Hace tan solo dos meses atrás Jessica Miranda Miranda comenzó a trabajar de cocinera en la Empresa Provincial de Alojamiento (EPA) ubicada en el barrio de Nuevo Vedado en La Habana. Ante la necesidad de darle de comer a sus hijos y en medio de la pandemia del Covid-19 —con las posibilidades de encontrar trabajo reducidas— esta madre en un corto período de tiempo llegó a ser jefa de cocina de ese hotel estatal sin tener un título especializado en culinaria.
En ese centro de alojamiento desde hace tres años viven fiscales de varias provincias del país para "apoyar" el trabajo de sus colegas en la capital. Sin embargo, Miranda desconocía que tener una simple relación de vecinos con los opositores Lázaro Yuri Valle Roca y Eralidis Frómeta, de Delibera Organización, podía costarle su puesto de trabajo.
"Todo empieza hace dos semanas atrás cuando el albañil que allí trabaja me da dos planchas oxidadas que ni siquiera eran de la empresa para que me las llevara. Esas planchas eran para un familiar de Yuri, para que reparara la puerta de su garaje. Uno de los fiscales se da cuenta de que me han regalado esas planchas y hace una supuesta denuncia con la administradora del hotelito y ella me llama tarde en la noche por teléfono para decirme que esas planchas me las había robado y que a partir de ese momento no fuera a trabajar más", relata Miranda a DIARIO DE CUBA.
"Mi esposo y yo devolvemos las planchas y a la semana hablamos con la administradora del hotel y aclaramos toda la situación. Ella me dice que iba a hacer lo posible para que me reincorporara a trabajar, pero al día siguiente esta directiva me dice que los fiscales decían que yo era 'activista' (de derechos humanos) porque tenía amistad tanto con Lázaro Yuri Valle como con su esposa, quienes viven justo frente al alojamiento, y que eso impedía que pudiera integrarme nuevamente al trabajo", continúa su relato esta joven madre.
"Yo me quedé pasmada y tardé en reaccionar porque en mi vida me he manifestado en contra del Gobierno y tanto con Yuri como con Eralidis tengo una relación normal de vecinos. Era una acusación totalmente falsa y tenía como único objetivo volver a impedirme trabajar en ese hotel por presión de los fiscales", refiere Miranda.
"A los pocos días me comunicaron que los directivos nacionales de la Empresa Provincial de Alojamiento habían ratificado mi separación y que no podía volver a ese trabajo. La única explicación que hallo para mi expulsión fulminante es que los fiscales empezaron a temer que yo, como estaba cerca de ellos y oía sus historias de trabajo, le pasara esa información tanto a Yuri como a su esposa, algo que jamás estuvo en mis planes", explica Miranda.
"Lo peor es que tengo dos hijos pequeños y vuelvo a quedarme sin trabajo, pues anteriormente había trabajado en el sistema educativo, centros todos cerrados por la pandemia, pero dado que mi contrato en la EPA no era formal, no tengo posibilidad alguna de impugnarlo", concluye esta mujer visiblemente decepcionada.
La "confiabilidad política" es uno de los pilares del régimen cubano para que una persona pueda aspirar a tener una plaza en cualquier centro laboral estatal del tipo que sea. Mientras más alta es la responsabilidad en ese centro, mayor es el filtro del régimen y la militancia que se exige a un ciudadano para que pueda ascender en su responsabilidad laboral o puesto de trabajo.
En los últimos años DIARIO DE CUBA ha reflejado la expulsión de disímiles profesionales en sus puestos laborales debido a su manera de pensar, su activismo fuera de las instituciones estatales y su relación o vínculo familiar con opositores políticos.
Bueno, pues ahora ya sí tienen Jessica Miranda y su esposo motivo suficiente para manifestarse en contra del [des]gobierno y para sumarse al esfuerzo por cambiar las cosas en Cuba y convertirse en activistas. Sencillamente eso es lo q han conseguido los fiscales. Ella bien que pudiera comenzar a publicar esas 'historias de trabajo' que ha escuchado estando cerca de ellos. Puede haber cosas interesantes ahí. Bienvenidos al club. Ahora somos más.
Son los nuevos duenos de la isla los que determinan como vivira el pueblo,como si fueran manada de carneros .CADA PUEBLO TIENE EL GOBIERNO QUE SE MERECE.
Cada dia el gobierno adsurdo de la isla se gana mas enemigos ,eso es malo para el pueblo que pierde sus trabajos injustamente ,pero es bueno porque la masa de inconformes con el sistema aumenta esponencialmente ,solo falta una chispa para que se produzca el incendio que acabe con mas de 60 anos de injusticias y crimenes.
Pues ya ellos consideraron que lo hiciste, hija mía. Te cogieron miedo. NO eres de fiar.
// Los cubanos bajo tremenda situación de desastre, miseria y abusos //
Pero **ni siquiera hablamos** con profundidad sobre cómo resolver el problema.
Mientras sigamos así es bien difícil que se resuelva...
Sr.Trelles, el problema allí se resuelve cuando el pueblo se decida sacar a patadas a todos esos ñangaras que lo gobierna.
Esa es la única salida.
Así se vive en Cuba sin respaldo sindical o jurídico.