Una mayoría de cubanos rechaza la existencia de un partido único y la irrevocabilidad del socialismo, y está en desacuerdo con la concentración de poder en manos del Estado. Mientras, un aplastante porciento (entre el 68 y el 82) se posiciona contra la posibilidad de que los profesionales que abandonan misiones en el exterior y quienes tienen posturas políticas diferente a las del Gobierno sean considerados traidores a la patria.
Asimismo, la mayoría esta preocupada por la posibilidad de que algunos servicios de salud y educación dejen de ser gratuitos, y casi un 60% rechaza que el Estado otorgue garantías a la inversión extranjera a la vez que frena a los emprendedores cubanos.
Son parte de los resultados de una encuesta realizada por el proyecto CubaData, con la participación de DIARIO DE CUBA, para conocer las opiniones, percepciones y valoraciones de los cubanos acerca de la propuesta de reforma constitucional.
La encuesta fue aplicada a 1.612 personas de toda la Isla entre el 12 y el 19 de noviembre de 2018, y sus resultados ponen en duda las afirmaciones del Gobierno tanto sobre la participación ciudadana en la llamada "consulta" del proyecto de Carta Magna, como sobre la confianza de los cubanos en que sus voces sean escuchadas.
El sondeo abordó cinco áreas temáticas: participación y legitimidad del proceso de consulta, modelo de sociedad, el rol del Estado, derechos y modelo económico.
CubaData se planteó realizar una encuesta que capturara durante la etapa final del proceso de "consultas" a la ciudadanía, las opiniones, percepciones y valoraciones de los cubanos. Para ello, usó los mismos términos y formulaciones empleados por el Gobierno en su propuesta de reforma.
Legitimidad de la consulta
Entre los resultados reveladores de este sondeo, esta el de que un 45,5% de la muestra declaró no haber participado en la "consulta" organizada por el Gobierno. El dato contradice los elevados índices de participación que las autoridades declararon haber conseguido.
Solo un 26,8% de los encuestados dijo haber tenido oportunidad de emitir sus opiniones o recomendaciones, mientras que un 8% dijo haberlo hecho parcialmente, y un 19,7% no emitió opinión alguna.
Entre los encuestados que emitieron opiniones, un 20% consideró que estas no serán tenidas en cuenta, mientras que otro 20% no sabría qué curso o impacto podrán tener.
En consecuencia, un alto porcentaje se mostró dudoso o reticente respecto de la importancia que puede tener su voz en las correcciones que finalmente se realicen al texto constitucional. Solo un porcentaje minoritario (11,7%) expresó confianza en que sus opiniones serían consideradas.
El modelo de sociedad
Casi la mitad, el 47% de los encuestados, dijo estar en desacuerdo con la existencia de un partido único en Cuba y reconoció que eso no garantiza la libertad política, mientras que un 14,6% cree que solo la garantiza parcialmente, y un porcentaje minoritario (15,7%) piensa que manteniendo un partido único puede garantizarse dicha libertad. Por último, un porcentaje no despreciable (21,9%) declaró no saber cómo responder a esta pregunta.
El carácter irrevocable del Socialismo como sistema económico, social y político, consignado en el Artículo 3 del nuevo texto, no fue aceptado por el 45,1% de los encuestados. Un tercio no supo cómo posicionarse ante ese tema, mientras que solo un 25,9% dijo estar de acuerdo en mantener dicho carácter.
Las respuestas ratificaron que, efectivamente, un número cercano a la mitad de la población entiende las limitaciones que surgen a raíz de un sistema que niega la pluralidad política y excluye cualquier otro tipo de pensamiento.
Entretanto, el posicionamiento respecto de lo que se considera traición a la patria fue categórico: los encuestados rechazaron que los profesionales que cumplen misiones en el extranjero y las abandonan (77,7%), quienes se organizan, asocian o reúnen pacíficamente, aunque con fines diferentes de los permitidos por el Gobierno (68,1%), y quienes expresan públicamente una opinión política o postura diferente a la del Gobierno (82,7%), sean tipificados como traidores.
Se trata de un resultado alentador en relación a futuros procesos de reconciliación, necesarios para una posible transición democrática, apuntó CubaData.
El rol del Estado
En términos generales, los encuestados estuvieron en desacuerdo con la concentración del poder (42%). El alto porcentaje (27,6%) que no supo responder a la pregunta sobre la facultad de designación del presidente, podría estar relacionado con el desconocimiento generado por un prolongado y absoluto ejercicio del poder en la Isla, consideró CubaData.
En cuanto al control estatal sobre los medios de comunicación, la mayoría de los encuestados (53,6) valoró la necesidad de la independencia de estos, lo que supondría una percepción positiva respecto a la información que producen medios no sujetos al poder del Gobierno.
Por otra parte, llama la atención el alto porcentaje (30,7%) de encuestados que respondió no saber si el tiempo asignado a la Asamblea Nacional en su función de legislar es suficiente.
Ello, según los encuestadores, revela dos cosas: el desconocimiento de la significación de la labor de la Asamblea y lo falso de una estructura "democrática" en un sistema donde una entidad, el Partido Comunista, ejerce todo el poder.
Los derechos
Los encuestados afirmaron categóricamente (70%) que la participación política es un derecho muy importante y que debe incluirse entre los que menciona la propuesta de reforma constitucional.
Con igual contundencia (70%) se manifestaron sobre garantizar la protección de la discriminación por razones de conciencia, pensamiento, expresión y edad. Lo anterior indicaría el reconocimiento de la necesidad de una mayor pluralidad y de los beneficios que esta conlleva, algo inédito tras décadas de partido único y ataques a las diferencias; un resultado a considerar en las propuestas y programas de la sociedad civil y los partidos políticos.
Alrededor de la discusión acerca del matrimonio igualitario, la encuesta mostró una coincidencia a favor de la unión entre personas del mismo sexo (52,9%), aunque vale la pena notar que el 35.2% de reprobación está entre los más altos de todas las respuestas.
En general, el resultado difiere de la polarización reflejada en la sociedad alrededor del punto más mediático de la propuesta de reforma: el célebre Artículo 68. Lo que llevaría a cuestionarse si la intención del Gobierno ha sido una legítima preocupación por una ampliación de derechos o un elemento de distracción, toda vez que en el texto de la reforma el sujeto de derecho ni siquiera está claramente identificado.
Otro de los aspectos más debatidos ha sido la posibilidad de que los cubanos/as que residen en el exterior puedan disfrutar de los mismos derechos que los que residen de manera permanente en Cuba.
Sobre este punto, los encuestados favorecieron un tratamiento equitativo en un 72,7%. Este alto nivel de acuerdo es una opinión de suma importancia, teniendo en cuenta la relevancia cuantitativa que ha adquirido el fenómeno migratorio en la Isla, así como su impacto social, político, económico y cultural en múltiples ámbitos de la sociedad cubana.
El modelo económico
Lo regresivo de la nueva propuesta constitucional en temas como la salud y la educación es el reconocimiento de la crisis económica perpetua y de la incapacidad del régimen por solucionarla. Es una renuncia a la continuidad de los principios de los postulados comunistas.
Mediante el Artículo 83, el texto reformado continúa entendiendo al Estado como garante del acceso y gratuidad a los servicios de salud, pero no se explicita si estará obligado a prestar el servicio.
Se le preguntó a los encuestados si estaban de acuerdo en que se excluyeran la gratuidad de algunos servicios de salud, tales como la prevención y la asistencia estomatológica, y la mayoría (63,9%) respondió estar en desacuerdo.
Un rechazo también mayoritario (59,6%) surgió ante el Artículo 84, que elimina la obligación del Estado en la prestación de servicios gratuitos en el nivel de educación de posgrado.
Sobre la definición del modelo económico en el proyecto de reforma, los encuestados no rechazaron la presencia del Estado en la vida económica y comercial de la sociedad, pero siempre que también permita participar a los ciudadanos. El resultado ratificó la encuesta anterior de CubaData, que en el ámbito económico arrojó que los cubanos, más que enfrentarse al sistema, lo que desean es que este les otorgue un mayor espacio.
Las respuestas también reflejan cierto desconocimiento cuando se hace referencia a conceptos de mayor complejidad —como el de la planificación socialista de la economía— y, por otro lado, miedo a lo desconocido.
Al consultar sobre las garantías a la inversión extranjera, el resultado de la encuesta habló claramente en contra del actual rumbo estratégico de la inversión en Cuba, que privilegia los intereses extranjeros sobre los nacionales.
La mayoría de los encuestados (57,7%) se mostró en desacuerdo con que el Estado promueva y brinde garantías solo a la inversión extranjera, mientras aumenta las trabas a los cubanos. Llama la atención y es indicativo del rumbo que se le quiere dar al país, la inclusión de un artículo tan discriminatorio hacia los ciudadanos que pretendería empoderar.
La propuesta de reforma constitucional fue elaborada por una comisión de 33 miembros del Partido Comunista. Aún se desconoce cuál va a ser el procedimiento para incluir las propuestas de los ciudadanos en la reforma final, que será votada el 24 de febrero de 2019. Lo que sí se conoce es que las y los cubanos votarán en bloque —sí o no—, y no por áreas temáticas. Esto le otorga al conjunto del proceso un carácter plebiscitario.
Para los organizadores de este sondeo de opinión, si la Constitución es un pacto social en el que todos deberíamos tener cabida, la forma es fondo. Y en este caso, el mecanismo a través del que la propuesta de la reforma constitucional se ha llevado a cabo, al menos de inicio, podría afirmarse que carece de legitimidad.
Otros datos sobre la encuesta
El sondeo de CubaData contó con el soporte de una plataforma digital, donde los encuestados participaron a partir de perfiles individuales y verificables.
Respondieron mayoritariamente hombres (65%) frente a un 35% de mujeres. La distribución por provincias arrojó una participación relativamente homogénea, salvo en la capital, que concentró el mayor número de respuestas, alcanzando un 36,4%.
Le siguieron en mayor porcentaje de participación la provincia de Villa Clara (8.7%), Holguín (8.0%), Matanzas (7.9%), Camagüey (6.5%) y Santiago de Cuba (5.8%).
En cuanto al nivel educacional, la muestra elegida posee altos niveles de instrucción, teniendo en cuenta que el 50,8% declaró ser universitario y el 29% contar con estudios técnicos. Por edades, los encuestados se agruparon fundamentalmente en los tramos de 22 a 35 años (45.7%) y de 36 a 55 años (31.6%).