Muchos 'contra coleros', pero las colas en Cuba siguen interminables

El pasado 1 de agosto se constituyó en Mayarí, Holguín, la brigada local "contra coleros", la más reciente y "entusiasta" iniciativa del Gobierno de Miguel Díaz Canel para todo el país.

Aun sin estar encaminada a mejorar la economía (uno de los grandes problemas nacionales), le ponen tanto esfuerzo, recursos y propaganda como si se trata de la "piedra angular" del sistema cubano.

Para Ricardo, un maestro mayaricero de enseñanza primaria que hacía la cola ante la tienda La Isla, de la cadena Caribe, "ya que estamos en crisis es bueno que haya control".

Pero el control "es el menor de nuestros problemas", reconoció. "El problema es la escasez y, mientras sea así, seguirán las colas inmensas".

"Ahora están vendiendo pollo después de un buen tiempo sin surtido y mira como está esto. ¡Un carnaval! La brigada contra coleros puede evitar que la cola comience dos o tres días antes de que lleguen las cosas, o que el que está delante de ti no haya comprado varias veces, igual que tú, pero no eliminará las inmensas colas porque simplemente hay poca oferta y mucha demanda", razonó.

"Yo mismo, por ejemplo, estoy aquí hoy porque el curso no ha comenzado. Pero a partir de septiembre no puedo meterme en estos molotes porque estaré trabajando", dijo.

"Estas colas son de cuatro, cinco o hasta ocho horas. Incluso con la brigada sigue siendo igual. Agradezco que organicen, pero no veo que mi acceso al producto haya mejorado. Solo habrá mejoría para el pueblo cuando la oferta se estabilice",  señaló.

Yaritza, ama de casa, no está muy conforme con la nueva idea. "Yo nunca he revendido nada de lo que compro", dijo. "Tengo dos hijos y mis padres no pueden hacer cola porque este molote no es para ancianos. Siempre venía y amanecía cuando sabía que había llegado mercancía, y en casa me cuidaban a los niños. Es un sacrificio para poder alcanzar y resolver, no para revender. Pero anoche vine y me dijeron que no podía estar nadie haciendo la cola y que me multarían si me volvían a ver por aquí por la tienda".

"Me sentí intimidada", criticó Yaritza. "El área frente a la tienda es pública y el parque al frente también. Está bien que controlen a la gente para que no compre varias veces en el mismo día, o la misma semana, y den oportunidad a otros. Pero impedir que el más sacrificado sea el primero no es justo. Los revendedores no hacen colas tan grandes, eso es un cuento. Nadie que yo conozca hace estas colas varias veces para revender, si acaso para la familia", opinó.

El Portal del Ciudadano en Mayarí, un espacio en Facebook que tienen todos los municipios del país por orientación del Gobierno nacional, y que es administrado por los comités municipales del Partido Comunista y los gobiernos a ese nivel, reflejó la noticia del "abanderamiento" de la brigada contra coleros como si se tratara de una misión relevante.

"#Mayarí hoy: Abanderan grupo de prevención y enfrentamiento a coleros y revendedores. Todos por #Cuba. En apoyo a las demandas del pueblo y contra los que No permiten la mejor distribución de los recursos y buscan sacar provecho de ellos. #SomosCuba #Holguín #Coleros Todos los detalles aquí: https://bit.ly/30m3eEz"

El perfil oficial tiene de hecho un impacto popular casi nulo pues solo opinan y dan aprobación los militantes y cuadros directivos que a tales efectos tienen acceso a internet y son orientados como parte de su trabajo. Es el caso de Zaira Díaz, cuadro municipal, quien expresó: "Todos juntos lo vamos a lograr, ante el llamado de la máxima dirección de nuestro país, de nuestro PCC, el gobierno en la provincia y el municipio, con la ayuda de nuestro pueblo. Venceremos", un lenguaje típico de los cuadros políticos.

Sin embargo Miguel, un exdelegado de circunscripción, desde la realidad de la cola del pollo rechazó que lo que se vende en la bolsa negra "salga de personas haciendo la cola dos o tres veces".

"Podría ser alguno que otro caso, pero no la mayoría. A juzgar por el volumen de lo que se vende en la calle, lo que parece es que se lo roban donde hay bastante", apuntó.

"Parece más un negocio que involucra a jefes corruptos en almacenes o quién sabe a qué nivel, que a gente haciendo varias veces una cola interminable", continuó el exdelegado. "Estas largas colas no se acabarán mientras no se abastezca con estabilidad. Es imposible. Y no hay brigada de ningún tipo que lo remedie".