Unas 1.446 toneladas de pulpa de mango y guayaba "se echaron a perder" en la fábrica pinareña La Conchita, cuyas producciones llegaron una vez a toda Cuba y a varios países del antiguo campo socialista, reporta el diario oficial Granma.
Este es el resultado de la Comprobación Nacional al Control Interno, de la que formó parte la planta.
La situación dejó pérdidas por 2.241.352 pesos (unos 93.400 dólares). Una parte de las toneladas de pulpa deterioradas "ni siquiera sirvió para los cerdos", indicó Granma.
Para hacer más gráfica la situación, el diario del Partido Comunista dijo que la pulpa perdida era "suficiente para llenar una piscina o para darle 1,2 litros a cada habitante de Pinar del Río".
"Lo primero que notamos fue el hacinamiento de los productos y que no había mecanismos para su rotación", declaró José Pablo Padrón, el auditor jefe del grupo encargado de inspeccionar La Conchita.
"O sea, que podías encontrarte en lo último del almacén un lote que se vencía, con un laterío delante que impedía llegar a él". O envases de pulpa que todavía estaban lejos de la fecha de vencimiento, "encima de otros a punto de caducar", describió Sergio Carvajal, otro de los auditores que participaron en la comprobación.
Las casi 1.446 vencidas en los almacenes habían sido producidas entre 2015 y 2016.
Carvajal explicó que, durante los picos de cosechas, este tipo de industria procesa la materia prima que llega del campo, la cocina y la guarda para luego elaborar a partir de ella mermeladas, jugos y cremas destinadas al turismo, las tiendas recaudadoras de divisa, la gastronomía, los mercados Ideales y el consumo social.
Como justificación a lo ocurrido, Miguel Ángel González, jefe del Departamento Contable y Financiero de la Unidad Empresarial de Base (UEB) La Conchita, una fábrica obsoleta, dijo que "la cocina principal de la industria estuvo casi dos años en reparación, y las líneas de jugos y de cremas tampoco estaban funcionando". Esta última sigue fuera de servicio.
Otro factor, según el funcionario, fue la escasez de envases para las producciones terminadas. "En los últimos años solo estuvimos recibiendo alrededor de un 37% de lo que se necesitaba", aseguró González. "Se nos unieron tres paralizaciones, con una mayor entrada de mango y sin un respaldo de latas".
No obstante, la inspección encontró también filtraciones en la cubierta del almacén central, donde se guardan las pulpas y los concentrados, además de falta de ventilación, algo que acelera el proceso de descomposición de las mercancías, dijo la Dirección Provincial de Normalización.
El auditor Carvajal criticó la poca gestión para darle algún destino a una cantidad enorme de pulpa, antes de que se venciera y "una falta de comunicación muy grande" entre la UEB pinareña y la Empresa Nacional de Conservas, a la cual se subordina.
El reporte del oficial señaló que problema de la pulpa vencida ha sido considerado "un presunto hecho delictivo —por el incumplimiento del deber de preservar los bienes en entidades económicas—", y actualmente se encuentra en tramitación un proceso penal. No se ofrecieron más detalles al respecto. Granma tampoco precisó si hubo medidas contra los directivos de La Conchita.
Citó al actual director, Fidel Boza, quien dijo que en los últimos meses "no han vuelto a faltar los envases" y, solo de mango, hasta abril de 2018 "La Conchita logró elaborar y vender 966 toneladas de mermelada concentrada, mucho más de lo que había facturado en el 2017, el 2016 o el 2015".
"Cuando se hizo la auditoría, enseguida se destrabó todo, pero después de que se echaron a perder cientos de toneladas", cuestionó el auditor Carvajal, y advirtió que las negligencias no solo estuvieron en la fábrica pinareña.
"Entre el 2015 y mediados del 2017, no existe evidencia documental de que se realizaran acciones de control relacionadas con los inventarios por parte de la Empresa Nacional de Conservas, lo que constituye un incumplimiento de sus funciones como órgano rector", dijo.
No es la primera vez que, en un país con una producción agrícola insuficiente, se producen escándalos de este tipo.
En 2017 el diario Juventud Rebelde se refirió a la crítica situación existente en la Cooperativa de Créditos y Servicios Ángel Bouza Calvo, de Guantánamo, donde se perdieron en el campo varias toneladas de mango porque ni la Empresa estatal de Acopio ni el Ministerio de la Industria Alimenticia (MINAL) las recogieron para su procesamiento.