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Sociedad

Del motín de Jagüey Grande a los chavetazos de la Olo Pantoja

Los medios empleados por la juventud comprometida con el régimen pueden ser más peligrosos que los videojuegos y thrillers supuestamente inspiradores del instinto homicida.

La Habana

"Cuba es un país seguro", asevera la propaganda oficial. Las leyes desautorizan la posesión y venta de armas de fuego, los medios ignoran los hechos de sangre y las estadísticas ocultan los índices de mortalidad violenta.

Sin embargo, el pasado 17 de septiembre ocurrió un hecho insólito: cuatro individuos penetraron al politécnico Olo Pantoja, del municipio La Lisa, e infringieron heridas con armas blancas a nueve estudiantes.

Presionado por la prensa independiente, un noticiario capitalino informó del suceso dos días después.

Seis días más tarde, alumnos y profesores revelaron algunos detalles a Cubadebate y Juventud Rebelde, pero el Ministerio del Interior (MININT) no emitió declaraciones preliminares.

Según la "novela", por una abertura de la cerca perimetral de la escuela, cuatro agresores penetraron y, lanzando chavetazos al azar, hirieron a los nueve alumnos.

Algunos profesores y estudiantes repelieron el ataque con sillas y otros objetos hasta que los delincuentes se marcharon. Minutos más tarde retornaron, pero fueron atrapados por la Policía que ya estaba en el lugar.

Uno de los atacantes fue herido en una pierna, pero no se aclaró si fue por arma de fuego.

Tampoco citaron los reportes la hora de inicio del ataque. Según la nota, los agresores, con edades entre 19 y 24 años de edad, fueron capturados antes de las 12:15PM. Todos confesaron sus responsabilidades, pero el móvil del ataque es un misterio.

Fuentes que pidieron no ser identificadas afirmaron que un "alumno ausente" era el objetivo del asalto, lo que justificaría el regreso de los atacantes, pues el ajuste de cuentas quedó inconcluso. De estar presente, sin dudas el chico habría muerto.

La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, se reunió con los padres de los 720 estudiantes del politécnico, cuyas edades oscilan entre los 15 y 17 años, para tranquilizarlos y garantizarles la seguridad y la no repetición de otro suceso similar.

La violencia que trasciende

Lo ocurrido en el politécnico Olo Pantoja se archiva como el segundo caso de violencia en un plantel estudiantil cubano que ha trascendido.

El primero ocurrió en septiembre de 2010, en una facultad de la Escuela Internacional de Medicina enclavaba en las inmediaciones de Jagüey Grande, 140 kilómetros al este de la capital.

Estudiantes pakistaníes, enojados con los planes de estudios, se impacientaron al no recibir respuestas a sus quejas y recurrieron a la violencia, tomando a empleados del centro como rehenes. A la par, quemaron colchones, pintaron grafitis y amenazaron con detonar dos depósitos de gas propano.

Con un aparatoso despliegue que paralizó el tránsito en la Carretera Central, tropas especiales del MININT sofocaron la rebelión. El saldo de posibles víctimas se desconoce.

Durante el altercado, la telefonía celular fue apagada en todos los municipios colindantes, incluyendo el balneario de Varadero.

Quince estudiantes pakistaníes fueron expulsados del país, el resto fue dispersado por otros centros estudiantiles.

Las demandas que provocaron la rebelión consistían en que los estudiantes habían cursado dos años de la carrera y desde hacía varios meses esperaban ser ubicados en los hospitales de la región central, adonde harían prácticas profesionales.

Igualmente se sentían estafados por los vídeos publicitarios divulgados por la Embajada de Cuba en su país.

La prensa oficial ignoró la noticia.

Un listado de violencia

Decenas de hechos violentos se registran en centros estudiantiles en todo el mundo. El azote involucra a más de 30 países, el liderazgo lo ocupa Estados Unidos.

El más letal aconteció en septiembre de 2004 en Beslán, Osetia del Norte (Rusia), con saldo de 339 muertos, 700 heridos y 200 desaparecidos. Rebeldes prochechenos e ingusetios tomaron como rehenes a más de 1.200 niños y adultos en la escuela Nº 1 de la región. La matanza se inició con una balacera entre los rebeldes y la seguridad rusa.

El primer lugar en Estados Unidos lo ocupa la masacre de Bath School, ocurrida en Michigan en mayo de 1927, con saldo de 45 muertos y 58 heridos. Andrew Kehoe, miembro de la junta directiva de la escuela detonó varias cargas explosivas dentro y fuera del inmueble.

Le siguen, por el nivel de saldos mortales: Virginia Tech (Virginia), 33 muertos y 29 heridos; Sandy Hook (Connecticut), 28 muertos y dos heridos; Parkland (Florida), 17 muertos y 15 heridos; Universidad de Texas (Texas), 15 muertos y 32 heridos; Columbine (Colorado), 15 muertos y 24 heridos; Santa Fe (Texas), diez muertos y diez heridos.

Los perpetradores ultimaron a sus víctimas con explosivos, pistolas, fusiles de asalto, escopetas, armas blancas y objetos romos, entre otros.

Algunos padecían depresión, enfermedades psiquiátricas. Otra particularidad es que un número importante de homicidas resolvió suicidarse después de sus crímenes.

Otros países afectados son Canadá, Francia, Alemania, Finlandia, Suecia, Italia, España, Reino Unido, Bélgica, Grecia, Yugoslavia, Bosnia, Azerbaiyán, Israel, Paquistán, Japón, Sudáfrica y Nigeria.

En Latinoamérica engrosan la lista Brasil, Chile, Argentina, México y Guatemala.

Las armas que autoriza la Constitución cubana

La Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) organizan mítines ideológicos con recursos que antaño fueron explotados por el fascismo.

Las "marchas de las antorchas" fueron empleadas en la Alemania de los años 20 y 30 del siglo pasado por las juventudes hitlerianas y los destacamentos de asaltos SA (camisas pardas) para intimidar a judíos y oponentes políticos.

Al arsenal se añade el lenguaje chabacano, soez y desafiante, que se usa lo mismo dentro que fuera de la Isla. Por ejemplo, en la Cumbre de los Pueblos, celebrada en Lima, Perú, los jóvenes de la delegación cubana integraron una chusma que saboteó las conferencias gritando eslóganes.

El inventario incluye himnos, como el tema musical "Gallo de pelea", del dúo Buena Fe, que incita el enfrentamiento.

Se institucionaliza el fanatismo con el Artículo 3 de la Constitución vigente y de la venidera, que autoriza a ejercer la violencia contra los opositores al orden político, económico y social establecido.

Lo cierto es que los medios empleados por la juventud comprometida con el régimen para defender al socialismo, suelen ser más peligrosos que los videojuegos y los thriller que supuestamente inspiran el instinto homicida en los jóvenes.

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