El Gobierno de Cuba dio detalles este domingo sobre el último incidente de salud misterioso que involucra a un diplomático estadounidense en el país y por el que Washington habría evacuado a dos personas, según reportó la agencia AP el viernes.
"El 29 de mayo de 2018, la Embajada de los Estados Unidos en La Habana informó al Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba que, el día 27 del propio mes, una funcionaria de esa Embajada había reportado síntomas de salud como resultado de "sonidos indefinidos" en su lugar de residencia", señaló una nota publicada por página web oficial de la Cancillería.
Según CubaMinrex, "el Gobierno cubano le concedió la máxima prioridad al asunto y solicitó oficialmente a la Misión Diplomática de los Estados Unidos que médicos e investigadores especializados, respectivamente, pudieran entrevistar a dicha funcionaria".
"La exhaustiva y urgente investigación llevada a cabo en las inmediaciones de la residencia no encontró indicios de sonido alguno que pudiera provocar daños a la salud", aclaró.
Se quejó de que "al igual que en los casos reportados anteriormente, las autoridades y especialistas cubanos no han tenido acceso alguno a la funcionaria" y reiteró "pública y oficialmente su disposición a cooperar con seriedad en la búsqueda conjunta de respuestas, el esclarecimiento y la solución de los alegados hechos".
Para La Habana, "tras más de un año de investigaciones" por ambas partes "no hay hipótesis creíble ni conclusiones apegadas a la ciencia que justifiquen las acciones tomadas por el Gobierno de los Estados Unidos", las que volvió a presentar como "motivaciones políticas".
El MINREX dijo además que "ha tomado nota del anuncio del Secretario de Estado, hecho el 5 de junio pasado, sobre la creación de una Fuerza de Tarea Conjunta para responder a lo que calificó como 'inexplicados incidentes de salud a personal estacionado en el exterior'", específicamente en Cuba y China.
La Cancillería subrayó que "el anuncio expresa textualmente que 'no se ha establecido la naturaleza de los daños sufridos por el personal afectado, o si existe una causa común para todos los casos'".
Para concluir, el MINREX señaló que mantiene su "compromiso de cooperar con las autoridades de los Estados Unidos para lograr el esclarecimiento de esta situación y la mejor atención médica a las personas concernidas".
Aunque el Gobierno de Cuba no ha encontrado pruebas de los supuestos ataques y niega saber algo al respecto, EEUU tomó la medida de dejar su embajada en La Habana bajo mínimos y expulsar de Washington a 17 funcionarios de la legación cubana.
Las relaciones de EEUU y Cuba pasan por un momento muy delicado porque Washington acusa a La Habana de saber quién perpetró entre noviembre 2016 y agosto de 2017 las supuestas agresiones a sus funcionarios y familiares y no decírselo, además de no haberlos protegido adecuadamente.
Durante meses, Washington calificó esos ataques de "sónicos", pero en una audiencia en el Senado el pasado 9 de enero el Departamento de Estado dijo por primera vez que no tenía la certeza de que se tratara de agresiones acústicas.
Aparte de los funcionarios, el Departamento de Estado ha informado de que diecinueve estadounidenses que visitaron Cuba como turistas han presentado desde septiembre síntomas similares: problemas de sueño, dolor de cabeza, náuseas y pérdida de audición.
El régimen de La Habana ha negado rotundamente ser responsable de los ataques e incluso ha cuestionado que estos hayan ocurrido. Acusa a la Administración de Donald Trump de haber usado los misteriosos ataques como un arma política para restringir el flujo de cubanos que llegan a EEUU.