La reconocida empresa cubana de bebidas alcohólicas Bacardí, establecida en Bermudas en 1965, podría ejercer su derecho a buscar justicia por la confiscación de sus propiedades en Cuba por el Gobierno de Fidel Castro hace casi 60 años.
Según el diario de Bermudas The Royal Gazette, un comunicado de la empresa señaló que Bacardí, "como muchos otros, es una empresa que perdió todas sus propiedades cubanas en una confiscación ilegal sin compensación".
"Respaldamos el derecho y la capacidad de los afectados para buscar justicia y evitar un mayor tráfico de propiedades robadas", añadió la declaración, ofrecida a petición del medio de prensa local.
Este posicionamiento de una de las empresas líderes en licores suceden a raíz de que la administración de Donald Trump permitiera la entrada en vigor de una sección del Título III de la Ley Helms-Burton, que permitiría demandar a empresas cubanas incluidas en una "lista negra" de Washington.
El Departamento de Estado de EEUU planea permitir que el Título III de la ley entre en vigencia con una "excepción parcial" para proteger a empresas estadounidenses y a algunos aliados estadounidenses.
Este lunes, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que se mantendrá suspendido durante un mes más el Título III de la ley Helms-Burton porque está en los "intereses nacionales" de Estados Unidos y acelerará una "transición a la democracia" en Cuba.
Bacardí, fundada en Santiago de Cuba en 1862, abandonó la Isla hacia Bermudas en 1965, después de que el Gobierno confiscara sus propiedades en octubre de 1960.
De acuerdo con The Royal Gazette, "si bien el aflojamiento de la suspensión de esta semana limita los juicios en virtud del Título III a una lista de alrededor de 200 empresas y agencias gubernamentales cubanas que ya están sujetas a sanciones especiales de los Estados Unidos porque están vinculados a los ministerios de Inteligencia y militares cubanos, hay indicios de que una acción más firme podría estar en camino".
La administración de Trump aclaró a ese respecto que su última suspensión del Título III expiraría después de 30 días, mientras que la mayoría de las suspensiones anteriores han durado seis meses.
Mahesh Madhavan, CEO de Bacardí, dijo a The Royal Gazette que esperaba que la sede global de Bacardí permaneciera en las Bermudas durante los próximos "500 años" y que "Bermuda es nuestro hogar ahora".
Sin embargo, Bacardí es conocida por haber presentado en diversos momentos reclamaciones sobre los derechos de propiedad de sus marcas, que La Habana ha contratado a socios extranjeros, como la firma francesa Pernot Ricard.
Uno de esos pleitos célebres se ha desarrollado en los tribunales de EEUU por la marca de rones Havana Club. A raíz del acercamiento entre los Gobiernos de Cuba y EEUU, la Oficina de Patentes garantizó al régimen el registro y los derechos sobre el ron Havana Club en territorio estadounidense.
Bacardí cuestionó esa decisión, alegando que se tomó de forma fraudulenta. La empresa defiende ser la única dueña de Havana Club, lo cual es impugnado por La Habana, que mediante una empresa mixta con el fabricante francés de bebidas alcohólicas Pernod Ricard, distribuye esa bebida en el resto del mundo.
Ess experiencia previa la convierte en una de la principales candidatas para comenzar reclamaciones de sus propiedades en Cuba.