Los centros de enseñanza del país cierran los exámenes finales de este curso escolar, mientras alumnos y padres comprueban cómo quedan los estudiantes en el escalafón.
Como se ha hecho habitual, no solo priman los méritos académicos de los alumnos, también el dinero y los favores a maestros influyen en las notas y el lugar en las listas que pueden ser determinantes para el futuro de los jóvenes.
Esto ocurre sobre todo en centros de nivel medio superior, donde el escalafón es una pieza clave para el otorgamiento de carreras universitarias.
El curso 2017-2018 ha mostrado deficiencias en todos los niveles y por disímiles razones. La mayoría de ellas son problemas arrastrados desde cursos anteriores. Los principales siguen siendo la creciente falta de educadores y el bajo rigor en la enseñanza de las materias. La bibliografía para uso de los estudiantes escasea y la forma de impartir las clases contrasta con la enseñanza a nivel mundial, donde la tecnología juega un rol fundamental.
"En los preuniversitarios y las escuelas secundarias la falta de maestros fue uno de los mayores problemas en el presente curso", declaró una trabajadora del Ministerio de Educación del municipio Arroyo Naranjo. "También tuvimos dificultades para cubrir los cursos de bachiller para trabajadores que se imparten por las noches".
"En el preuniversitarios Carlos Pérez y en la escuela secundaria Rafael Carini Milián, ubicadas en Arroyo Naranjo, hubo falta de maestros en distintas asignaturas durante todo el curso y no pudimos cubrirlas", añadió la fuente.
La falta de maestros hace que haya materias que los alumnos nunca reciben. Sin embargo, pasan de grado, aunque no hayan cumplido los objetivos académicos del curso.
"A pesar del atraso en impartir materias y la cantidad de estudiantes no reparados, las escuelas no pueden presentar altos niveles de alumnos suspensos", reconoció otra fuente de Educación que pidió mantenerse en el anonimato.
"El ministerio amonesta a los directores; en fin, hay que pasar de grado a la mayoría, aunque no sepan nada", añadió.
"Los muchachos no aprenden. Los maestros te piden favores o dinero por clases extra alegando que tu hijo tienen problemas académicos y solo así los pueden ayudar", dijo Rolando, padre de un alumno de 12 grado.
Muchos padres suelen pagar clases particulares para sus hijos a los mismos profesores que las imparten en las escuelas.
"Tuve que pagar tres repasos semanales a un CUC durante todo este curso", dijo Dunia, madre de una estudiante preuniversitaria. "Los profesores daban poca materia en las escuelas para luego dar repasos particulares a los mismos alumnos en sus casas cobrando por cada encuentro. Eso es una práctica ya normal, pero sigue siendo una falta de ética profesional".
Una profesora jubilada que da clases particulares a niños de primaria señala que "hay corrupción dentro del Ministerio de Educación, tanto el provincial como municipal".
"Directores y profesores también entran en ello. El salario por ser educador es en los mejores casos de 40CUC al mes. Es insuficiente para costear la canasta básica mensual de un hogar".
Cuando se acerca el momento de conocer el lugar en el escalafón para la universidad, tras acabar el preuniversitario, muchos hijos de padres con solvencia económica están despreocupados, ya que se sienten seguros por los regalos entregados a sus maestros.
Los que no tienen dinero para regalos y clases particulares lamentan la situación, pero no encuentran sentido a protestar ante la injusticia. Creen que nadie los va a escuchar porque la corrupción está demasiado extendida.
"Mi nota puede que sea un par de puntos más baja que la de otros, pero me la gané yo estudiando porque mi familia no tiene dinero para regalos", declara Ainara, estudiante de 12 grado. "No es justo que el que pagó por tener buena nota esté por delante de mí en el escalafón y coja una carrera que no se merece, porque no ha estudiado".
Esta problemática se extiende y no parece que vaya a solucionarse en cursos venideros. El actual modelo de enseñanza, la acuciante falta de maestros y la cada vez mayor desmotivación de alumnos y profesores seguirá haciendo mella en los estudiantes de hoy, que serán los trabajadores de mañana.