Desde hace más de tres años, metodólogos, directores municipales de Educación y de centros docentes de La Habana reciben cursos destinados a evitar que caigan en lo que el Gobierno llama "cantos de sirena del Imperialismo". Los seminarios de "preparación ideológica" son presentados como una "capacitación" para su labor como educadores.
Dentro del programa de estudio se habla de temas que nunca antes se debatieron con los educadores cubanos. Las "revoluciones de colores" en los antiguos territorios soviéticos se analizan como "métodos imperialistas" para derrocar "gobiernos legítimos". La obra De la dictadura a la democracia, del politólogo norteamericano Gene Sharp, es descrita como un manual diseñado por la CIA.
Se hace especial hincapié en el tema de las relaciones entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, siguiendo el tradicional discurso del "deseo imperial por apoderarse de Cuba".
"Se supone que nos den herramientas para convencer a los jóvenes de hoy", dijo a DDC, bajo condición de anonimato, uno de los participantes en el curso. "La verdad es que no tiene mucho sentido. Esta generación no es como las anteriores, los alumnos te dicen lo que piensan directo a la cara. Y como casi todo lo que dicen es cierto, uno se queda callado".
"Yo creo que esto lo hacen más para nosotros que para que le enseñemos a los estudiantes", opinó otra asistente. "Es una onda de 'ni se les ocurra sumarse'. Una de las cosas que nos dijeron al principio era que la juventud era demasiado rebelde. No creo que ellos esperen que realmente uno pueda convencerlos, esos muchachos han vivido toda su vida seguros de que este país es un desastre".
Con una juventud cada día menos comprometida con el sistema y un país fracasado económicamente, la nomenclatura busca prevenir cualquier deseo de reforma en la sociedad. Estos seminarios recaban el apoyo de los educadores. Al parecer, se espera que ellos eviten que los jóvenes cubanos sigan los modelos de las "revoluciones de colores" para derrocar al Gobierno.
Aunque la mayoría de los asistentes son metodólogos y directores, también hay profesores de los que todos los días tienen que interactuar con los estudiantes en el aula. Estos ven la tarea con mayor recelo.
"Esta gente son superinteligentes, quieren echarnos a pelear a los de abajo para asegurarse sus yates", opina un maestro. "¿Tú crees que yo puedo decirle a un alumno mío que los americanos van a invadirnos? Si esa gente quisiera estar aquí, ya estaría el Malecón lleno de tanques".