Producir 1.700.000 toneladas de azúcar y hacerlo con eficiencia es el objetivo declarado de la actual zafra azucarera. Lo optimo —explicó el presidente del grupo empresarial AZCUBA— es arrancar el 1 de noviembre y terminar el 10 de abril.
El 25 de octubre de 2018, el segundo secretario del Partido Comunista (PCC), José Ramón Machado Ventura, dijo: "Habrá que moler toda la caña posible, en cifras estimadas superiores a la anterior contienda". El 2 diciembre planteó: "La actual zafra azucarera tiene que ser mejor que la anterior, porque el país lo necesita...". Y al día siguiente enfatizó: "Hacer una buena zafra es cuestión de sí o sí, no hay más opciones".
Todo quedó listo para la "victoria": el compromiso y la consigna.
El 1 de noviembre se inauguró la molienda en el central Argeo Martínez, de Guantánamo. El 31 de diciembre, al concluir la llamada zafra chica, se habían producido 250.000 toneladas y diez de las 15 provincias rebasaron sus cálculos. "El resultado —dijo el comunicador institucional de AZCUBA— tiene un sabor más dulce por la implantación de un récord para la etapa".
El augurio se esfumó. El 28 de febrero hubo que reprogramar el plan. Se paralizaron centrales ineficientes, se reordenó la vinculación en la entrega de caña entre ingenios y provincias y se reforzaron los controles en los centrales. Entrado el mes de marzo, el vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa, tuvo que pedir un aporte adicional a los azucareros de Cienfuegos: "Es necesario ese extra, pues se registran complicaciones técnicas en el extremo oriental del país".
Ante la inminencia del incumplimiento y el peligro de extender la zafra hasta el mes de mayo, Machado Ventura dijo en Sancti Spíritus: "Aquí no se puede contar con mayo", y explicó que a pesar de lo tensa de la situación, esa provincia podía cumplir su plan de azúcar, aunque aclaró: no el original, pero si el reprogramado.
En el encuentro de los primeros secretarios de los comités provinciales y municipales del PCC y los presidentes provinciales y municipales del Poder Popular, los días 11 y 12 de marzo, elpresidente de AZCUBA informó: "hasta la fecha se ha molido menos caña de la que se planificó y el plan se cumple al 82%". Entre las causas señaló roturas e interrupciones, retraso en la llegada de piezas de repuesto y neumáticos, ineficiencia y lluvia en algunas regiones del país.
El 20 de marzo, en un encuentro para evaluar la marcha de la zafra, el presidente Miguel Díaz-Canel dijo: "se debe trabajar para aprovechar al máximo el rendimiento en lo que resta de marzo y el mes de abril […] No se puede perder ni un día".
El incumplimiento tendrá un impacto. Cualquier reducción en las 920.000 toneladas destinadas a la exportación afectará las menguadas importaciones. Por tanto, la escasez actual de productos que provienen del exterior se agudizará.
Una mirada retrospectiva muestra que:
- En el siglo XVII el azúcar ocupaba el primer lugar en el valor total de las transacciones comerciales. A fines del siglo XIX se producía un millón de toneladas, seis millones en 1948 y 7,13 millones en 1952.
- En 1970 se intentó producir 10 millones de toneladas. La consigna "ni una libra menos", se convirtió en 1,5 millones menos. En el año 2001 la producción bajó hasta 3,5 millones. Entonces se designó a un general al frente del Ministerio del Azúcar. Sin embargo, la zafra 2002-2003 solo alcanzó 2,1 millones de toneladas, la de 2004-2005, 1,3 millones y la de 2009-2010 tocó fondo: 1,1 millón de toneladas: la peor de los últimos 100 años.
- En 2011 el Ministerio y el general fueron sustituidos por AZCUBA. Se proyectó un crecimiento anual del 15%, para alcanzar 2,4 millones de toneladas en 2015.
- La zafra 2011-2012 se incumplió. La de 2012-2013 planificada para 1,7 millones de toneladas, no se logró. La de 2013-2014, anunciada como la mejor de la última década tampoco se logró, con lo cual el proyecto de 2,4 millones para 2015 se fue a bolina. Igual suerte corrieron las zafras de 2016-2017 y la de 2017-2018, que por los fenómenos climatológicos regresó a algo más de un millón de toneladas.
Los factores climatológicos, la deteriorada maquinaria industrial y agrícola, la incontrolable corrupción y la incapacidad de jefes y administradores conspiran contra la producción azucarera. Sin embargo, las principales causas del fracaso sostenido —la subordinación de la economía a la ideología, la actual estructura de la propiedad, la falta de autonomía de los productores y los bajos salarios, cuya raíz es la economía estatizada y planificada— han sido refrendadas en la Constitución que entrará en vigor el próximo 10 de abril.