Ha sido un "buen verano" en Cuba, al menos para Miguel Díaz-Canel, quien dice que los aspectos positivos han sobresalido sobre los negativos.
El mandatario hizo la afirmación en una reunión en la que evaluó el programa de actividades planificadas por el Gobierno para julio y agosto, informó la web oficial Cubadebate.
Ha sido "un verano retador" por las restricciones económicas del país, pero "han prevalecido la variedad de opciones recreativas y la tranquilidad ciudadana", consideró el gobernante.
Dijo que han tenido "impacto" entre los jóvenes "los campamentos de verano, realizados en centros educacionales y universidades", y pidió extenderlos a todo el periodo vacacional del año próximo.
Por lo que dijo la primera secretaria de la UJC, Susely Morfa, unos 42.500 jóvenes de todo el país participaron en esos campamentos. Pero no fueron del todo recreativos: incluyeron actividades en el campo, saneamiento de las playas y trabajos sociales en las comunidades complejas.
En medio de la polémica por las normas que permitirán al Gobierno controlar la intranet independiente SNet, Díaz-Canel resaltó el papel de los Joven Club de Computación. Dijo que "han presentado constantemente nuevas opciones durante esta etapa, a lo que se ha sumado el trabajo para conectar, a través de ellos, a las redes privadas de personas naturales".
El Gobierno, receloso de cualquier iniciativa que permita la comunicación fuera de su vista entre cubanos, defiende las nuevas normas como "una decisión soberana (…) para ordenar el espacio radioelectrónico del país".
Como cada año, las opciones recreativas del Gobierno han levantado críticas entre los cubanos, principalmente entre los jóvenes del interior del país, por el reducido número de opciones y la falta de variedad.
También por los precios de las opciones y del transporte. Muchos padres tienen que elegir entre proveer recreación a sus hijos o los gastos del inicio del nuevo curso escolar.
En cuanto a los Joven Club, las quejas suelen estar relacionadas con la vigilancia a la que están sometidos los usuarios, lo aburrido de las ofertas de juegos, y el empeño del Gobierno en que muchas de ellas lleven su mensaje ideológico.
Díaz-Canel se refirió también al aumento que llevó el salario medio mensual de la Isla a 45 dólares, y a las medidas del Gobierno para evitar por la fuerza una subida de precios que lleve a una pérdida de poder adquisitivo.
"Cada vez que ha habido alguna violación se ha atendido", dijo Díaz-Canel. "Eso solo se puede lograr con la participación popular que es el mejor mecanismo de control", añadió.
El tope de precios se ha puesto en marcha sin embargo en medio de un escenario de desabastecimiento que el Gobierno no consigue solucionar.
Entre los problemas de esta etapa veraniega, Díaz-Canel mencionó una "situación epidemiológica complicada en varias provincias". También los problemas en la recogida basura, que se han vuelto ya costumbre sobre todo en la capital, y los accidentes de tránsito.
El gobernante reconoció fallos en los suministros, "entre los que sobresalen por su demanda los refrescos, cerveza, agua y confituras". Los achacó fundamentalmente a "problemas con la transportación desde las industrias hacia los territorios". Aseguró que el asunto logró estabilizarse a través del traslado por el ferrocarril.
El estatal Centro de Estudios Sociopolíticos y de Opinión (CESPO) realizó para el Gobierno una encuesta según la cual el 59% de los criterios recogidos sobre el verano son positivos, "con reconocimientos a la calidad y variedad de las actividades".
"Las opiniones desfavorables se concentran, por ejemplo, en los abastecimientos, el transporte, la cloración de las piscinas y las opciones recreativas en las comunidades más apartadas", indicó Cubadebate.