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Emigración

Varados 'pero no abandonados', emigrantes cubanos y de otros países en Necoclí, Colombia

Pese a la ayuda de los pobladores de la localidad, la larga espera ha provocado ya brotes de ira.

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Albergue para emigrantes en Necoclí, Colombia.
Albergue para emigrantes en Necoclí, Colombia. DDC

Desde el 24 de marzo están atrapados en el puerto pesquero y turístico de Necoclí, Colombia, 295 emigrantes. Entre ellos hay tres cubanos.

Fueron llegando desde Cuba, Haití, Chile, Brasil, Venezuela, Guinea, Congo, Mauritania, Senegal y Camerún con la intención de abordar una embarcación que los llevará a la localidad de Capurganá, para desde allí cruzar la selva del Darién y continuar hacia Estados Unidos. El cierre de las fronteras por la pandemia de Covid-19 les cortó el paso.

Inicialmente, los emigrantes fueron armando sus tiendas de campañas en las playas de Necoclí, pero ante las condiciones de sanidad y la cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno colombiano, la alcaldía de la localidad adecuó el coliseo deportivo municipal como refugio.

Allí los emigrantes han recibido alimentación y atención sanitaria bajo estrictos controles.

En los dos primeros meses, la municipalidad destinó 55.000 dólares a atender a los emigrantes. Pero los escasos recursos públicos que tenía para esos fines se agotaron.

Actualmente hay en Necoclí unos 50 casos activos de Covid-19. Entre ellos no hay ningún emigrante. Cuatro personas han muerto debido a la enfermedad.

Según el Departamento Nacional de Estadística de Colombia, de los 63.000 habitantes de Necoclí, 23.000 viven en la pobreza y 6.300 en condiciones de miseria.

El dinero se acabó, pero no la solidaridad

Ante la emergencia sanitaria, económica y ambiental en Colombia, el alcalde de Necoclí, Jorge Tobón Castro, se vio obligado a priorizar los escasos recursos para la población local.
Ante esta situación, su hermana, Martha Cecilia Tobón Castro, primera gestora municipal, y la Fundación Brisa y Mar, buscaron el apoyo de la Gobernación de Antioquia, la ACNUR y, en especial, de los habitantes de Necoclí.

"Ver a Janna Vázquez (coordinadora del albergue) y a Martha Cecilia Tobón Castro recorrer caminos y lugares apartados del municipio pidiendo yuca, plátano, frutas y dinero, me ha impactado. Personas como ellas hacen que uno vuelva a creer en la humanidad", dijo a DIARIO DE CUBA Rogelio Felipe Gómez Pérez, uno de los cubanos varados en Necoclí.

"Son 295 desayunos, almuerzos y cenas que se reparten a diario, además de ropa, agua potable, medicinas y artículos de aseo. Eso vale miles de dólares al mes, y estas dos mujeres no desfallecen a pesar del desagradecimiento de unos pocos".

Janna Vázquez, de la Fundación Brisa y Mar, es una humilde vecina de Necoclí que ha sufrido necesidades toda su vida. Esa experiencia la motiva a apoyar a los emigrantes. "Yo sé lo que es tener hambre, vivir en medio de necesidades; pero si los pobres no ayudamos a los pobres, ¿quién lo hará?", comentó.

Añadió que "la providencia y el pueblo de Necoclí" no los han abandonado. "Aveces nos vemos con poco alimento, salimos a pedir y siempre regresamos con algo".

Vázquez reveló que dos emigrantes embarazadas han dado a luz desde el 30 de junio y hay otra más esperando el parto. Las madres y sus hijos se encuentran en un hotel, aisladas del resto de los emigrantes, para evitar un eventual contagio con Covid-19. De la manutención y los gastos de parto se ha encargado la Fundación Brisa y Mar.

"A veces una siente ganas de tirar la toalla. Mire, por ejemplo, algunos emigrantes se quejan de que no tienen atención médica, pero los dos partos fueron de alto riesgo y, por su complejidad, fue necesario trasladar a las madres a otras ciudades y a hospitales especializados", dijo Vázquez

"Cuba Libre" se ganó el cariño de la gente de Necoclí

Rogelio Felipe Gómez Pérez tiene 26 años. Salió de La Habana el 19 de abril de 2019. Ingresó al continente americano por Guyana, trabajó unos meses en Uruguay, Bolivia y Chile, y ahorro para continuar viaje hacia Estados Unidos.

Viajó por Bolivia, Perú, Ecuador y llegó a Necoclí el 15 de marzo, pero ya la frontera entre Colombia y Panamá estaba cerrada por la pandemia. Deambuló por la localidad durante varios días, ya sin dinero y desesperado, hasta que se topó con Janna Vázquez y Martha Cecilia Tobón Castro, quienes lo invitaron a refugiarse en el albergue acondicionado por la alcaldía.

"Por sentirme útil y agradecer esa mano tendida decidí colaborar en las labores", dijo "Cuba Libre", el apodo que le han puesto los encargados del alojamiento. El joven pasa los días ayudando en la cocina y poniendo en orden el albergue: "lavó los calderos, recojo el agua para los alimentos y ayudo cuando llega el menaje. Esto me ha servido para no perder la cordura".

Cuba Libre sufrió en su travesía estafas, robos y maltratos de las autoridades. En Colombia mejoró su suerte. "Me dieron el salvoconducto para cruzar el país".

"Hoy siento agradecimiento hacia el pueblo colombiano y, en especial, el de Necoclí", dice. "Aún existe gente buena en este mundo, y esa gente está aquí".

Los otros dos cubanos abandonaron el albergue hace un mes. DIARIO DE CUBA trató de localizarlos sin éxito.

Con protestas, decenas de emigrantes piden que los dejen continuar

El estrés y el panorama incierto ha provocado protestas de los emigrantes por las calles de Necoclí. En sus marchas han llegado hasta las instalaciones de la alcaldía municipal. Reconocen el apoyo de la administración y el pueblo locales, pero solicitan autorización para continuar su viaje hacia Estados Unidos. Esa decisión, sin embargo, corresponde a Migración Colombia y las autoridades de Panamá, y la frontera entre ambos países sigue cerrada.

La agresividad de algunos emigrantes ha motivado el abandono de parte del personal que colabora en el albergue.

"Unos migrantes enardecidos nos tiraron comida caliente a los pies. Por ese motivo una manipuladora de alimentos se retiró", lamentó una de las voluntarias.

La situación empeora

La situación ha empeorado desde el 10 de julio, cuando en el albergue se realizó una reunión entre representantes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Defensoría de Pueblo de Colombia, la Fundación Brisa y Mar, funcionarios de la alcaldía de Necoclí, la Policía de Colombia, el Ejército y los emigrantes.

Medio centenar de emigrantes, que pedían que les dejaran continuar viaje, se exaltaron y bloquearon la salida de los vehículos de las autoridades con grandes piedras. Los representantes de las diversas entidades tuvieron que abandonar el lugar a pie.

El motivo del incidente fue la negativa de las autoridades colombianas, basada en el cierre de fronteras y de la movilidad intermuncipal.

El peligro al que se vio expuesto el personal de la Fundación Brisa y Mar por la ira de los emigrantes hizo que el albergue quedara sin apoyo. "No los dejaremos solos, entendemos su frustración, pero tampoco podemos exponer la seguridad del personal voluntario", expresó Janna Vázquez.

"Estamos seguros de que los emigrantes entenderán y volveremos en su ayuda. Reitero, no los dejaremos solos", añadió.

¿Qué pasará cuando se reabran las fronteras?

DIARIO DE CUBA se comunicó con la oficina de Migración Colombia para conocer estatus migratorio tienen en este momento los extranjeros varados en Necoclí y lo que podría ocurrir cuando finalmente se reabran las fronteras.

"En este momento todos los tiempos de los trámites migratorios están congelados", explicó la institución. "Estas personas (…) están bajo el amparo del salvoconducto ya que el mismo sigue manteniendo vigencia durante el tiempo que dure la pandemia".

Los emigrantes deberán abandonar el país cuando se reabran las fronteras, añadió. "En caso de no hacerlo, serán sujetos de una medida, bien sea de deportación o expulsión". Es decir, "los podemos regresar a su país de origen, o al último país al que ingresaron de manera regular antes de entrar a Colombia".

En cuanto a la situación de los hijos de emigrantes nacidos en territorio colombiano, Migración Colombia dijo que los menores "no son sujetos de medidas migratorias", pero tampoco son colombianos.

"Para que un menor pueda ser ciudadano colombiano debe ser hijo de padre o madre colombiano o de extranjero residente en el país", señaló la institución.

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