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Relaciones Cuba-EEUU

'El País' atribuye los ataques a los diplomáticos de EEUU en Cuba a Mike Pompeo y Marco RubioRel

Una 'argucia' y un 'ardid' del exjefe de la CIA 'en complicidad' con el senador cubanoamericano, dice el diario español.

Madrid

El diario El País en un artículo de opinión publicado este martes atribuyó los ataques a los diplomáticos de EEUU y Canadá en Cuba que tuvieron lugar entre 2016 y 2017 a un "ardid acústico" de Mike Pompeo, exjefe de la CIA y secretario de Estado de EEUU, "preparado en complicidad" con el senador cubanoamericano Marco Rubio.

"El nuevo canciller concibió el ardid acústico cuando era jefe de la CIA, en complicidad del senador por Florida Marco Rubio, presidente del subcomité de Asuntos Exteriores, cercano a Pompeo y una suerte de asesor palaciego en asuntos cubanos", sostiene el diario español.

Los ataques a los diplomáticos son definidos por El País como "una argucia concebida por el exdirector de la CIA y nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, cuya beligerancia (contra el régimen cubano) continuará desde la diplomacia".

Estas acusaciones no son sustentadas con ninguna prueba. Tampoco el periódico español explica cómo encajarían en este puzle la decena de diplomáticos canadienses afectados también por los ataques.

El supuesto papel de Marco Rubio en la "argucia" y el "ardid" de Pompeo tampoco es explicado, apenas es enunciado subrepticiamente.

Asimismo, el diario justifica este "ardid" de Pompeo: "El objetivo fundamental de aquella maniobra, pero no el único, fue apuntillar progresivamente la distensión promovida por Barack Obama porque se acometió sin exigir democracia a cambio".

Otro de los objetivos, conseguido también según El País, es "causar irritación social" por los recortes del personal consular estadounidense en La Habana y el traslado de los trámites de visados a terceros países.

"Con Mike Pompeo, el régimen sabe a qué atenerse. En 2015, cuando era representante por Kansas, copatrocinó el proyecto de ley Cuban Military Transparency Act, que prohíbe los intercambios financieros con empresas gestionadas por los militares cubanos. Hasta ahora, el Gobierno de Raúl Castro ha capeado las hostilidades sin estridencias, tratando de salvaguardar los restos de una distensión que acentuó la liberalización económica sin obligar a la apertura política. No parece dispuesto al contrataque porque, entre otras razones, teme que Trump lo esté buscando", elucubra el periódico.

Remarca, además, que "un año y medio después, la supuesta agresión sónica no ha podido ser documentada. No se publicaron los partes médicos de las víctimas, ni los equipos utilizados para enfermarlas".

Y concluye: "Menos otra invasión, EEUU lo intentó todo: por las buenas con Obama, y vuelta a las malas con Trump, cuyo nuevo titular de Exteriores parece tenerlo claro: cualquier operación, encubierta o diplomática, que complique la vida del régimen le sirve".

El artículo del país está firmado por el periodista Juan Jesús Aznarez, a quien el oficialismo cubano ha atacado desde su web Cubadebate y desde el blog La Pupila Insomne.

Sobre los llamados "ataques acústicos", poco se sabe hasta ahora: los sitios donde tuvieron lugar (las viviendas del personal diplomático, los hoteles Nacional y Capri), un número de afectados (24 funcionarios estadounidenses, 19 turistas de EEUU y alrededor de una decena de canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.

El pasado 29 de septiembre, Washington ordenó la salida del personal no esencial de su embajada en Cuba (el 60% del total) debido a estos ataques.

Desde entonces, la embajada funciona con menos de una decena de funcionarios (a los que se suman los empleados locales), solo atiende trámites de emergencia y ha congelado la concesión de nuevas visas.

Las relaciones entre los gobiernos de EEUU y Cuba pasan por un momento muy delicado porque Washington acusa a La Habana de saber quién perpetró entre noviembre de 2016 y agosto de 2017 los supuestos ataques a sus funcionarios y no decírselo, además de no haberlos protegido adecuadamente, pero el Ejecutivo cubano lo niega.

Durante meses, Washington calificó esos ataques de "sónicos", pero en una audiencia en el Senado el pasado 9 de enero el Departamento de Estado admitió por primera vez que no tenía certeza de que se tratara de agresiones acústicas.

Estados Unidos continúa investigando este caso, pero reconoce no tener ninguna prueba sobre los responsables o la naturaleza de los supuestos ataques.

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