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Sociedad

Antilla: así se destruye un pueblo

Los pobladores de la localidad cubana han visto crecer su aislamiento. Ahora una inversión genera esperanza, pero también incertidumbre.

Holguín

Antilla, el municipio más pequeño de Holguín, fue décadas atrás un pueblo próspero. Hoy, sin embargo, exhibe una miseria que lastima a casi todos sus pobladores.

"Sufro cuando veo a mi pueblo hundido en la pobreza", afirma Norma, una defensora de los derechos humanos. "Mis padres me contaban que antes de 1959 teníamos varias salidas de trenes, puerto y un molino de trigo, entre otras cosas. Ahora tenemos solo una salida de tren, hasta Holguín y Las Tunas, pero la mayoría de las veces lo anulan por falta de máquinas o combustible".

Para Lázaro Fuentes resulta inconcebible que en un pueblo costero que tenía gran producción pesquera, hoy sea tan difícil acceder al pescado.

"Para comer pescado, tenemos que pagar una libra a entre 20 y 35 pesos (moneda nacional, CUP), según la especie que sea", se queja. "El más barato cuesta 15 pesos (CUP). Pero lo peor es que tienes que comprarlo de forma ilegal, a riesgo de ser multado. Los precios de la carne de cerdo tampoco son mejores, se han mantenido durante varios años entre 25 y 27 pesos (CUP)".

Otra preocupación de los antillanos es el deterioro de las instalaciones de la localidad, situación que solo recibe indolencia por parte de los dirigentes.

"El cine Lenin lleva más de cinco años cerrado y parece no tocarle todavía una reparación", comenta Javier Espinosa. "Igual pasa con el muelle, donde atracaban barcos con el combustible de gran parte de la región oriental".

Los medios de transporte, como señalaba Norma, son motivo de desvelos entre los pobladores.

"Hace alrededor de cinco años, el comandante de la Revolución Ramiro Valdés y el segundo secretario del Partido, José Ramón Machado Ventura, inauguraron una nueva salida de un tren desde Antilla hasta la provincia de Santiago de Cuba, con frecuencia diaria", recuerda un cuentapropista. "Parece que a algún dirigente de la provincia le molestó y en mayo de 2017 lo quitaron sin explicación alguna".

Este cuentapropista aseguró tener un listado de más de cien firmas en reclamación de que se reestablezca este servicio.

Sin embargo, Ramón Guanche opina que el éxito de esa gestión es muy dudoso.

"Ese tren está circulando ahora desde Holguín hasta Santiago de Cuba y, como se dice en buen cubano, el pez grande se come al pequeño", dijo.

Braulio, una persona de la tercera edad, recuerda que el municipio también contaba con salidas de ómnibus nacionales con destino a la capital del país.

"Con el 'Periodo Especial' las quitaron. Ahora solo contamos con cuatro capacidades en la ruta que va desde Banes hasta La Habana, tres veces por semana. Es insuficiente y causa molestias en la población", acota.

Algunos pobladores ven con optimismo la nueva inversión extranjera que se espera para la comunidad El Ramón, ubicada a 20 kilómetros de la cabecera municipal. Suponen que traerá mejoras en las condiciones de vida, sobre todo por los empleos que podría generar.

"Pero lograr una plaza es muy difícil", aclara Javier Espinosa. "El negocio es con la Unidad de Construcciones Militares (UCM) y en la planilla que tienes que llenar te preguntan cosas como si tienes familiares en el extranjero. Tienes que llevar un aval de los CDR y aun así puedes no ser aprobado".

El movimiento inversionista que recién comienza también ha generado incertidumbre y malestar. Norma pone el ejemplo de un opositor que solicitó una plaza y le fue negada por no pertenecer a ninguna organización del Gobierno, dígase Comité de Defensa de la Revolución (CDR), Milicias de Tropas Territoriales (MTT) o Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

"Además, también están disgustados los pobladores del Ramón, quienes serán obligados a salir de la zona para vivir en los apartamentos que están construyéndose en la entrada del municipio", agrega.

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