Ha vuelto a ocurrir lo mismo de siempre. 48 horas después del paso de la tormenta tropical Laura, todavía había cubanos sin suministro de electricidad. Así lo informaron funcionarios de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), que establecieron la cifra en 62.725 clientes afectados.
Aunque solo fuera uno. No hay justificación alguna para que un país sacudido cada año por ciclones, huracanes y tormentas, continúe sin encontrar solución a las caídas del cableado y tendido eléctrico, y a dejar sin el necesario servicio a clientes, empresas, personas, etc.
Por mucho que el monopolio eléctrico estatal se defienda informando sobre los pasos que da en la solución de los daños, algo no se está haciendo bien. Basta con observar el lamentable estado que presenta el tendido eléctrico en la Isla, con esos postes desvencijados (muchos de ellos de antes de la revolución) que sostienen el cableado, para pensar que deben existir soluciones alternativas que eviten que cualquier viento platanero acabe provocado un desastre a los ciudadanos.
El monopolio eléctrico no se plantea, ni por asomo, compensar a sus clientes por las pérdidas de electricidad. En Cuba, las empresas estatales poseen una relación de fuerza y superioridad con respecto a los clientes. Poco le importa a Unión Eléctrica que en un congelador doméstico se pudran alimentos, a pesar de su escasez, o que la gente no pueda disfrutar de la televisión o el aire acondicionado durante el ocio.
En otros países, las empresas eléctricas llegan a pagar indemnizaciones a los clientes por las pérdidas ocasionadas por la interrupción del servicio, y los tribunales reciben querellas que suponen importantes desembolsos para las empresas de suministro. En Cuba, esto es impensable. La electricidad desaparece y la empresa del Estado se desentiende. Cuando más, aborda la solución de los problemas de la única forma que el régimen permite. Y esto es lo que se ha hecho esta vez con la contratación inmediata de personal para arreglar los desperfectos. Les llaman "brigadas" de linieros. Este es el término que se utiliza en la prensa estatal para referirse a estos profesionales que se ponen a trabajar en detectar las averías del cableado y líneas. Esto es lo que ha ocurrido tras el paso de la tormenta tropical Laura, y es lo que suele suceder casi siempre.
En realidad, existe otra alternativa y podría ser implementada sin grandes dificultades por la Unión Eléctrica, en colaboración con los consejos de administración locales, que tienen recursos económicos para ello. ¿Por qué no instalan el cableado bajo tierra? Esta opción tiene muchas ventajas. Para empezar, evitaría que los vientos huracanados y la acción de los meteoros interrumpiera el suministro de electricidad cada año, lo que sería ya un paso importante en la atención al cliente. Igualmente importante es eliminar el antiestético, desagradable y peligroso aspecto de los cables, conectados a las viviendas no se sabe bien cómo, mediante los viejos postes sobrevivientes del abandono y la desidia.
La inversión a realizar es fácilmente amortizable ¿Por qué esperar a que aparezcan los daños y no tratar de corregirlos antes? Los 4.000 linieros que contrata el monopolio eléctrico podrían ser empleados en actividades mucho más importantes, y desde luego, sostenibles para el servicio eléctrico.
Enterrar las líneas de electricidad, debidamente protegidas y canalizadas, es una operación que se observa en numerosas ciudades y localidades del mundo. Al monopolio estatal que existe en Cuba para el suministro de electricidad le sería aún más fácil esta tarea, ya que no tiene competencia. Los consejos locales disponen de fondos para ser destinados a unas actividades que, además, generarían empleo.
Lo ideal sería autorizar empresas privadas que recibieran el encargo por subcontratación de los consejos locales y la Unión Eléctrica, empresas de instaladores eléctricos que estarían en el origen del nacimiento de un sector especializado que presta servicios altamente demandados por la población.
No es cuestión de trasladar el enterramiento del cableado a las zonas de montaña e inaccesibles del interior, donde puede resultar más complicada la operación, sino empezar por las ciudades, por las capitales y las poblaciones de valor patrimonial y turístico.
De ese modo, cuando las tormentas y ciclones desaten su fuerza natural, la población podría seguir disfrutando del suministro de electricidad en casas y empresas, por cuanto no se producirían las frecuentes rupturas del cableado, salvo en aquellos tramos que, por circunstancias, no podrían soterrarse. En esos casos, la empresa concentraría en dichos tramos la vigilancia durante el meteoro y actuaría con rapidez. De ese modo, no habría que esperar 48 o más horas sin luz.
"Laura se fue", que diría la canción, y esta vez, por suerte, ha dejado un rastro de destrucción mucho menor de lo que se esperaba, básicamente afectaciones en 1.157 megawatts, siendo las provincias más perjudicadas Pinar del Río y Santiago de Cuba. Pero hay muchas cosas que se pueden hacer en los tiempos intermedios, y que no admiten justificación alguna por el embargo, la falta de materiales o de mano de obra especializada. Lo que ha que tener es voluntad política y ganas de dar un buen servicio a la población.
El sistema eléctrico nacional cubano tiene una oportunidad para hacer bien las cosas y evitar retrasos en las reparaciones. Si se acometen las reformas, todos los cubanos saldrían beneficiados. Si realmente Díaz-Canel va a apostar por la digitalización de la sociedad y la economía, tiene una oportunidad para enterrar el cable de fibra óptica junto a la electricidad. La calidad de vida de los cubanos, y su futuro, lo demanda.
¡¿Enterrar el cableado...?! ¡¡AL QUE HAY QUE ENTERRAR ES AL BESTIAL Y ABUSIVO SISTEMA TOTALITARIO QUE DESGOBIERNA AL CARNERO PUEBLO DE CUBA!!
Este señor periodista se la comió de verdad. Soterrar cables eléctricos según el es corta y clava. En mi
Propia ciudad, en USA, el 85 % del servicio eléctrico es aéreo. Cuando en 2017 fue afectada la ciudad por Irma, algunos vecindarios estuvieron sin electricidad por casi una semana, incluido el mío. En ciudades más al sur de la Florida, dígase Miami, más de 3 millones de habitantes sin electricidad por más de una semana. El coste de soterrar la electricidad es extremadamente alto, tanto que aún, aquí, en USA aún es predominantemente el cableado aéreo. Señor periodista, es verdad a los chupa sangre de cuba les importa tres pepinos los cubanos de a pie pero siempre es mejor documentarse antes de escribir cualquier artículo
Cualquier boberia que se le pueda ocurrir a alguien,siempre que parezca ser una critica contra el gobierno cubano ,se convertira en "noticia" y en un articulo publicable en DDC.Pagan algo por articulos como este?
Dice Elias Amor que soterrar los cables es una alternativa que "podría ser implementada sin grandes dificultades"... ?Este señor además de escribir artículos alguna vez en su vida hizo algún trabajo manual? El tendido electrico expuesto existe precisamente porque es la manera mas barata de hacerlo: no solo es pasar los cables, sino que hay que crear espacios para los transformadores, etc. En un pais que no logra ni tapar baches se imaginan cómo seria... si, muy facil.
// ¡Claro que cables soterrados (y/o colocados estratégicamente) Y BIEN! //
Pero hay que hacer muuuucho más y SE PUEDE HACER MUCHO MÁS. Pero seguimos en el bate que bate y ni hablamos de lo que tenemos que hablar.
Consejos Democráticos Municipales
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