Los cubanos Diosme Fernández Hano, de 44 años, y Reinaldo Arrastia Cardoso, de 48, fueron sentenciados en EEUU esta semana a diez años de prisión y a devolver los 1,8 millones de dólares que robaron en 2009 de un camión blindado, informa El Nuevo Herald.
El robo tuvo lugar el 30 de noviembre de 2009 cuando los dos hombres sometieron en un estacionamiento a los dos trabajadores de la empresa de seguridad Brinks para hacerse con la carga monetaria que transportaban.
Los cubanos llevaban un arma e iban vestidos con camisetas negras y jeans, con las caras cubiertas con unas máscaras de esquí. Iban en un carro Pontiac que tuvieron que abandonar en la escena del crimen cuando se dieron a la fuga.
Los dos ladrones se llevaron en este robo 1.773.395,11 dólares. Durante cinco años el caso se mantuvo en suspenso y sin pistas concluyentes, a pesar de que en el carro se encontró una muestra de ADN que no dio resultado.
Uno de los ladrones, Fernández, pagó a una persona 10.000 dólares y regresó en un bote con su esposa a Cuba, donde escondió el dinero y permaneció por más de cuatro años.
En la Isla el condenado compró varios carros y un apartamento para su madre en Pinar del Río.
Fernández ingresó de nuevo a EEUU el 11 de abril del 2014 por el punto de control en Laredo, Texas, y comenzó a vivir en una residencia en Hialeah.
Las autoridades no dijeron qué hizo Arrastia después del robo.
En septiembre del 2014, un informante confidencial reveló al FBI que Fernández había alardeado de haber robado un camión blindado.
En 2015 obtuvieron una muestra de ADN de Fernández que concordó con la encontrada seis años antes en el carro abandonado. Y luego ambos hombres fueron detenidos.
"Se desconoce si todavía queda algún dinero escondido en Pinar del Río", concluye El Nuevo Herald.