Las colas y aglomeraciones para conseguir alimentos son un riesgo de contagio del nuevo coronavirus en Cuba y varios países de la región, aseguró el miércoles el representante de la Organización Panamericana de Salud (OPS) en la Isla, José Moya.
"Hay situaciones en las que la gente tiene que salir a buscar sus alimentos y eso ha generado más de un problema en todos nuestros países. No es una situación particular de Cuba y aquí hemos escuchado que es un tema central", dijo Moya a un grupo de periodistas en La Habana, reportó AP.
Debe haber "una mejor organización en la entrega de los alimentos", pidió.
Aunque el Gobierno ha dictado medidas para forzar un distanciamiento social que permita combatir la pandemia del Covid-19 en Cuba, ha decretado el cierre de algunos barrios y poblados y aumentado la presencia policial en el espacio público, las imágenes que llegan desde la Isla muestran que los cubanos están en las calles de forma masiva para comprar suministros en medio del fuerte desabastecimiento.
Moya, de nacionalidad peruana, indicó que "la oportunidad en el diagnóstico es clave" para evitar complicaciones "y si ocurren el país tiene un protocolo definido", aseguró.
Y agregó que aunque la letalidad irá variando y todavía es pronto para hacer comparaciones, la capacidad de la Isla para "organizarse a través de sus trabajadores de salud, de su red de atención primaria, identificar tempranamente, es clave. Y los protocolos que tiene el país... eso está ayudando a que la letalidad sea menor".
"Hemos visto incluso a los estudiantes de estomatología y medicina hacer encuestas domiciliarias para la búsqueda de sintomáticos respiratorios. Además, todas las provincias han identificado las zonas de aislamiento", señaló, en referencia a las pesquisas a que las autoridades docentes obligaron a los alumnos, a quienes no se les ofrecieron medios de protección adecuados en un principio.
La OPS ha mantenido una estrecha relación con La Habana, sobre todo en países como Brasil, donde sirvió de intermediaria para los pagos del Gobierno local al de la Isla por el trabajo de médicos cubanos.
En el esquema, que se extendió de 2013 a 2018, el Gobierno cubano se quedaba con alrededor de un 70% de lo que pagaba Brasilia por concepto de salarios de los médicos. Mientras, la OPS se embolsaba otro 5%. Por esa razón, varios doctores que abandonaron esas "misiones" presentaron una demanda en su contra en EEUU.
Además, el organismo tampoco informó sobre un brote del virus del Zika que se diseminó por Cuba durante 2017, un año después de que se declaró el fin de la emergencia de salud global.
Tras un estudio publicado en la revista Cell en 2018, funcionarios internacionales reconocieron al periódico The New York Times que no habían contado 1.384 casos reportados ese año por los funcionarios cubanos.
Esa cifra es un fuerte incremento respecto a los 187 casos confirmados en la Isla en 2016 y "concuerda con los estimados para 2017 de nuestro propio estudio", dijo Kristian Andersen, un investigador de enfermedades infecciosas en el Scripps Research Translational Institute en La Jolla, California, y uno de los coautores de la investigación.
Los funcionarios de la OPS, una entidad de la Organización Mundial de la Salud, culparon a un "problema técnico" de la falta de un reporte oportuno del brote en Cuba.
Ese funcionario de la OPS está ahí porque lo que hace y dice no contradice al régimen. Si no, lo hubieran sacado. Lo único que le faltó en sus declaraciones fue pedir el fin del embargo.