El expresidente de Panamá Ricardo Martinelli, detenido en Estados Unidos hace casi un año, aseguró en una carta hecha pública el viernes que durante su gestión le hizo varios favores al Gobierno estadounidense y siguió instrucciones de la CIA.
En un aparente intento de evitar ser extraditado, Martinelli enumeró los favores, entre ellos la interceptación de un barco norcoreano procedente de Cuba que transportaba armas.
"Cuando la CIA me pidió que yo detuviera un barco norcoreano proveniente de Cuba que cruzaba el Canal de Panamá, no pestañeé", dijo Martinelli en la carta, divulgada por su portavoz, Eduardo Camacho, fechada el 14 de mayo y dirigida al "Gobierno y pueblo de Estados Unidos", informa Reuters.
"Yo personalmente inspeccioné la nave y encontré armas, misiles, planos y radares que violaban el embargo de las Naciones Unidas", detalló el expresidente. Agregó haber recibido luego una llamada del entonces mandatario estadounidense, Barack Obama, para agradecerle la intervención, reportó EFE.
El exgobernante dijo en su carta que la interceptación de la embarcación motivó que Raúl Castro lo llamara por teléfono y le advirtiera que "sufriría graves consecuencias", "amenazas" de las que luego dio cuenta al Gobierno de Estados Unidos.
Martinelli manifestó que posteriormente viajaron a Panamá el vicepresidente estadounidense y el secretario de Estado, en aquella época Joe Biden y John Kerry, respectivamente, para agradecer la detención del buque y asegurarle que las amenazas "eran tomadas en serio" y que si necesitaba ir a Estados Unidos "podía hacerlo sin temor".
"Tenía la impresión de que uno podía confiar en las promesas de tales funcionarios estadounidenses. Estaba equivocado", señaló el expresidente panameño.
El barco norcoreano fue detenido en julio de 2013 cuando transportaba armas cubanas sin declarar bajo 10.000 toneladas de azúcar.
Del arsenal formaban parte plataformas de misiles, dos aviones Mig-21 Bis, motores de esa aeronave y otros pertrechos.
Un equipo de expertos del Consejo de Seguridad de la ONU viajó a Panamá para inspeccionar el arsenal y señaló en un informe que La Habana había violado las resoluciones que impiden a Pyongyang importar o exportar armamento de cualquier tipo.
El Gobierno cubano dijo que se trataba de armamento "obsoleto", algo que los expertos de la ONU negaron.
"Tras años de amistad con este país (Estados Unidos), no esperaba ser tirado en una cárcel", dijo Martinelli en su carta, escrita en la prisión en Miami donde permanece detenido.
Mencionó otros ejemplos de su postura "100% proestadounidense", como la defensa de los intereses de Washington durante las negociaciones que iniciaron las FARC y el Gobierno colombiano en Cuba, al impedir que elementos de la guerrilla usaran el territorio panameño como "santuario" o "refugio"; además de reducir el narcotráfico hacia Estados Unidos a través del país centroamericano.
De la batalla contra el tráfico de drogas, el expresidente señaló los 19 radares que se establecieron en su mandato y que supuestamente estaban conectados con la base militar Southcom y permitieron la captura de líderes de carteles de Colombia.
En las Naciones Unidas, Panamá "votó el 100% de las veces con Israel", un aliado estratégico de Estados Unidos, lo que le valió a Martinelli ser declarado "persona no grata" en especial por el Hezbulah, según dijo.
Señaló que en otra ocasión la CIA lo llamó para pedirle el "rescate" de un agente destinado en Milán, Italia, quien era reclamado por el país europeo por el asesinato de "varios terroristas islamistas"
De igual manera, durante un almuerzo en Langley, sede de la CIA, se le informó que podía ir a Estados Unidos "si alguna vez necesitaba protección".
Martinelli, quien gobernó Panamá entre 2009 y 2014, fue arrestado en junio del año pasado cerca de Miami, donde residía tras salir de su país en 2015.
Panamá solicitó su extradición en 2016 por la supuesta intervención ilegal de las comunicaciones a unos 150 opositores durante su presidencia. Tiene además otra docena de causas pendientes, que van desde malversación de fondos públicos a venta de indultos.
En agosto del año pasado, una corte estadounidense autorizó su extradición. Martinelli niega los cargos y se considera víctima de una venganza política del actual presidente panameño, Juan Carlos Varela, un antiguo aliado político.
Asegura que la persecución política lo obligó a viajar a Estados Unidos.
El jueves formalizó con un escrito en una corte de Atlanta (Georgia) el retiro de la apelación que presentó cuando se le denegó un "habeas corpus". En la carta señaló que su carrera política "está lejos de acabar" y que todo el proceso judicial en Estados Unidos lo ha convertido en un "mártir político".
"En caso que el Departamento de Estado elija extraditarme, solicito sea expeditamente", conforme el tratado de extradición suscrito por ambas naciones en 1905 y con su cláusula de especialidad, por la cual solo podría ser procesado en su país por el caso por el que es pedido, que son las escuchas ilegales.