El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, dijo en una entrevista con el canal estatal Cubavisión Internacional que el Gobierno no va a "vender el país" con su apuesta por el capital foráneo y defendió que el proceso está bajo "control" para preservar la soberanía.
"La inversión extranjera para Cuba es una necesidad. Nosotros tenemos una economía muy abierta. Además, no somos un país rico en recursos naturales y el ahorro nacional no es suficiente para hacer las inversiones que requiere nuestro desarrollo económico y social. Por eso tenemos que acudir al financiamiento externo, sea por la vía de créditos o inversión extranjera directa", declaró.
"Nosotros, sin embargo, no vamos a vender el país. Nosotros vamos a desarrollar este proceso de acuerdo con nuestras leyes, y con nuestras políticas. Vamos siempre a proteger nuestra soberanía. Se trata de buscar con la alianza con el capital extranjero el desarrollo de proyectos", explicó.
Al evocar "la radicalización del proceso revolucionario" con la "nacionalización de las empresas estadounidenses", Malmierca consideró que "ahora pudiera parecer que estamos haciendo lo contrario, atrayendo capital extranjero".
"Pero no, lo estamos haciendo distinto: cuando bajo los gobiernos de la seudorrepública venía capital extranjero, sobre todo de EEUU, lo hacía para esclavizarnos; ahora nosotros estamos poniendo una serie de reglas que permiten controlar este proceso y que nuestra soberanía sea preservada", aclaró.
Puso como ejemplo que, en los recursos naturales no renovables, como la minería, "la participación extranjera siempre tiene que ser minoritaria", así como en los sectores más dinámicos de la economía, como es el turismo, o la industria farmacéutica y biotecnológica.
El control se ha convertido en el principal obstáculo a la inversión extranjera, cuyos actores se quejan de la burocracia estatal, la lentitud en la aprobación de propuestas y las trabas a los inversores, entre ellas la prohibición de contratación directa de trabajadores.
El funcionario atribuyó "la lentitud" a "dos problemas" fundamentales: la "mentalidad" de quienes todavía "no tienen claridad de que la inversión extranjera va a ser beneficiosa para el desarrollo económico de Cuba y la construcción del socialismo" y "la preparación" de los empresarios del Estado.
Presentó el embargo como otro "obstáculo" que el Gobierno "no puede controlar".
Sobre la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), donde el Estado ha invertido un promedio de 300 millones de dólares anuales en el desarrollo de infraestructuras de alto estándar y solo han sido aprobados 37 proyectos, justificó que esa cifra en cinco años de operación y "contra el bloqueo, no es poca cosa".
El titular recordó que la ZEDM ofrece incentivos superiores a los que da la ley y citó como ejemplo que "la exención de pago de impuestos sobre utilidades en la Ley de Inversión Extranjera es por ocho años" y en esta zona es por diez años.
"La ZED (de Mariel) está concebida para un desarrollo de largo plazo (…) Es un proyecto para 50 años de desarrollo y no podemos desesperarnos", argumentó.
Sector privado y la demanda de mercado mayorista
Acerca del establecimiento de "los mecanismos para canalizar la demanda de importación que surjan de las formas de propiedad y gestión no estatal", que establece uno de los "lineamientos de la política económica de Cuba", Malmierca aseguró que "se está trabajando en ello".
Admitió que "hay una fuerte necesidad de un mercado mayorista para apoyar actividades económicas" como las que realiza el sector privado, e incluso las cooperativas, pero no las consideró como "las principales".
"Lleva recursos financieros importantes que realmente no hemos podido invertir en eso aún lo suficiente, pero creo que es un tema que tenemos que ir resolviendo poco a poco porque está en los lineamientos y tendremos que implementarlo. Además porque es algo totalmente razonable que esas formas de producción o de prestación de servicios tengan su propio sistema de abastecimiento y no tengan que acudir al mercado minorista", señaló.
"El mercado mayorista en Cuba tiene problemas, y tenemos que desarrollarlo, para la empresa estatal y para el sector no estatal", insistió.
Los servicios, en el primer lugar de la exportación en Cuba
El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera afirmó que de las exportaciones cubanas en los últimos tiempos, el 70% son servicios (médicos, turismo, telecomunicaciones) y el 30% son productos.
Inscribió estos datos dentro de un "cambio estructural de nuestra economía (que) también se refleja en FIHAV (Feria Internacional de La Habana)".
"Nosotros hemos estado trabajando para que la feria sea un agente promotor de las exportaciones cubanas (que es otra asignatura en la que tenemos que sacar mejores calificaciones)", reconoció.
Volvió a quejarse de que el embargo "es el principal obstáculo" para el desarrollo del país, aunque manifestó "optimismo" de cara al futuro.
"Hoy atravesamos un momento también difícil desde el punto de vista económico porque todas estas persecuciones, sobre todo en el ámbito financiero, nos provocan muchas dificultades. Pero igual creo que podemos ser optimistas: vamos a vencer todos los problemas, y saldremos adelante", consideró.
"El bloqueo no va a durar siempre. Algún día desaparecerá y el puerto de Mariel exportará contenedores a EEUU. Somos optimistas porque tenemos la razón. Sabemos que vamos a vencer", dijo.