"Con mi esposa Claudia Díaz Martínez la mala praxis médica ha sido una constante desde el pasado año", asegura a DIARIO DE CUBA su esposo, Emilio Milián Socorro, quien a través de las redes sociales y varios medios independientes ha sacado a la luz este caso de urgente ayuda humanitaria que ha cambiado la vida de la familia cubana del municipio artemiseño de Quivicán de manera dramática.
En la actualidad ambos se encuentran en una de las salas del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR) debido al delicado estado de salud de Díaz Martínez y con la esperanza de poder tener sus pasaportes pronto para poder viajar en un vuelo humanitario a Estados Unidos para que la paciente reciba atención médica especializada.
Milián Socorro comparte su historia y versión de los hechos:
- ¿Cuándo comienza tu esposa con estos padecimientos de salud?
- Mi esposa a los siete años de edad se le detectó un sarcoma de Ewing —uno de los tipos de cáncer de huesos más agresivos que existen— en una falange de su mano derecha. En ese momento recibió su tratamiento correspondiente de quimioterapia y radiaciones y todo salió bien. Veinte años después, siendo adulta, le detectan un nódulo en un seno y tuvo que recibir nuevamente un tratamiento de quimioterapia y radiaciones en el hospital Juan Manuel Márquez.
"Debido a todo eso y a que ella tiene una base genética muy marcada por su familia, los médicos recomiendan hacer una mastectomía en el otro seno que se encontraba sano para evitar futuras complicaciones. De esa manera entra en el salón de operaciones del INOR el 19 de noviembre del pasado año.
"A partir de ese momento comienzan las irregularidades y las violaciones de los protocolos médicos básicos: como paciente no la preparan con antelación para esa operación porque se nos argumentó que el hospital se encontraba colapsado y por ello tuvo que ir directo de la casa para el salón de operaciones.
"Una vez le hacen la cirugía no le dan un tiempo de recuperación en una cama del hospital como establecen los protocolos, ella es enviada para su casa apenas termina la operación en un carro particular y no en una ambulancia, como debería ser; no le indican tratamiento alguno con antibióticos, como está estipulado para evitar cualquier infección.
- ¿Qué pasó después?
- Yo noto enseguida que pasaban los días y ella no drenaba como correspondía. Eso me llamó la atención hasta que comenzó a presentar fiebres altas de manera seguida y la zona de la operación a enrojecerse. A los ocho días tuvimos que llevarla nuevamente al INOR porque no mejoraba. A los días de estar allí y después de extraerle abundante líquido es que en uno de los exámenes de urocultivo le detectan una pseudomona —una bacteria que en la mayoría de los casos las personas la adquieren en los hospitales— y que aún hoy no han podido eliminársela y ha complicado grandemente su estado de salud.
"En ese momento el médico Pavel Reyes —quien atendía su caso en ese Instituto— indicó volverla a llevar al salón de operaciones, aunque esta vez no sería él quien ejecutaría la operación porque debía ir a un evento en el Hotel Nacional, sino otros cirujanos de mucha menor experiencia.
"Después de esa intervención quirúrgica la envían a la casa sin antibiótico específico que pueda combatir y curar la pseudomona. La zona de la operación volvió a inflamarse y en la próxima consulta con este doctor él me da una recomendación disparatada: dice que a mi esposa no debe indicársele más antibiótico y que debe inyectársele miel de abeja y un tratamiento de agua con sal.
"Por supuesto, aquella supuesta solución no hizo efecto alguno y mi esposa seguía complicándose con fiebres altas, inflamación. Todo eso motivó mi primera denuncia en redes sociales el 30 de enero de este año, donde expongo toda la negligencia médica cometida contra ella.
- A partir de ese momento, ¿qué cambia?
- Enseguida el jefe de Mastología del INOR, Luis Eduardo Martín, se comunicó conmigo para decirme que había visto la publicación y que esta había tenido repercusión internacional. Gracias a esa denuncia a mi esposa la ingresan y la llevan para una sala especial con mejores condiciones y finalmente le ponen un tratamiento de antibióticos. Pero ni así mejoraba, con el tiempo empezó a perder movilidad, no podía caminar o lo hacia con mucha dificultad: la pseudomona había avanzado por su cuerpo y le había provocado una ostiomelitis.
"En estos meses, aún sabiendo que no habían podido eliminar la pseudomona, le daban el alta y la enviaban para la casa. Hasta que a finales de abril es que la ingresan en el INOR de manera definitiva y la orden es que no salga del Instituto hasta que se cure.
"Paralelo a eso y debido a mis denuncias en Facebook, comienzo a hacer gestiones para que mi esposa pueda atenderse en otro país para poder acceder a un tratamiento verdaderamente efectivo, pues ahora ella lleva una operación de alta complejidad que evite tocar sus órganos vitales".
Gestiones y obstáculos
"Gracias al periodista de Diario Las Américas Daniel Castropé, quien conoce del caso y fue el que gestionó a través de la oficina del congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart la visa y el tratamiento médico para la Dama de Blanco Xiomara Cruz, se comienza a utilizar el mismo procedimiento para gestionar una visa humanitaria para mi esposa y para mi y que La Liga contra el Cáncer y otras ONG de ese país asuman los costos de su tratamiento en Miami.
"En estos momentos nuestro único impedimento es que no tenemos pasaporte, debido a que una de las personas que me iba a ayudar a obtenerlos de manera expedita fue amenazada por la Seguridad del Estado con sus cuatro hijos, a ella le dijeron que a mí y a mi esposa no se nos iba a facilitar nada porque habíamos desprestigiado el sistema de salud cubano con las denuncias que he hecho.
"Yo no he parado. He ido al Ministerio de Salud Pública y al MINREX para ser escuchado y aún no he obtenido una respuesta satisfactoria. Mi esposa, aunque está estable en estos momentos la bacteria sigue ahí, y ahora le detectaron unos nódulos en el pulmón derecho.
"No tenemos mucho tiempo. Ella solo tiene 32 años y tenemos dos hijos pequeños. Lo único que quiero es que ella se cure. La vida de mi esposa peligra a medida que el tiempo pasa. Si las autoridades cubanas son tan ¡ humanitarias como se dice constantemente por la televisión, que nos den nuestros pasaportes para que ella pueda
salvar su vida".
¿Dónde está la potencia médica cubana?
En Cuba hay posibilidades de atenderla, en América Letrina dan alabanzas al milagro medicinal cubano, lástima que las buenas clinicas sean solo para extranjeros, la familia Castro y su camarilla.
Ahora viene el asesino (cómplice de asesinos) cubiche y dice que no cree que sus criminales amigos del DSE hayan inyectado VIH a Ariel Ruiz Urquiola.
Cada vez suben la parada en el nivel de maldad e ignominia, cada ocasión son más desalmados y degenerados.
Ni los mengeles ni los nazis les hacen sombra ya al G2.
El mismo sentimiento de desprecio y odio, de todo lo peor de una mente enferma que metía a los judíos en cámaras de gas, es la que guía la mano de esos criminales.
¡Señores, es un gesto humanitario! ¡Por bestias que sean atiendan por misericordia los reclamos de su propio pueblo! NO ES ASUNTO POLÍTICO, sino HUMANITARIO.