Pese al financiamiento que ha recibido el Gobierno de Cuba en los últimos años para obras hidráulicas, un total de 816.685 personas siguen recibiendo agua a través de camiones cisterna, un servicio que consume 743.183 litros de combustible por mes, admitieron autoridades en un análisis sobre el tema que presidió Miguel Díaz-Canel.
Abel Salas García, presidente de la estatal Agua y Saneamiento, dijo que el gasto de combustible representa un índice de consumo de 0,9 litros de diésel por habitante, según publicó la página oficial de la Presidencia.
La distribución del líquido a través de cisternas incorporadas a camiones o haladas por tractores entraña muchas veces problemas para la población que debe cargar con el suministro a veces desde largas distancias. Eso sin contar que los ciclos a veces se alargan y se agotan las reservas que pueden guardar los ciudadanos.
En el pico de sequía más alto en 2020, debió suministrársele agua por pipa a más de 228.000 personas, y actualmente se sigue necesitando ese servicio en diez provincias, principalmente en La Habana, añadió Salas García.
En cuanto a las localidades con redes de acueducto, pero que necesitan acarreo a través de vehículos, 2020 cerrará con 128.603 personas en esta situación. El funcionario dijo que para el próximo año no deben quedar habitantes en esta modalidad, informó.
Además de la sequía y problemas de las redes, este abasto también cubre la falta de acueductos en unas 2.000 pequeñas comunidades en el país, mayormente aisladas, en áreas rurales.
Ante el costo del muchas veces deficiente servicio de agua por pipas, Díaz-Canel insistió en que se deben "encontrar respuestas a través de varias alternativas".
"No podemos tener una sola solución", dijo, e indicó continuar investigando y buscando salidas, como por ejemplo, pozos de agua para el suministro en comunidades que hoy carecen de redes, pero con el uso de energías renovable, como la eólica.
En La Habana, que centró parte de la atención de los funcionarios, la situación con el abasto de agua sigue siendo críticas en determinadas zonas, pese a que en la primera parte de 2020, según los datos divulgados, se ejecutaron 50,5 kilómetros de redes y conductoras para el abasto, y ocho kilómetros de saneamiento, y fueron terminadas 45 obras.
Varias poblaciones de la capital sufren interrupciones del servicio de agua de manera frecuente. El problema ha resultado más grave durante los meses de pandemia en momentos que la higiene es fundamental para hacer frente al nuevo coronavirus.