que le imponen las autoridades, a pesar de las medidas de distanciamiento social establecidas por el Covid-19.

"Tengo que entregar 400 pesos cada vez que hago una vuelta, y para eso hay que llenar el carro, si no, no cumplo", dijo el chofer. Añadió que ha aludido esta razón para convencer a los inspectores de que no lo multen por viajar con exceso de pasajeros.

DIARIO DE CUBA consultó a otro chofer, asociado a la terminal de El Calvario, también en la capital, que confirmó las presiones. "Jamás ajustaron la norma a la nueva situación, por más que se dedicaron a poner marcas en el suelo de los ómnibus para delimitar el metro y ochenta centímetros de distanciamiento".

"Para cumplir con la recaudación no solo hay que repletar el carro, sino también dar chances fuera de parada y recoger a todo el que te tire la mano, y ahí es donde entramos en conflicto con los inspectores y nos arriesgamos a que nos multen", precisó.

El nuevo precio del transporte público urbano en La Habana es de dos pesos. Este incremento, según afirman los choferes, no es suficiente para alcanzar la norma de recaudación y cumplir las medidas de distanciamiento, pero menos alcanzaba antes, "cuando el pasaje costaba 40 centavos y la gran mayoría de la población pagaba un peso porque no tenía menudo".

A principios de noviembre pasado, cuando La Habana relajó las medidas relacionadas con el Covid-19, los choferes eran rigurosos en cumplir con el número de pasajeros que debían abordar un ómnibus. No obstante, desde finales de diciembre y en lo que va de enero, en La Habana se puede apreciar que la mayoría del transporte púbico funciona atestado de personas.

"Tuvimos que llevar a nuestro bebé al policlínico en varias ocasiones, y muchas veces nos dejaron sin montar por la limitación de pasajeros, y aunque a uno le dolía, comprendíamos que se estaba haciendo en pos de la salud de todos. Es doloroso ver como después de eso, como siempre sucede aquí, las medidas se han relajado", dijo Alcides, un vecino de Alamar.

Esta semana, las autoridades han vuelto a endurecer las medidas debido al repunte de los casos de Covid-19 en la capital y en otras provincias del país. Desde el 9 de enero el transporte público quedó suspendido entre las 9:00 de la noche y 5:00 de la mañana.

"Es natural que se disparen los contagios. Después de ser estrictos al extremo, los del Gobierno permitieron esas y otras violaciones de las medidas de distanciamiento social", señaló Alcides.

Otro factor que puede estar incidiendo es el problema de los salarios. Según la fuente de El Calvario, el sueldo básico de un chofer de ómnibus ronda los 2.200 pesos, apenas 100 pesos por encima de los 2.100 que fueron fijados como salario mínimo en todo el país, y actualmente no tienen incentivos para incrementar su entrada mensual.

"Ni puedes hacer vueltas de más, ni puedes llenar mucho el carro y cumplir la norma ya es difícil, pero el transporte ingresa millones de pesos al Estado y mira cómo nos pagan", se quejó.

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