En 1902 nació la República de Cuba con un apéndice constitucional que socavaba la soberanía popular. La tristemente conocida Enmienda Platt nos restaba independencia. Pero igualmente, en esta etapa más actual, la "revolucionaria", el encumbramiento del Partido Comunista refrendado en el Artículo 5 de la Constitución representa un obstáculo que ata y anula a la República.
En 1901 nuestros constituyentes reunidos en convención se vieron forzados a aceptar el anexo indeseado. La otra opción era no tener la independencia, pues fue condición impuesta para retirar las tropas norteamericanas que ocupaban el país. Una rémora para la patria y un mal necesario en aquel contexto histórico, que luego, con el proceso de evolución política, el país pudo eliminar en 1934.
Sin embargo hoy, en pleno siglo XXI y 112 años después de nacer aquella República tan añorada, estamos aceptando o tolerando nuevamente una Carta Magna con un artículo como el 5. Es inconcebible que desde la Constitución se avale que un partido político usurpe despóticamente el poder absoluto en el país, pues representa un retroceso cívico-democrático demasiado "costoso" para nuestro pueblo.
En la etapa inicial republicana bastaron 32 años para sacudirnos del instrumento de sometimiento externo, aun siendo impuesto por una gran potencia que era nuestro principal socio comercial, desde donde se controlaba gran parte de la economía nacional y que poseía, ya desde entonces, una base militar en nuestro territorio.
Sin embargo, el próximo primero de enero ya serán 60 años de sometimiento al Partido Comunista de Cuba. ¡Casi el doble de tiempo que a la Enmienda Platt!
Ambos, la Enmienda y el Artículo 5, tienen cosas en común. El primero garantizaba los intereses económicos norteamericanos en la Isla y el segundo los intereses económicos de la casta político-militar que controla, como antes hacían las empresas extranjeras, la mayor parte de nuestra economía nacional.
En ambos el control militar es decisivo. Los norteamericanos de entonces con el derecho a intervenir en Cuba cuando se vieran afectados sus intereses, además de poder establecer bases militares. Y el Partido Comunista al situarse por encima del propio Estado, y constituirlo, dominando las Fuerzas Armadas y represivas como sostén de su dictadura.
Realmente el "el 5" lacera mucho más a la República que lo que lo hizo la Enmienda Platt, porque prácticamente la anula. Con el apéndice legal norteño pudo funcionar más o menos la democracia con pluralidad política, incluso hasta cuando hubo momentos de despotismo. Y muy trabajosamente se fomentó una sociedad civil legal y los movimientos sociales tuvieron espacio y valentía cívica para sus luchas reivindicativas.
Pero con "el 5" no hay chance. La sociedad civil verdadera es ilegal y la valentía cívica que llegó a caracterizar a nuestro pueblo degeneró, con el adoctrinamiento y el control social, en un pánico generalizado que neutraliza cualquier posibilidad de lucha social, al menos articulada.
Y no existen legalmente elecciones plurales, solo votaciones controladas por el Partido, como un círculo vicioso que es "legalizado" por el artículo espurio.
Es en este contexto que se perfila reformar la Constitución cubana en una farsa que ahora rebautizan eufemísticamente como "Estado socialista de derecho", en un intento por disfrazar la dictadura.
Pero, de igual manera que en el siglo pasado Cuba no fue verdaderamente independiente hasta que no se desprendió de la Enmienda Platt, en el contexto actual tampoco tendremos un verdadero Estado de Derecho, ni justicia social ni democracia mientras la Constitución contenga un artículo como el 5.
Es el propio Partido el que controla la Comisión que debe redactar el texto final y decide qué debe modificarse. Luego, es un hecho previsible que cualquier propuesta que se haga será aprobada en referendo, en un contexto político férreamente controlado.
"El 5" ha sido más nefasto para Cuba que lo que fue la Enmienda Platt. Y lo peor es que aún no se vislumbra hasta cuándo cargaremos con esa cruz que impide la Cuba libre y próspera que nuestro pueblo desea construir.