Al cierre de noviembre, las Oficinas de Protección al Consumidor de la estatal ETECSA reportaban 672 reclamaciones en todo el país en torno a estafas en las zonas WiFi y sobre todo el robo de saldo de las cuentas Nauta, declararon autoridades al diario oficial Granma.
El medio puntualiza que incluso el número puede ser mucho mayor, porque no todas las personas víctimas del fraude acuden a presentar las quejas, o a veces van y se tramita la queja, pero no se registra en los sistemas informáticos de la empresa.
En un extenso artículo directivos del monopolio estatal de las telecomunicaciones hablan ya de delitos, del comportamiento de los ejecutores y los usuarios, las medidas que se toman y consejos para "navegar con seguridad".
La estafa generalizada consiste en que en las inmediaciones del parque o ya en la propia zona de cobertura WiFi, se colocan AP falsos (puntos de acceso no operados por ETECSA).
Mediante estos, "defraudadores o hackers" proyectan un portal Nauta que, aunque contiene la misma imagen que el portal oficial, es solo una pantalla por detrás de la cual corre una aplicación informática que toma y registra las credenciales de usuarios, explicó a Granma Jorge Sacre, jefe del Departamento Antifraudes de dicha empresa.
"Para ello, utilizan aplicaciones descargadas de internet y otros dispositivos que incorporan una gama de facilidades sobre el servicio wifi como los Mikrotik y Nanostation, equipos que aunque no se comercializan en el país, son comprados en el exterior e introducidos en Cuba", abundó.
Dijo que estos dispositivos permiten además extender el área de cobertura hasta varios kilómetros de donde se encuentran las antenas de ETECSA, donde pueden ser creados "pequeños puntos WiFi ilegales".
A partir de que el usuario entra en este portal falso pueden suceder varias cosas: "Una es que, al no poder conectarse, la persona siga intentándolo hasta recibir la señal de los AP de ETECSA, para entonces percatarse de que su cuenta está en uso y que un desconocido, desde otro dispositivo, le está navegando sus minutos u horas. El otro escenario es que hagan una transferencia indebida de su saldo de conexión hacia otra cuenta Nauta", citó.
ETECSA no tenía un certificado de seguridad válido para ofrecer internet pública
Según admitió Sacre, la compañía estatal inició el servicio de internet desde los sitios públicos WiFi en 2015 sin contar con un certificado de seguridad válido para esta prestación.
"La empresa de telecomunicaciones conocía el riesgo de hacerlo, pero se asumió por la voluntad de no seguir postergando un servicio que era muy demandado por la población", dijo.
Defendió que "no fue por falta de gestiones comerciales ni de interés".
"Lo que sucedió es que no encontrábamos una autoridad especializada que, en el dominio .cu, emitiera un certificado para Cuba. A principios de este año fue que pudimos certificar el portal de autenticación acorde con los estándares internacionales", reconoció.
El funcionario culpó también de la situación actual a los usuarios y a su "baja percepción de riesgo al conectarse".
"Las personas se prestan los dispositivos móviles y sus contraseñas, comparten las cuentas de navegación, acuden a los llamados conectify para abaratar la conexión, aceptan transferencia de saldo de extraños… Todo ello proporcionó una oportunidad para los defraudadores", mencionó.
El directivo definió los "servicios" que ofrecen los llamados conectify en los parques como "actividad económica ilícita".
"(…) Ya no estamos hablando solamente de que revenden las tarjetas o que ofrecen, ilegalmente, la prestación de navegación simultánea, sino que muchas veces utilizan para estos fines cuentas Nauta que han sido robadas a usuarios legítimos", consideró Sacre.
'¿Quién detiene la estafa?'
El funcionario de ETECSA dijo que la compañía estatal "hasta el pasado mes había resarcido a clientes por un monto total superior a los 5.300 CUC, por causa del consumo o la transferencia injustificada de saldo".
"ETECSA asume, en parte, la responsabilidad de estos ciberdelitos, pues aunque ya está implementado un certificado de seguridad, todavía no hay una cultura en los usuarios sobre su existencia y cómo verificar que la conexión es segura", dijo por su parte Arelys González, directora del departamento de Protección al Consumidor.
Sin embargo anunció que "una vez que la campaña de comunicación se haga más extensiva", ETECSA dejará de resarcir los saldos afectados, "porque el usuario también tiene que hacerse responsable de su cuenta y conocer los riesgos y abstenerse de utilizar conexiones simultáneas", añadió.
Sacre consideró "importante que las personas conozcan que hay diferentes métodos para intentar conseguir sus credenciales". Puso como ejemplo los SPAM de correos electrónicos o SMS, que sirven de señuelos diciendo que ETECSA solicita su nombre de usuario y contraseña para validar el servicio o, de lo contrario, este se cancela.
"La empresa nunca solicitará las credenciales de los usuarios para ofrecer ninguna prestación", aclaró.
"Como aún no contamos con una ley de comunicaciones que permita sancionar los delitos informáticos como tal, y están desactualizadas las regulaciones vigentes sobre el uso de las conexiones inalámbricas, es necesaria la coordinación con las autoridades, ya que los fraudes en la red tienen siempre un trasfondo de actividad económica ilícita, y por ahí se procede penalmente", señaló.
El directivo declaró que Mayabeque es la provincia que más reclamaciones registra por la pérdida injustificada del saldo en las cuentas Nauta.
El periódico admitió los problemas que tienen los puntos WiFi y que las tarifas de acceso "deben ser más bajas".
El pasado mes de octubre la empresa estatal anunció una rebaja de 50 centavos la hora de conexión a internet. Vende ahora las tarjetas de 30 minutos, a 50 centavos de CUC; la de una hora, a 1.00 CUC, y la tarjeta de cinco horas, a 5.00 CUC.
Sin embargo, los precios siguen siendo muy elevados en un país donde el salario medio no llega a los 30 CUC al mes y cuando en buena parte del mundo es posible contratar, con costos razonables, servicios sin tiempo límite de acceso a internet y con velocidades de conexión más altas.
La compañía estatal dice que su voluntad "es llevar el proceso de informatización de la sociedad a la mayor cantidad de personas naturales posibles", pero los precios, la baja velocidad y calidad del servicio, y la práctica de limitar el acceso a sitios críticos del Gobierno, como DIARIO DE CUBA, ponen en duda esa afirmación. Más bien, apuntan a un intento de sortear las constantes críticas internacionales sin perder el control sobre la información que reciben los cubanos.