La orden está dada por el gobierno municipal: demoler esta semana unas 15 casas, la mayoría de madera, ubicadas en la playa Boca de Galafre, en la costa sur del municipio pinareño de San Juan y Martínez, y construidas sin autorización.
La razón, dicen las autoridades, es que están muy cerca del manglar y la playa, por lo que afectan el ecosistema del lugar, publicó en Facebook el activista Rolando Pupo Carralero, residente en la zona.
"En este lugar han proliferado las construcciones sin autorización", dijo Carralero a DIARIO DE CUBA. "Entre ellas hay algunas de directivos de empresas estatales y del gobierno, pero también existen viviendas de familias comunes, éstas ultimas son las que serán demolidas", afirmó.
"Esto afecta a más de 50 personas que con su esfuerzo personal han levantado esas casas para disfrutar de la playa", añadió Carralero.
Este opositor, integrante del partido Cuba Independiente y Democrática, opinó que "la medida es muy selectiva e injusta porque hay alrededor de otras 20 viviendas mucho más cerca de la costa, algunas solo a cinco metros de la playa y no van a ser demolidas".
"El objetivo en verdad es dar un escarmiento para que nadie más construya en ese lugar", consideró.
"Si la intención es proteger la zona, deberían demoler todas las viviendas. Pero solo se verán afectadas estas familias comunes", insistió Carralero. Agregó que "las familias afectadas piensan no salir de las casas ni sacar nada, como forma de resistencia ante la inminente demolición".
"El gobierno municipal aduce que esas viviendas se construyeron sin permiso. Sin embargo, no se menciona que muchas tienen electricidad, lo cual destapa otro problema: que la Empresa Eléctrica instaló cables y postes para dar servicio a esas casas y no debió hacerlo", concluyó este activista.