Universidades de Cuba y de Rusia evalúan la creación de un observatorio de geoinformática, una ciencia que se aplica a problemas de geografía, cartografía y geociencias en general.
Según recoge el sitio Sputnik News, la idea surgió tras la celebración de un seminario sobre el tema impartido por tres especialistas de la Universidad del Sur de los Urales en la Universidad de Guantánamo.
Los científicos rusos dictaron conferencias en las que expusieron las ventajas de utilizar las tecnologías de información geográfica en las previsiones de fenómenos meteorológicos y naturales como huracanes, terremotos y sequías.
Según declaraciones que ofreció al medio, Berenice Cervantes, funcionaria de la institución que cumple la función de enlace con el plantel guantanamero, se presentaron también aplicaciones de los programas geoinformáticos en sectores como la agricultura y las áreas forestales.
La geoinformática se instituyó en 1972 fruto de la interacción de las ciencias de la Tierra y la informática cuando la Agencia de la Aeronáutica y el Espacio de EEUU (NASA) lanzó al espacio el primer satélite de observación terrestre con objetivos de investigación civiles.
En los últimos años Cuba y Rusia han dado pasos para recuperar la estrecha cooperación que mantenían antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991.
Los dos gobiernos han firmado convenios en numerosas áreas, entre ellos una decena de acuerdos de colaboración entre universidades para promover el intercambio de especialistas y proyectos de investigaciones científicas.
Desde el pasado lunes, La Habana acoge la convención Universidad 2018, un encuentro anual que en esta edición reúne a representantes de unos 60 países, entre ellos ministros de Educación Superior, rectores y académicos.
El programa de la cita incluye una serie de conferencias, paneles y foros científicos sobre diversos temas del sector, como la creación de redes de colaboración regional y la cooperación entre universidades.
Según un reporte de la estatal Prensa Latina, en el evento se habló de una nueva política para el estudio del idioma inglés en la Isla basada en la experiencia del Marco Común Europeo para profesores universitarios.
Sin ofrecer mayores detalles, el medio señaló que el plan forma parte del "proceso de transformaciones de la educación superior cubana, incluidas en la planificación estratégica del Ministerio para el periodo 2017-2021". El programa ya fue puesto a prueba el pasado año bajo la asesoría de la filial nacional del British Council.