El Gobierno cubano dijo el jueves que Estados Unidos sigue ocultando información importante que podría ayudar en la investigación de los misteriosos "ataques a la salud" que causaron lesiones a más de dos docenas de diplomáticos estadounidenses destinados en La Habana, incluyendo daños cerebrales en algunos casos, desde finales de 2016, reporta la AP.
Tras reunirse con funcionarios estadounidenses en el Departamento de Estado, miembros del equipo cubano formado para investigar los incidentes dijeron que sus pedidos para acceder a los registros de los pacientes y a otra información fueron rechazados de nuevo, luego de que Washington afirmó que las lesiones estuvieron causadas por ataques selectivos.
"El lado cubano es completamente incapaz de respaldar la hipótesis de los ataques a la salud y el daño cerebral reportado por el Departamento de Estado", dijo el doctor Mitchell Valdés Sosa, jefe del grupo de científicos y médicos cubanos, añadiendo que "no se presentó nada" para sostener esta afirmación.
La delegación cubana renovó su petición para que el Departamento de Estado entregue expedientes médicos específicos y otros datos sobre las víctimas para estudiarlos.
El grupo volvió a solicitar a Washington que deje de referirse a la causa de los síntomas como "ataques a la salud" ante la ausencia de pruebas definitivas, y denunció reportes que citan a oficiales estadounidenses diciendo que los investigadores podrían estar concretando sus sospechas sobre la causa y el culpable.
"El Departamento de Estado ha estado tratando las teorías como si fuesen hechos", dijo Johana Tablada, subdirectora general de Estados Unidos en la Cancillería cubana, que encabezó el equipo.
La representación de EEUU la presidió el secretario asistente principal para el Hemisferio Occidental, Kenneth Merten, y estuvo integrada por personal médico del Departamento de Estado.
Las conversaciones del jueves se llevaron a cabo mientras autoridades estadounidenses buscan respuestas a los misteriosos "ataques a la salud" que comenzaron hace dos años en La Habana y ante la creciente frustración de agencias de seguridad nacional y congresistas por la falta de respuestas en torno a su causa.
En reportes recientes se ha insinuado que los investigadores se han enfocado en un dispositivo de microondas como la fuente de los ataques y en que Moscú, que es aliado de La Habana, es el principal sospechoso.
El Departamento de Estado, por su parte, dijo que no se ha llegado aún a ninguna conclusión.
"Aún no conocemos la causa, aún no sabemos qué o quién es el responsable de los ataques a la salud que afectaron a nuestro personal en Cuba", explicó Heather Nauert, vocera del Departamento, a periodistas el jueves.
La portavoz no se refirió a la petición cubana para "un análisis imparcial de los informes de salud de los diplomáticos de Estados Unidos en Cuba de acuerdo con las reglas de la ciencia", pero dijo que en la reunión se abordaría "información médica privada que proviene de algunos de nuestros empleados".
Los cubanos, sin embargo, dijeron que no se compartió más información de la que ya estaba disponible previamente en un reporte publicado en una revista médica, que ellos consideran no concluyentes.
Esos reportes han desatado protestas de La Habana, que no disputa los síntomas pero insiste en que no hay evidencia que respalde la afirmación de que fueron causados por ataques premeditados en Cuba.
El Gobierno cubano dice que las acusaciones de Washington son políticamente motivadas.
Veinticinco empleados de la embajada estadounidense en Cuba, y uno en el consulado en Guangzhou, China, han sido afectados por problemas de salud que comenzaron a fines de 2016. Los síntomas incluyen lesiones cerebrales moderadas, también conocidas como conmociones.
El caso más reciente en La Habana fue confirmado en junio. Estados Unidos dijo que dos empleados de la embajada fueron afectados en un solo incidente a finales de mayo en una residencia diplomática. Fueron los primeros casos confirmados en la capital cubana desde agosto de 2017.
Un funcionario estadounidense que habló a condición de guardar el anonimato dijo que el Gobierno cubano organizó la reunión del jueves tras quejarse de que Washington no ha revelado detalles importantes sobre el estado de salud de los afectados.
En testimonio ante el Congreso la semana pasada, funcionarios médicos del Departamento de Estado dijeron que habían compartido más información con China sobre el incidente en Guangzhou de la que han compartido con los cubanos sobre lo sucedido en La Habana.
En dos reuniones informativas secretas con asesores del Congreso y con legisladores realizadas la semana pasada, los funcionarios repitieron que no habían llegado a ninguna conclusión sobre qué causó las lesiones o quién podría ser responsable de ellas, según fuentes al tanto de las reuniones, indicó la AP.
Las conjeturas iniciales se centraron en algún tipo de ataque sónico, debido a los sonidos extraños que escucharon los afectados. Sin embargo, en un informe provisional en enero el FBI dijo que no encontró evidencia de que las ondas sonoras pudieran haber causado el daño.
Según EFE, tras la reunión del jueves en Washington, La Habana invitó a los expertos de Estados Unidos que investigan los supuestos "ataques" a la salud de diplomáticos de ese país en la Isla a realizar otro encuentro en la capital cubana
La delegación cubana sugirió que el nuevo encuentro se produzca en el futuro próximo y que también participen los profesionales médicos que atendieron directamente a los diplomáticos estadounidenses afectados.