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Vivienda

'Solo vienen a decir que van a demoler, y nosotros, a vivir en la calle'

Tras varios derrumbes, un matrimonio y sus dos hijas llevan meses entrando a su casa por una ventana. En este reporte, las 'soluciones' de las autoridades cubanas.

La Habana

Jorge Luis Estrada, su esposa Elizabeth Valdés y sus dos hijas de 14 y cuatro años de edad están desesperados a causa de las condiciones de su casa en la calle San Isidro, en La Habana Vieja. Durante la mañana de este 12 de octubre, autoridades de la Dirección Municipal de Vivienda, acompañadas de una brigada de obreros, comenzaron la demolición de la escalera del inmueble, declarado inhabitable desde 1974.

En un primer derrumbe, parte del techo colapsó afectando la escalera y bloqueando la puerta de la vivienda de esta familia. Desde el domingo 20 de mayo han estado entrando a su casa por una ventana.

"Es una ventanita pequeña que está en el baño y desde la que podemos pasar al edificio continuo y luego utilizar la escalera de ese edificio para llegar a la calle", explicó Jorge Luis a DIARIO DE CUBA.

Luego del primer derrumbe, del que fueron rescatados por los bomberos, la familia durmió durante tres días en la calle y sin ningún tipo de ayuda gubernamental.

Según relataron, las autoridades les sugirieron "autoalbergarse, porque los albergues estatales están sin espacio y con lista de espera".

Ante el panorama, decidieron volver a la vivienda. Desde entonces el edificio ha sufrido otros dos derrumbes parciales. Para empeorar la situación, durante la demolición de este 12 de octubre la caseta de la grúa utilizada chocó contra una pared cuya fachada se vino abajo.

Para realizar este reportaje fue imposible acceder al interior de la vivienda desde la ventana del baño, ya que en el momento la brigada de obreros se encontraba en las labores de demolición.

"El suelo de mi casa se esta hundiendo y, cuando caminas, puedes sentir como cede", contó Elisabeth a DIARIO DE CUBA. "Varios puntos del techo ya están caídos y tenemos que dormir todos en un mismo cuarto, que parece el más seguro".

"La verdad es que no dormimos. Mis hijas tienen miedo de morirse aquí, yo tengo miedo de que la casa nos caiga encima. Tenemos nuestras pocas cosas dentro: el refrigerador, la televisión. No podemos sacarlos porque la escalera ya no existe y por la ventana del baño no caben", añadió.

"Nuestra vida se está acabando y estamos dejados a nuestra suerte. Mandamos cartas al Consejo de Estado para Miguel Díaz-Canel, y para al Partido Comunista. Nadie responde. Aquí solo se aparecen funcionarios a tirar fotos y a decir que tienen que demoler. Demoler y nosotros para la calle, a vivir en la calle".

La familia permanece sin gas, luz y agua corriente, ya que durante uno de los derrumbes las tuberías colapsaron.

Comentan que las autoridades solo se han personado dos veces, una durante el primer derrumbe y la segunda casi un mes después para demoler.

Hace un año recibieron un subsidio estatal para reparar la vivienda, pero se demostró que era inútil. El techo de la sala, reparado gracias al subsidio, colapsó. Ahora se encuentra a cielo abierto.

Jorge Luis ha tenido que faltar a su trabajo para dedicar tiempo a tocar las puertas de las instituciones oficiales. A la situación de la vivienda, se suma que la familia no dispone de recursos para subsistir.

"Estamos viviendo del dinerito que teníamos ahorrado para los 15 de la niña", comentó Elisabeth. "Son este 14 de octubre y tendrá que pasarlo en la calle. Le pedimos a cualquiera que pueda ayudarnos que nos extienda una mano. No tenemos nada, nadie nos ayuda. Tenemos miedo".

"No tenemos para donde ir y el Estado tampoco nos ofrece ninguna opción", lamentó también Jorge Luis. "Ya no sé donde más ir a pedir ayuda".

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